Dos apasionados literatos enamorados de las mujeres

Por Sonia Rico.

duelosrusos1-1En la Historia de la literatura no es una novedad encontrar ejemplos de escritores con tendencias a la vida excesiva, que se dejaban llevar por sus pasiones y que en ocasiones éstas fuesen una condena para ellos.

Hoy quiero recordar a dos literatos que  vivieron intensamente, amaron y sufrieron sin medida y dejaron un gran legado con sus obras al mundo.

Uno de ellos nos queda más cerca. Madrileño de nacimiento en 1562. Lope de Vega fue uno de los poetas y dramaturgos del Siglo de oro español. Nos ha dejado obras inconmensurables y conocidas por todos como “Fuenteovejuna” y “El perro del hortelano”.

Si nos fijamos en su vida procedía de una familia humilde, sin embargo, se dice que con solo cinco años leía en castellano y en latín. Aunque fue a la Universidad de Alcalá de Henares no logró ningún título, y ya su conducta era calificada de mujeriega y desordenada. Fue condenado y, posteriormente al reincidir, ser desterrado de las Cortes durante ocho años por sentirse despechado y dejarlo plasmado en su versos, por Elena Osorio, quien fue su primer gran amor. Posteriormente, se enamoró de Isabel de Urbino y contrajo matrimonio con ella. Intentó reanudar su carrera militar y se alistó a la Gran Armada. Años más tarde, una vez, cumplidos los años de destierro regresó a Madrid y fue condenado por amancebamiento con la actriz Antonia Trillo. Volvió a casarse, esta vez con Juana Guardo, se dice que por dinero ya que era la hija de un abastecedor de carne de la corte y a él amores no le faltaban, de muchos era sabido que en Toledo tenía varias amantes e hijos y que hacía muchas visitas a ellos. Sin embargo, con Juana tuvo a un hijo muy querido por él, Carlos Félix, y a tres hijas.

Años más tarde en Sevilla se enmara de la actriz Micaela Luján, ella estaba casada y mantuvieron relaciones durante varios años de las que nacen cinco hijos.

La muerte de hijos y Juana de Guardo en los próximos años auspició la ordenación sacerdotal de Lope. Fueron unos años de crisis existencial para él. Ya en sus últimos años se enamoró de Marta de Nevares y esto se podía considerar sacrilegio dada su condición de  sacerdote. En 1627 ingresó en la Orden de Malta y esto no estuvo tampoco exento de polémica ya que se discutieron sus orígenes. Más desgracias continuaron sucediéndole a Lope, de manera que sus últimos años pese a este reconocimiento no fueron años felices, ya que Marta se quedó ciega y enloqueció. Lope Félix, su hijo, que tenía vocación de poeta se ahogó pescando perlas en la costa de Venezuela, otra de sus hijas fue secuestrada por su novio…y podemos decir que el destino de todos ellos no fue muy prometedor.

Lope fue un hombre sin duda muy dado a los amoríos y muy pasional. Sin embargo, esto le trajo también muchos problemas. En total tuvo 15 hijos documentados entre legítimos e ilegítimos. Algunas de sus relaciones calaron profundamente en él hasta tal punto de tener gran presencia en su obra.

Otro célebre literato, éste nacido en tierras más frías, en Moscú concretamente en 1799 y considerado fundador de la literatura rusa moderna. A diferencia de Lope, Pushkin, venía de una de las familias de la aristocracia rusa. Su abuela materna le inculcó el amor por los cuentos y la literatura popular rusa. Fue un lector empedernido desde pequeño y tuvo una educación basada en la literatura y lengua francesas. Su pasión era devorar la biblioteca de más de 3000 volúmenes que poseía su padre.

En 1820 entró a trabajar en el Ministerio de Asuntos Exteriores y se convirtió en portavoz de los literatos radicales, creándose problemas y entrando en conflicto con el gobierno. Incluso empezó a galantear a la hija del general, lo que le supuso el destierro y arresto domiciliario. En su segundo exilio, en Odessa (1823), aparte del amor ya narrado, tiene otros muchos con campesinas, cortesanas y con la peligrosísima –pues se ha demostrado que era espía zarista, a pesar de que pasaba por defensora de sus compatriotas exiliados polacos– Karolina Sobanska, cuñada de Balzac. Expulsado de Odessa a causa de esa demente ansia de amor, más que por razones políticas, pasó dos años en las propiedades familiares.

Pushkin, de regreso a San Petersburgo, reinició una vida social intensa. En uno de los salones conoció a Natalia Gontcharova, «una hermosa muñeca», según la denomina Marina Tsvietaieva. La conoció en 1830 y aunque la primera vez ella le rechazó, en 1831 contrajeron matrimonio. Ella tenía diecinueve años y él treinta y pocos. Tuvieron cuatro hijos. Pushkin vivió sus últimos años escribiendo relatos, poemas y piezas de teatro, en medio de una gran penuria económica que le obligó a vender gran parte de sus tierras ya que tenía numerosos gastos: un hijo nuevo cada año, su afición al juego y las caras fiestas con las que se entretenía Natalia.

A los 37 años, el 27 de enero de 1837, las envidias cayeron sobre él. Pushkin fue mortalmente herido en un duelo mantenido con Georges d´Anthès, protegido y amante secreto del embajador holandés, a causa de la actitud provocadora que tenía éste con su esposa Natalia. El poeta no pudo defenderse porque su arma había sido manipulada.

Sus vidas ya de por sí dan para escribir varios dramas y para ser fuente inagotable de poemas e inspiración. Dos hombres que amaron mucho y a muchas. Quizás estas pasiones fuesen el motor de sus corazones y de sus plumas.

A nosotros nos quedan muchas obras para bucear entre sus letras y tratar de descubrir qué rastro queda de cada de una de esas mujeres en sus versos.

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