Triángulos bizarros II: Oscar Wilde, Constance Lloyd y Lord Alfred Douglas

Por Inés de la Viña Rodríguez.

libros‘‘Los que son fieles solo conocen el lado trivial del amor; son los infieles los que conocen las tragedias del amor’’ (Wilde, 1890, p. 123)

1879. El célebre escritor dublinés, Oscar Wilde, abandona Oxford tras su graduación en el Magdalen College para iniciar una nueva vida en Londres. ¿Su objetivo? El que compartieron muchos otros de sus contemporáneos: convertirse en uno de los mejores escritores de la época victoriana.

Wilde había combinado sus estudios superiores (primero en el Trinity College de Dublín, y posteriormente en Oxford) con numerosos viajes por Europa. Visitó Italia y Grecia en 1877, al mismo tiempo que escribía para varios periódicos y revistas. Sus primeros poemas fueron reunidos y publicados en 1881.

El año de su llegada a la capital británica conoce a Constance Mary Lloyd, una joven de buena familia y exuberante belleza. La pareja contrae matrimonio cinco años después. Constance dará pronto a luz a dos niños, por lo que parece obvio que, al menos en los inicios, Oscar Wilde se sentía atraído por su mujer. En 1886, coincidiendo con el nacimiento de su segundo hijo, la estabilidad de la pareja comienza a resquebrajarse. El contacto íntimo desaparece por completo. Lloyd, mujer de sobrada inteligencia, se percata pronto de la inclinación emergente de su marido por los ambientes más sórdidos.

Efectivamente la vida privada de Oscar Wilde no estuvo exenta de sonados escándalos y turbios acontecimientos. Su agitado carácter, así como sus deseos por probar nuevas experiencias, le llevará a rodearse de atractivos jóvenes. En 1891, Wilde –rozando casi la cuarentena– conoce a Lord Alfred Douglas, un joven de apenas 21 años. El lapso generacional no es obstáculo alguno para que los dos hombres comiencen una rocambolesca relación homosexual que les llevará a explorar los ambientes más recónditos de la prostitución masculina de la capital británica a finales del siglo diecinueve. No debemos olvidarnos que en el Londres de la época victoriana la homosexualidad era considerada un delito.

La correspondencia de Constance Lloyd, recogida por Franny Moyle en Constance: The Tragic and Scandalous Life of Mrs. Oscar Wilde (2011), es un claro reflejo de las contrariedades sufridas por la esposa del escritor. Parece ser que Lloyd era plenamente consciente del origen de los gastos desmesurados de su esposo. A partir de 1893, Wilde comienza a pasar largas temporadas lejos de su residencia en Chelsea. Se aloja en hoteles caros, en compañía de Alfred. Lloyd se convence a sí misma de que su marido necesita ausentarse con frecuencia para escribir. Aunque si es cierto que la constante presencia de Alfred en su casa empieza, cuanto menos, a incomodarla.

Con The Importance of Being Earnest, A Trivial Comedy for Serious People todavía en cartel en el teatro St. James de Londres, se produce uno de los primeros escándalos. Oscar Wilde es enviado a prisión por una «grave indecencia» (homosexual se entiende) tras un bochornoso proceso. Hasta en dos ocasiones diferentes fue condenado el autor de The Picture of Dorian Gray a trabajos forzosos. Constance Lloyd, siguiendo el consejo de algunos amigos, decide cambiar su apellido y el de sus hijos por ‘‘Holland’’. Huye del escándalo hasta Génova (Italia), donde residirá hasta su misteriosa muerte en 1898.

La turbulenta vida de Constance Lloyd como mujer del autor irlandés es poco conocida. El nombre de Lloyd, tal como el de muchas otras esposas y amantes de grandes escritores –Martha Gellhorn, Zelda Sayre o Sofía Behrs– caerá poco a poco en el olvido. Efectivamente pocos identifican hoy su nombre más allá que como mera esposa de Wilde. No obstante, lo cierto es que Lloyd fue toda una celebridad cuyo carácter elusivo despertó el interés de las altas esferas londinenses. La mujer de Oscar Wilde fue una popular escritora de cuentos infantiles. Escribió además reseñas teatrales y participó como editora en un boletín de la época. Constance Lloyd fue también una activista en la lucha por los derechos de las mujeres. Formó parte de la Women’s Liberal Federation (Federación de Mujeres Liberales), y se inmiscuyó de lleno en actividades relacionadas con la política liberal y el feminismo. La fama de su marido eclipsó tanto su éxito profesional como su desgraciada historia personal.

Pese a la humillación sufrida, Constance apoyó económicamente a Wilde tras su paso por prisión. El flujo de dinero se verá interrumpido cuando el autor irlandés falta a una de sus visitas a sus hijos. ¿El motivo de tal ausencia? Efectivamente, el joven Lord Alfred Douglas. Oscar Wilde viaja a Nápoles para ver a su amante en vez de ir visitar a sus hijos en Génova.

Al final, y pese a todos los infortunios, parece ser que el amor de Lloyd por Wilde jamás se agotó. Las causas de la muerte de Lloyd in 1898 podrían incluso deberse a su propio marido. Constance Lloyd se fue apagando poco a poco debido a una misteriosa enfermedad que algunos reconocen ahora como los efectos de una sífilis que Wilde le hubiera podido contagiar.

One thought on “Triángulos bizarros II: Oscar Wilde, Constance Lloyd y Lord Alfred Douglas

  • el 2 junio, 2016 a las 1:39 pm
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    La vida y obra de Wilde da para mucho.
    Inés, ¿habrá tercera entrega?

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