«El test»: agridulce encontronazo de parejas desparejas

Por Horacio Otheguy Riveira

Lo que empieza con risas forzadas acaba en drama doloroso, aunque sonriente. Un juego teatral extraño donde ningún género encuentra cabida, ni comedia ni drama ni todo lo contrario, aunque actores y director consiguen dar brillo a diálogos ágiles por donde siempre campea el cinismo. Una comedia de antiamor por encima de todo, bajo una pregunta insistente: «¿Qué prefieres? ¿Cien mil euros ahora mismo o un millón dentro de diez años?».

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Dos parejas unidas por diversos intereses que tienen poco que ver con alguna clase de amor, aunque aparenten lo contrario. Este es el mar de fondo de El test, una obra con moderada gracia, y un quiero-y-no-puedo de clásico drama de parejas burguesas en conflicto, desarrollada en el típico y tópico salón de piso de lujo en una noche de canapés y vino «de mil euros la botella», donde palabra va palabra viene los personajes acaban diciéndose todo lo que piensan.

Eso sí: sus cuatro intérpretes defienden con buenos recursos personajes apenas esbozados, con un texto que se regocija en machacar a las dos únicas mujeres. Así las cosas, salpicón de bromas hirientes contra la ecologista con principios ideológicos estrictos, y la psiquiatra marisabidilla. De la primera se ocupa una actriz formidable con gran experiencia en todos los géneros: Maru Valdivielso, quien siempre destaca con una voz y una elegancia que marcan estilo. Hace suyo el personaje a tal punto que mientras los hombres de la casa intentan desbaratarlo, no sólo no se desmorona, sino que se afirma sin alardes. En cada gesto y una que otra réplica bien colocada, la Valdivielso juega en el campo contrario a la psiquiatra antipática que le ha tocado en suerte a la también espléndida Itziar Atienza, tan bella como prepotente, también objeto de burla de «los chicos» de la casa, comandados por la testosterona torpe de un millonario que dará vuelta todas sus premisas de «gran amigo» con un golpe de efecto final (Luis Merlo, menos efectivo que otras veces, a cargo de un protagonista inverosímil).

Antonio Molero es quien más y mejor se luce con un creciente dominio del humor negro: un pobre tipo que no lo es tanto, que parece un patán de cuidado, y sin embargo resulta hábil en el objetivo de salvarse por encima de todo.

El director Castrillo-Ferrer aporta un ritmo envolvente que en muchos momentos permite creer que estamos ante una comedia de alto vuelto, logrando que todo pase ligero e intrascendente como un vino espumoso.

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Autor: Jordi Vallejo

Director: Alberto Castrillo-Ferrer

Intérpretes: Luis Merlo, Maru Valdivielso, Antonio Molero, Itziar Atienza

Escenografía: Ana Tusell

Vestuario: Guadalupe Valero

Fotografías: Sergio Parra

Producción: Carlos Larrañaga

Teatro Alcázar-Cofidis, desde el 16 de septiembre de 2016.

Segunda temporada: Teatro Alcázar-Cofidis, desde el 29 de noviembre de 2017.

 

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