Eugenia Rico: «La fortuna es una invención de la modernidad igual que la fama»

Si miramos unos segundos el paisaje de una calle llena de gente es posible que encontremos sin saberlo a lázaros desventurados que viven y sienten una descarnada realidad diaria. Eugenia Rico ha querido regalarnos esta tremenda joya repleta de cruda poesía y luz al contarnos la historia de su Lázaro, una interpretación del clásico, que nos hace sentir en primera persona los vericuetos de un sobrevividor en busca de su utópica Australia.

 

(C) Esther López
(C) Esther López

 

¿Ofrece cosas nunca dichas con El beso del Canguro?

Sobre mi escritorio está colgada una cita: “Quisiera decir cosas nunca dichas con palabras nunca antes empleadas, pero no es posible todo ha sido ya dicho, todo ha sido ya contado” Es la traducción de un jeroglífico hallado en un templo egipcio y tiene una antigüedad de tres mil años. Hace miles de años el escritor ya pensaba que todo había sido dicho: todo ha sido dicho. Nada ha sido aún contado. Sí El beso del canguro cuenta cosas que nunca han sido dichas, primero es una revisión de la sexualidad masculina y de la sexualidad femenina vista desde el punto de vista del varón, luego es una vuelta de tuerca al tema del maltrato desde la perspectiva del maltratador y del hijo del maltratador y es un canto a los perdedores de la vida que se pregunta si ellos: los que van dando tumbos, no son los únicos que conocen el Camino. Es la historia de un muchacho perseguido por la maldición de su propia belleza que lo único que tiene para salir adelante es su cuerpo. Desde un punto de vista formal muestra que una estructura en apariencia lineal también puede ofrecer muchos niveles de lectura y encerrar un juego literario muy interesante.

 

En su obra parece que no toda la Verdad contiene Belleza.

Mi obra busca la Verdad. Y la verdad no es que contenga o no Belleza. La Verdad tiene una belleza en sí misma. Hay belleza en encontrar la verdad en las gasolineras, en las salas de espera, en las cunetas, en las puertas traseras de la vida. Si es verdad por cruda que sea, el sonido de la verdad es siempre belleza.

 

«Esa noche decidí que no quería ser camarero, que iba a tener un Mercedes como Julien y que iría a Australia con Estrella«.

Se cumple con ello el falso silogismo de:

-Distingamos entre tener buena y mala suerte.

-Todos los que tienen buena suerte la buscan.

-Así la mala suerte es no buscada.

Yo creo en el destino y creo que nosotros mismos lo creamos. Pero hay un gran error en culpar a la gente de su mala suerte, en esta cultura del pensamiento positivo parece que si a alguien le va mal es culpa suya. Esto no siempre es así. Culpar a los perdedores de su mala suerte es otra forma de opresión. Depende del nivel de conciencia, del grado de maestría en la gestión de la realidad. Los libros nos ayudan a descubrir quiénes somos para llegar a ser quienes queremos y debemos ser.

 

Los nuevos paradigmas van orientados al Ser, a las personas, al win, win, a ser líderes, a florecer a largo plazo en entornos de Redarquía creativa, sin concesiones para que la intuición vuele a largo de todo el camino. ¿Su revisión de Lázaro ha escapado forzosamente, por su incondicional fortuna, de toda esta modernidad?

Mi Lázaro, todos los lázaros son seres frágiles, tiernos, traviesos y modernos, él no sabe de “coaching” y la “nueva era” se le atraganta, él vive a ras de suelo y a ras de cielo tocando lo mejor y lo peor de la existencia, está pegado al ser más esencial. La literatura siempre es una búsqueda del Ser. La literatura es una segunda oportunidad que le damos a la vida. Leer es una forma de aprender y leer a Lázaro es salvarle y salvarnos a nosotros mismos de ser como él. La fortuna es una invención de la modernidad igual que la fama.

 

¿Es posible escapar del beso del canguro afilado y crudo?

Sí, para eso leemos El beso del canguro, para eso escribimos, para eso subimos montañas y tarareamos canciones en la ducha pera escapar del beso del canguro y sin embargo el Canguro nos mira todo el tiempo desde el otro lado del espejo y nos guiña un ojo las mañanas en las que nos olvidamos de él. El beso del canguro termina por atraparnos a todos y sin embargo por encima de las nubes siempre luce el sol.

 

(C) Esther López
(C) Esther López

 

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