Las sopranos y «El fantasma de la ópera»

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

The Phantom of the Opera
FUENTE: Wikimedia

El periodista y escritor francés Gaston Leroux (1868-1927) escribió entre 1909 y 1910 El fantasma de la ópera, una de esas novelas inolvidables que ha pasado a la historia gracias a la literatura, al teatro, a la música y al cine. La obra estaba basada en Trilby de George du Maurier, abuelo de Daphne du Maurier.

El fantasma de la ópera narra la historia de un ser misterioso que aterroriza a todos los de la ópera de París, buscando siempre llamar la atención de una cantante de la que se ha enamorado.

Adelina Patti. FUENTE: Wikipedia

Se dice que las dos sopranos protagonistas están inspiradas en dos grandes artistas de la época cuya rivalidad se hizo famosa: Adelina Patti (1843-1919) y Christina Nilsson (1843-1921).

Podríamos decir que la hija del tenor Salvatore Patti, Adelina (1843-1919), nació en Madrid sobre un escenario, ya que su madre, la soprano Caterina Chiesa Barilli, tuvo que interrumpir su actuación en Norma para dar a luz.

La familia se mudó a Nueva York en 1847. Las hermanas de Adelina también cantaban y el hermano era director, por lo que configuraban una pequeña empresa de espectáculos musicales. Adelina estudió desde muy pequeña y pronto se percibió que contaba con unas dotes excelentes. Con tan solo dieciséis años actuó en Lucia di Lammermoor en la Academy of Music de Nueva York; obra a la que siguieron otras como El barbero de Sevilla, Don Giovanni, La Traviata, etc. Su fama subió como la espuma y dio el salto a Europa.

Actuó durante veinticinco temporadas consecutivas en el Covent Garden de Londres, interpretando a Amina en La Sonnambula. Sus representaciones continuaron por las principales capitales europeas y, en la Casa Blanca, cantó Home Sweet Home ante Abraham Lincoln y su esposa, por la muerte de su hijo Willie.

Entre 1865 y 1890 reinó sobre los escenarios encarnando con facilidad a todas las heroínas de Rossini, Bellini y Donnizetti. La mayoría de las estudiantes de canto se frustraba al compararse con ella, y todas terminaban pensando lo mismo:

Jamás lograré cantar como la Patti.

Sus éxitos la convirtieron en la más brillante vocalista de su época, además de la mejor pagada, ya que llegó a cobrar 500 mil dólares por función. Su poder era tal que podía incluir en sus contratos cualquier cláusula que quisiera. Así, pedía que su nombre fuera siempre el más grande en los carteles, incluso por encima de los compositores, además de elegir ella misma la tipografía, e incluir en el acuerdo la siguiente frase:

Libre de asistir a cualquier ensayo, no obligada a ir a ninguno.

Adelina se casó en 1868 con el Marques de Caux, y se divorció una década después cuando comenzó una relación con el tenor Ernesto Nicolini, que se convertiría en su segundo esposo. Tras el fallecimiento de este en 1898, contrajo de nuevo nupcias con el barón sueco  Rolf Cederström, de 28 años.

En 1903 la cantante salió de gira de despedida por Estados Unidos, aunque ya no albergaba la potencia vocal que la había hecho famosa. Dos años después, con sesenta y tres años, accedió a grabar para la Gramophone & Typewriter Company. Dicen que, después de escucharse, exclamó:

¡Oh, Dios mío! ¡Ahora comprendo por qué soy la Patti! ¡Qué voz! ¡Qué artista! ¡Lo comprendo todo!

Christina Nilsson
Christina Nilsson. FUENTE: Wikipedia

Adelina Patti falleció en su castillo de Brecock, el 27 de septiembre de 1919. Sus restos reposan en el famoso cementerio del Père-Lachaise.

Frente a todo el lujo y poder que alcanzó la Patti, una de sus rivales contaba con un origen mucho más humilde. Christina Nilsson era hija de un par de campesinos. Un día, la descubrió un cazatalentos que se convirtió en su mentor y le permitió estudiar y desarrollar su carrera musical.

Tras debutar como Violetta en La Traviata de Verdi, Nilsson actuó en el Covent Garden de Londres, Viena y Nueva York. Se casó con el banquero Auguste Rouzaud, y después de enviudar en 1882, volvió a contraer matrimonio con Angel Ramón Maria Vallejo y Miranda, Conde de Casa Miranda, por lo que era conocida como Condesa Casa Miranda.

No llegó a ganar la cantidad de dinero de su competidora, pero su fama fue tal que su nombre aparece en Ana Karenina de León Tolstói y en La edad de la inocencia de Edith Wharton.

Se cree que ambas artistas fueron la inpiración de Gaston Leroux para su novela gótica El fantasma de la ópera. El personaje de la dulce Christine Daaé estaría basado en Nilsson, mientras la imagen de Patti le valió para encarnar a Carlotta Giudicelli, la diva egocéntrica, exigente y llena de poder sobre los escenarios.

En la actualidad, muchos conocen el libro, el famoso musical de Andrew Lloyd Weber o la versión de este que se ha llevado al cine interpretada por Gerard Butler, pero pocos son capaces de relacionar los nombres de las sopranos más famosas de su época con las de la historia de Leroux más recordada de su tiempo.

 

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