Los libros de la isla desierta: El cine según Hitchcock

Por Óscar Hernández Campano.

EL CINE SEGÚN HITCHCOCK. Françoise Truffaut. (Alianza Editorial)

Truffaut-HitchcockEl que sería uno de los grandes cineastas del viejo continente y pilar fundamental de la Nouvelle Vague francesa con títulos como Los 400 golpes -Françoise Truffaut-, era un acérrimo admirador del director británico afincado y nacionalizado estadounidense Alfred Hitchcock. Desde las páginas de la revista especializada Cahiers du cinema, Truffaut y otros jóvenes realizadores analizaban los filmes del maestro del suspense fijándose en la forma en la que Hitch rodaba, alzándolo pronto a los altares del séptimo arte.

Mientras que en las doradas calles de Hollywood el cine de Hitchcock valía lo que la taquilla dictaba, en Europa se le consideraba un artesano, un inventor, un creador que volcaba su talento y sus conocimientos -era licenciado en ingeniería- para filmar escenas que suponían, película tras película, un prodigio de imaginación y una vuelta de tuerca en la manera de narrar.

Esa admiración profesional llevó al joven periodista y cineasta a solicitar de su estimado Hitchcock una entrevista larga con la que llenar las páginas de un libro. El consagrado director -estábamos en 1962- aceptó gustoso el ofrecimiento y así, durante una semana, Alfred Hitchcock respondió o más bien conversó -con ayuda de una intérprete- con el joven Françoise Truffaut.

El resultado es un libro que ha devenido lectura básica y obligatoria para cualquiera que ame el cine y para quien se dedique al séptimo arte. La llamada “Biblia del cine” repasa en dieciséis capítulos o apartados la obra de Hitchcock hasta en momento de la publicación del libro en 1966. Las ediciones posteriores añadieron a modo de epílogo los últimos filmes del director así como información completa de la filmografía hitchcockiana.

Desde las experiencias infantiles en el Londres de principios del siglo XX, pasando por sus primeras experiencias como director de cine mudo, el salto a Hollywood de la mano del todopoderoso productor David O. Selznick, los retos técnicos que tuvo que superar, su trayectoria personal, el papel de su esposa Alma Reville, hasta los títulos que lo consagraron como el maestro del suspense –El hombre que sabía demasiado, Con la muerte en los talones, La ventana indiscreta, Vértigo, Psicosis o Los pájaros-, el libro es una larguísima conversación entre ambos cineastas que toman la palabra e intercambian experiencias, memorias y opiniones sobre el quehacer cinematográfico.

Algunas páginas de fotografías ilustran la conversación permitiendo al lector revisitar los fotogramas de las joyas del periodo mudo, del primer sonoro en blanco y negro, del primer filme en la meca del cine, de sus musas rubias, de los galanes, de las miradas de terror…

El libro permite conocer los trucos -a menudo sencillos, ingeniosos y artesanales- que Hitchcock tuvo que poner en práctica para lograr el efecto en la pantalla que su mente había ideado. Leemos muchas anécdotas que trufaron los rodajes -a veces accidentados-, descubrimos los mecanismos que se esconden detrás de las principales escenas icónicas de la cinematografía de Hitchcock, y disfrutamos en definitiva de una lectura amena sobre uno de los mejores cineastas de la historia.

Recientemente, además, se ha estrenado una película documental dirigida por Kent Jones que narra el proceso de grabación de aquella entrevista que le hizo Truffaut a Hitchcock. El film resulta un complemento ideal para un libro que aquellos que amamos el cine no podemos evitar repasar de vez en cuando y que se ha convertido en uno de los textos imprescindibles para las generaciones de realizadores que han aparecido después.

Por todas estas razones hemos elegido El cine según Hitchcock para llevárnoslo a nuestra isla desierta (donde necesitaremos -por qué no- una buena colección de películas y un reproductor, aunque eso es ya otra historia.)

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