Ofelia, Hamlet y Romeo y Julieta entre divertidas gamberradas

Por Horacio Otheguy Riveira

 

Shakespeare ya no es lo que era, y hasta él mismo a ratos se harta de tanta genialidad y, en su 400 aniversario, es capaz de relajarse y reírse a pata ancha de sí mismo. Así las cosas llegan unas Clásicas Envidiosas con mucha chispa, buen ingenio desplegado por actores de primera para rendirse ante un humor gamberro, lindante con el cabaret puro y duro, y a la vez tierno e inteligente, porque para meterse con estos personajes tan zarandeados hay que conocer muy bien el percal, el gran teatro isabelino. Así la parodia avanza con momentos estelares atravesando el peligroso bosque donde las bromas muy subidas de tono se representan entre hombres que hacen de mujeres, un travestismo típico de la época original que aquí se aprovecha bien como juerga permanente con numerosas sorpresas y felices recursos.

 

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Ofelia y Hamlet: Chema Rodríguez-Calderón y Julián Ortega

Shakespeare ya no es lo que era: es mucho más, porque constantemente se le representa desde distintas puestas en escena (este año hubo un Hamlet artesanal desde Madrid al mundo y un Hamlet espectacular desde Andalucía con vocación universal, y hay ahora mismo unos divertidísimos Trabajos de amor perdidos), pero además los propios británicos hace muchos años que se han dado el lujo de parodiar a un ídolo para el que no pasa el tiempo. En Reino Unido resulta apasionante ver las distintas concepciones escénicas acompañadas de un público entusiasta que se sabe las obras de memoria. Pues bien, en España poco se ha hecho al respecto (pionero fue Javier Gurruchaga al estrenar en 1997 la función inglesa Reducida Shakespeare Company), y mientras todavía se les da la vuelta a nuestros propios clásicos buscándoles el sentido del humor (Lope es el más florido: no hubo género que se le escapara), aquí llega esta Compañía tan buena en sus recursos que ya ha sido invitada a Festivales de Teatro Clásico, incluyendo estas Clásicas Envidiosas en sus noches golfas: después de la seriedad olímpica, ejercicios de risotadas a la luz de la luna…

Clasicas envidiosas Gerard Clua y Petro Bachura
Romeo y Julieta, Gerard Clúa y Pedro Bachura

Un humor directo, con el toque canallesco de algún que otro taco y el morbo de chicos haciendo de chicas y chicas que quieren ser mucho más que personajes preestablecidos. Y así resulta que, bajo la excusa de una transmisión radiofónica, Hamlet persiste en estudiar su monólogo y entre duda y duda nada quiere saber con Ofelia, y ésta ya no sabe cómo hacer para que le haga caso: el juego está servido en la rebelión del personaje que está harta de ser la pelandusca a la que mandan al convento y termina suicidándose. Así las cosas, ante la parsimonia de su idolotrado, querido, deseado «Hanle», busca consejo en Julieta que con su Romeo no para de darse felices revolcones… Un arranque espléndido para una Compañía con una larga trayectoria, multipremiada y agasajada por las risas del público mayoritario que se siente a gusto riéndose de todo sin cortapisas, especialmente en el caso de los más doctos en la materia.

Tras la apariencia de un humor fácil hay un trabajo concienzudo, de gran alcance. Desde luego tira hacia lo zafio, y es bueno que el espectador sepa con qué tipo de comedia se va a encontrar. Se trata de un estilo que ya ha desaparecido de los grandes teatros, con su picaresca y sus chistes de grueso calibre en un tinglado de vodevil coreografiado donde cada instante tiene su peso, su importancia, montado a la manera de un musical con mucho ritmo (salvo en Lady Macbeth, una independentista escocesa con escasa gracia, pero sus apariciones son breves) y una última parte (sin intermedio) de interés creciente, rumbo a un final minado de carcajadas.

Desde el fondo más oscuro de dos tragedias extraordinarias de la historia del teatro, Chema Rodríguez-Calderón y su equipo bordan una caricatura brillante, muy estudiada y con momentos realmente magistrales.

Decía el gran José Luis López Vázquez (1922-2009) que esto de hacer reír no era apreciado en España: «A mí me empezaron a valorar cuando hice drama, después de años de hacer comedia. Pero es que en este país la gente sale del teatro y dice: ‘Me reí como un idiota’, y claro, así a dónde vamos a ir a parar…». Por suerte las cosas han cambiado. Los primeros espadas de la comicidad han desaparecido (Juanjo Menéndez, Quique Camoiras, Lina Morgan, Andrés Pajares…), pero las nuevas generaciones tienen ¡hasta premios en pleno funcionamiento, sin esperar a envejecer o recibirlos posmortem! De hecho, estas Clásicas Envidiosas ya entran por derecho en las antologías del gran teatro de humor nacional.

Clasicas envidiosas Chema Rodriguez

 

descargaTexto: Chema Rodríguez-Calderón

Dirección: Juanma Cifuentes

Intérpretes: Julián Ortega/David Carrió (Hamlet), Chema Rodríguez-Calderón (Ofelia), Pedro Bachura (Julieta), Gerard Clúa/Jorge Alvariñas (Romeo), Juan Madrid Delgado (Lady Macbeth)

Escenografía: Mónica Teijeiro

Vestuario: Fran de Gonari

Diseño de luces: Víctor Mones

Coreografía: Juanma Cifuentes, Gerard Clúa

Pequeño Teatro Gran Vía, del 6 de julio al 7 de agosto de 2016. De miércoles a domingos.

 

 

 

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