Cuando Napoleón Bonaparte intentó escribir una novela romántica

Napoleón Bonaparte
Napoleón Bonaparte

Por Alejandro Gamero (@alexsisifo)

Además de ser uno de los personajes clave en el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea, de dominar casi toda Europa Occidental y Central durante un periodo de poco más de una década o de ser uno de los mayores genios militares de la Historia, Napoleón Bonaparte tuvo tiempo en su intensa vida para escribir muchísimo. Si bien es cierto que no es lo habitual relacionar a Bonaparte con el oficio de escritor, hay historiadores que lo consideran, sin atisbo de duda, como uno de los grandes autores franceses del siglo XIX. No en vano, el gobernante escribió a lo largo de su vida unas 42.000 cartas, publicadas en su totalidad en una serie de quince volúmenes.

Página del manuscrito
Página del manuscrito

No es llamativo, hasta cierto punto, que un personaje tan relevante llegara a generar tal volumen de correspondencia, pero sí lo es que además Napoleón hiciera una incursión en el terreno de la literatura de ficción. Y de plantearse esa posibilidad, lo más lógico es pensar que Napoleón escribiera algún relato épico, como de hecho ha ocurrido con otros dirigentes como Saddam Hussein en la historia más reciente. Pero la sensibilidad literaria de Bonaparte iba más por los derroteros de la novela romántica. Ese es el género que eligió con su novela corta Clisson et Eugénie.

En sus cerca de 22 páginas Napoleón narra la historia de un oficial del ejército francés llamado Clisson que, hastiado de la guerra, decide tomarse un respiro en un balneario en el centro de Francia. Allí conoce a dos jóvenes, Amélie y Eugénie, y cae desesperadamente enamorado de esta última. Clisson y Eugénie se casan y se retiran a una idílica casa de campo donde tienen varios hijos. Sin embargo, Clisson se ve obligado a volver al frente para servir a su país. Después de ser herido en una batalla, el militar envía a Berville, uno de sus compañeros, para que tranquilice a su esposa. Berville aprovecha la ocasión y seduce a Eugénie, que deja de mandar cartas a su marido. Clisson envía entonces una última carta a su esposa infiel y a su nuevo amante, para a continuación entregarse a la muerte en el frente.

Clisson et Eugénie de la editorial Fayard
Clisson et Eugénie de la editorial Fayard

La novela es descaradamente autobiográfica. Al igual que su protagonista, que es de corazón ardiente, Napoleón acababa de cumplir los 26 y por aquel entonces andaba enamorado de otra Eugénie, de Bernardine Eugénie Désirée Clary, que era la cuñada de su hermano José. Se conocieron en el verano de 1794 y mantuvieron una intensa relación epistolar. Se cree incluso que llegaron a comprometerse, pero la familia de ella prohibió el enlace, lo que hizo que la relación se rompiera en septiembre de 1795, época en la que Bonaparte escribió su novela romántica. Napoleón se casó con Josefina de Beauharnais en marzo del año siguiente.

Napoleón escondió su manuscrito y lo mantuvo en secreto, hasta su muerte en el exilio en 1821. Después de eso, sus páginas se dispersaron. Los historiadores Peter Hicks y Émilie Barthet hicieron una labor detectivesca para rastrear seis fragmentos del manuscrito, cada uno de ellos en distinto estado de conservación, y a partir de ellos reconstruyeron Clisson et Eugénie, que fue publicada en 2007 por la editorial francesa Fayard. La parte más importante y extensa se compone de 13 páginas que se encuentran en la Biblioteca Kornik de la Academia de Ciencias de Polonia.

Según ha informado The Guardian, la segunda parte más importante del manuscrito, compuesto por 4 páginas, saldrá a subasta en Nueva York y se espera que alcance al menos los 250.000 dólares. El manuscrito llegó a Estados Unidos en 1957, después de haber pasado por las manos de varios libreros del viejo continente desde principios del siglo XX. Las cuatro partes restantes se componen de una o dos páginas y se encuentran dos de ellas en el Museo Estatal de Historia de Moscú y otras dos en colecciones privadas.

¿Habría generado tanta expectación el manuscrito si hubiera sido escrito por otra persona distinta a Napoleón? Sin lugar a dudas, no. Aparte de ser una obra menor, de poco más de una veintena de páginas, la historia cae en un sentimentalismo dulzón muy propio de la Francia de la época. Se han señalado influencias de Julia, o la nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau y de Las desventuras del joven Werther de Goethe.

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