Lord, de Joao Gilberto Noll: El obsceno viaje del cuerpo hacia la nada

Por Pedro Pujante.

unnamed-2En esta novela corta del escritor brasileño João  Gilberto Noll (Porto Alegre, 1946) se describe el viaje sin retorno de su protagonista y narrador a Inglaterra. Este es un escritor y ha escrito algunos libros. Esto es lo que sabemos. Los demás detalles son obliterados creándose así una atmósfera de suspense y ambigüedad que se prolongará a lo largo del relato. ¿Quién lo convoca a la capital británica, con qué propósito, durante cuánto tiempo, bajo qué pretexto? “¿Cuál era el interés de un militar inglés en tenerme en Inglaterra? ¿Qué servicio podría prestar a las armas o a las relaciones armadas entre los dos países?” Estas inquietudes irán diluyéndose y no serán compartidas del todo con el protagonista, ya que, como veremos, su existencia transcurre somnolienta y perpleja pero sin demasiados aspavientos, sin prestar demasiado interés por su situación sino en cuanto a términos existenciales. Nuestro héroe funciona como una suerte de Bartleby, cuyo nihilismo le hace enfocar el mundo nuevo al que llega con una mirada alucinada y desenfocada.

Este es uno de los méritos de la novela. La mirada turbia y oscilante del narrador y la paulatina aceptación de su condición de extranjería existencial en un Londres desapacible y frío. Al comienzo se cuestiona su identidad “¿Dónde estuve todo el día? Buscando un espejo, pues necesito constatar que todavía soy yo mismo, que otro no tomó mi lugar.” Más adelante asume que “Había venido a Londres para ser varios.” Y al rebasar el ecuador de estas falsas y oníricas memorias: “Yo era un reptil que todavía tenía el poder de amar.

La descomposición de la identidad del protagonista es doble. Por un lado, en su interior su personalidad comienza a agrietarse, a perder, si es que alguna vez la  había tenido, su integridad. La degeneración le conduce a abyectos pensamientos y a cometer actos degradantes: acostarse con desconocidos o robar. Por otra parte, Londres se configura como un entorno hostil y extraño, como el Castillo al que trata de allegar el agrimensor de Kafka.

Con ecos de Beckett, Noll ha escrito una fábula sobre el exilio interior; sobre la pérdida de la memoria como metáfora de la otredad; “Habían invitado a su país a un hombre que comenzaba a olvidar.” y la necesidad de reconocernos a través de los otros. Con un estilo que recuerda a Levrero y que apunta a una  literatura escrita desde los márgenes, Lord recurre a la sexualidad más carnal, al pasaje obsceno, a la descentralización moral, a la consignación del cuerpo como recipiente precario de la existencia, a la creación de caracteres desdibujados.

Una antinovela de aprendizaje, un Bildungroman inverso en el que el protagonista habrá de desaprender su pasado y su existencia para poder vaciarse de sí mismo

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