Par condicio. “La desfachatez intelectual”, de Ignacio Sánchez-Cuenca

Por Aníbal Monasterio Astobiza.

la-desfachatez-intelectual-de-ignacio-sanchez-cuencaLa desfachatez intelectual (Catarata) es el nuevo libro de Ignacio Sánchez-Cuenca, profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. Su publicación ha causado una gran expectación y ha levantado la polémica. Es un ensayo breve, con un estilo claro y eficaz propio del rigor analítico de la academia, que precisamente discute, y denuncia, la ausencia misma de este rigor analítico en las opiniones sin fundamento (no verificables) que se vierten en la esfera pública por parte de algunos de nuestros más conocidos “intelectuales”.

Un libro como este era más que necesario porque el debate público y el discurso social estaba siendo degradado por la falta de rigor analítico. Ignacio Sánchez-Cuenca no se esconde y se muestra valiente al evitar los sobreentendidos y alusiones veladas poniendo nombres y apellidos a la desfachatez intelectual. Mario Vargas Llosa, Javier Cercas, Luis Garicano, Cesar Molinas, Javier Marías, Fernando Savater o Félix de Azúa son algunas de las personas mencionadas en el libro que aunque perfectamente competentes, por lo menos algunos, en sus áreas de trabajo cuando se meten a opinadores/todólogos de la cosa pública meten la pata hasta el fondo. Sánchez-Cuenca admira la obra novelística del Premio Nobel Vargas Llosa, reconoce que Luis Garicano es un buen economista y dice de Félix de Azúa que tiene libros sobre filosofía y arte muy eruditos. Pero cuando tratan de argumentar sobre las causas de la crisis económica, el desempleo, las reformas institucionales y políticas, la desigualdad social etc; sus razones no pasan de ser mera anécdota, simplificaciones o errores imperdonables de razonamiento no basados en la evidencia que a los académicos que han dedicado media vida a investigar las causas de estos fenómenos, les sonroja.

Los medios de comunicación han propiciado esta impunidad desde sus tribunas y columnas de opinión. Digan lo que digan estos “figurones” los periódicos y editoriales no les hacen rendir cuentas. Su prestigio como escritores les sirve como salvoconducto para vocear las tesis más “campanudas”, “tronitonantes” todo ello muy característico de lo que Diego Gambetta, sociólogo de origen italiano, llama “machismo discursivo”. Es la cultura del “¡Claro!”: afirmaciones tajantes, sobre todo y cualquier cosa, que no dejan lugar a dudas y de las que se sacan conclusiones normativas. El “machismo discursivo” hace mucho daño a la deliberación democrática en la esfera pública porque a veces a quien levanta la voz o dice cosas con mucha confianza y muy provocativas, pero que no aguantan el más mínimo escrutinio, se le hace más caso que a aquellos que ofrecen explicaciones contrastadas con la realidad.

Ignacio Sánchez-Cuenca no está criticando la la sobreabundancia de escritores en las páginas de opinión. Escritores, novelistas, otros hombres y mujeres de letras, artistas, físicos, economistas, médicos, filósofos, politólogos, biólogos… tanto hablando de sus temas de investigación como si no es así pueden opinar, faltaría más. El problema que denuncia Sánchez-Cuenca tampoco es entre “generalistas” o “especialistas”. Hay cabida para todos en el debate social y público, incluso hasta para el ciudadano lego. Eso si, siempre y cuando se siga un mínimo estándar de racionalidad: argumentos basados en la evidencia (empírica o formal), rigor, aceptación de la crítica, valor añadido… y por supuesto, lo más elemental: educación y civismo dialéctico. Seas escritor como si eres científico social computacional… puedes hablar, de hecho debes hablar, pero siempre ateniéndote al mínimo estándar de la racionalidad; como denuncia Sánchez-Cuenca, hay muchos “intelectuales” de este país que no se atienen a él y no saben ni lo que es.

Es un libro que te recomiendo; merece, verdaderamente, la pena leerlo. Solo ciudadanos más informados con querencia por el rigor analítico pueden acabar con esta cultura del “¡Claro!” y la desfachatez intelectual presionando para que los medios de comunicación garanticen la visibilidad de todos los puntos de vista, sobre todo los buenos y rigurosos puntos de vista. ¡Buena lectura!

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“La desfachatez intelectual”
Ignacio Sánchez-Cuenca
Los libros de la Catarata, 2016
224 pp. ; 17,50 €

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