Hitchcock/Truffaut (2015), de Kent Jones

 

Por Rafael S. Casademont.

Hitchcock/Truffaut es un documental sobre el mítico libro del mismo nombre o, como se tituló en España, El cine según Hitchcock, basado en una entrevista realizada por François Truffaut al maestro del suspense. Dirigido por el crítico americano Kent Jones y escrita con el también crítico francés Serge Toubiana, el documental indaga en los detalles de una entrevista que cambió, como ninguna otra, la historia de cine.

Pocas veces se le reconoce a la crítica su poder de modificar de forma evidente la historia del cine. Sin duda la mayor muestra de este suceso, en realidad habitual, fue el establecimiento de las principales teorías de los críticos de Cahiers du cinéma en la década de los cincuenta y sesenta. Dirigidos por André Bazin (autor de otro libro clave del séptimo arte como ¿Qué es el cine?) los críticos de Cahiers, entre los que se encontraban autores como Jean-Luc Godard, Claude Chabrol, Jaques Rivette o el mismo Truffaut, no solo cambiarían el cine como directores, sino que establecerían algo más que las bases para dicho cambio desde las páginas de la mítica revista francesa. La principal propuesta radical era la hoy mayoritariamente aceptada “teoría del autor”, una forma de interpretar el cine como obra de un solo hombre, su director, que vertía su mente-artista al celuloide a través de otro nuevo concepto, “la puesta en escena” (mise en scène). De esta forma, sería el realizador, como artista, el que plantearía tanto en forma como en contenido sus obsesiones, pensamientos o filosofía existencial en su obra, de tal manera que su personalidad se encontrará en cada una de sus películas, por muy diferentes que estas pudieran parecer en un principio. Aunque hoy en día esta teoría nos parece obvia, en los sesenta consiguió que las películas dejaran de ser de John Wayne y pasaran a ser de John Ford.

Dentro de esta corriente, solo faltaba señalar a los más grandes autores. No hubo muchos impedimentos en señalar a Jean Renoir, Ingmar Bergman o Roberto Rossellini como artistas personales, al fin y al cabo eran europeos. El mayor problema fue con los americanos, los de Cahiers se dedicaron a encumbrar más que a ningún otro al hoy afamado trío maestro del cine clásico hollywoodiense, John Ford, Howard Hawks y Alfred Hitchcock. John Ford tenía más Oscars que dedos en la mano, los americanos sabían que era bueno pero, para ellos (los intelectuales) Hitchcock era solo un farsante de la intriga. El maestro del suspense era solo eso, muy alejado de ser considerado un artista, sus motivos eran repudiados por los críticos que no veían en él más que un habilidoso artesano capaz de mantener al público atento con trucos baratos y, por ello, no se merecía ni reconocimiento crítico ni material, en forma de premios. Truffaut, el más fuerte defensor del cineasta inglés, pensó que si tuviera el maestro la oportunidad de explicar su cine, más de uno empezaría a ver que la aparente sencillez de la obra de Hitchcock era un complicado reloj suizo digno de un auténtico artista atemporal. Alumno y maestro se sentaron en 1962 para hablar de todo ello durante una semana, el resto es historia.

Francois Truffaut and Alfred HitchcockKent Jones nos proporciona de manera hábil y bien pensada un documental que otros hubieran tenido la necesidad de recargar de contenido, sacrificando jugosas partes a favor de la unión de un relato siempre reflexivo, como las buenas críticas. Con la ayuda de los cineastas Martin Scorsese, David Fincher, Richard Linklater, Wes Anderson, James Gray, Arnaud Desplechin, Kiyoshi Kurosawa, Oliver Assayas, Peter Bogdanovich y Paul Schrader, la obra de Jones se arbola entorno a una propuesta que narra y otra que invita a la reflexión, a la crítica. Primero se nos presenta a los dos púgiles, Truffaut y Hitchcock, su historia personal y profesional. Después, con los audios de la grabación de la entrevista se nos plantean los temas específicos. Es aquí, en los detalles, donde tanto los autores del documental como los entrevistados, en este caso cinéfilos antes que cineastas, nos hacen preguntarnos por las teorías del genio. Además del placer del privilegio pseudofetichista que es para un fan de cualquiera de ambos la posibilidad de escuchar dicha conversación, donde el humor destaca en los intercambios de dos mentes superdotadas (destacando la ingeniosa ironía del inglés ante un joven y tímido Truffaut que hablaba de forma comedida ante su ídolo “legendario”), la importancia capital de las declaraciones de Hitchcock se sitúa en su capacidad para despertar las ganas de ser director de cine y, para que estos, tanto simples interesados como afamados practicantes, vean reflejadas en las palabras del inglés cualquiera de sus propias obsesiones, manías o, en definitiva, arte. Una entrevista convertida en manual de dirección cuyas lecciones no incitan a la copia sino a la propia creación, de ahí lo interesante. Truffaut veía en Hitchcock a un maestro esencial, aunque su forma de hacer cine era muy distinta, lo mismo le pasa a cineastas como Wes Anderson. La razón es que en la lectura de este libro-entrevista no se encuentra una guía de dirección sino las razones de la existencia de la misma, rechazando la superficie, las palabras de Hitchcock capturan la esencia del cine en pequeños detalles y muestran al desnudo las obsesiones de una mente personal que tenía como salida ese medio de expresión artística. La teoría del autor fue confirmada, precisamente, por alguien del que no se creía que fuera ni siquiera un artista.

Convertido hoy con justicia en el icono del director cinematográfico, el realizador inglés sería mirado desde la intelectualidad angloparlante de otra manera desde entonces. Hitchcock y Truffaut (volviendo a lo personal) consiguieron una amistad vitalicia y demostraron que el cine no solo se crea con películas, sino con pensamientos. La obra de Kent Jones no solo revive sino que amplía esta bonita y necesaria experiencia.

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