Carles Pradas: "La única manera de descubrir a Kaspar Schwarz es leyendo el libro"

Por Pilar Martínez Manzanares. @pilar_manza

La séptima vida de Kaspar Schwarz es un documental de ficción sobre la vida —o vidas, más bien… porque no tuvo solo una— de un ser que nació especial pero consiguió, sin saberse bien cómo, pasar prácticamente desapercibido. Un artista de la supervivencia que cambió de vida y de nombre por lo menos hasta siete veces (conocidas). La obra es una fascinante historia de aventuras, una singular investigación y un divertido juego de pistas a través de las múltiples vidas de su protagonista, que nos transporta a la Europa y a los Estados Unidos de principios del siglo XX.


Cualquiera que vea el libro se preguntará lo mismo que vemos en la cubierta: ¿Quién era en realidad Kaspar Schwarz?. Una pregunta difícil de responder.

La respuesta es tan volátil como la pregunta. KS fue muchos y no fue nadie al mismo tiempo. La única manera de descubrir la verdad (o una de ella) es leyendo el libro.

He visto La séptima vida de Kaspar Schwarz en la mesa de los «indefinibles / inclasificables» en La Central de Callao, en Madrid. Un novela con fotografías, a dos tintas, sin un género demasiado claro… ¿Es una rareza?

No lo creo. La concepción de rareza es muy subjetiva. Para mi, por ejemplo, lo raro es leer algo que ya se como va a continuar o que me provoca una sensación de dejavue de haberlo leído ya con anterioridad. Por no hablar, de la fiebre que existe por etiquetarlo todo… Creo que cualquier disciplina artística debe sorprender un poco a su receptor. No la sorpresa por la sorpresa, obviamente, pero si la posibilidad de tener una cierta capacidad de asombro que nos obligue a seguir explorando esa propuesta. Al final, la buena literatura (al menos la que a mi me interesa) busca establecer una comunicación, sacudir al lector. Piensa, por ejemplo, en una relación personal en la que siempre hablas de lo mismo; al final, esa conversación se torna tan rutinaria que deviene una rareza en si, por la absurdidad de su monotonía. Lo mismo pasa con los libros, el cine, etc. Pienso que siempre buscamos madrigueras en las que nunca antes hemos entrado. De lo contrario, nos aburrimos.

Por otro lado, pienso que el libro no es tan extraño como pueda parecerlo a priori. Quizá formalmente pueda aparentarlo pero una vez penetras en él y te dejas llevar por la historia, las sensaciones cambian. Puede tener algo de rareza formal pero creo que se trata de una historia muy pura y tradicional.

Una obra difícil, cargada de emoción, y que no deja indiferente a nadie ¿A que obstáculos tuvo que hacer frente para realizar esta novela?

Muchas gracias… Eso espero. No hay nada peor que la indiferencia… Un factor muy importante para aportar credibilidad a la obra era la creación de un contexto histórico verosímil. Enmarcar bien el argumento era clave para lograr lo que quería transmitir con el libro. Esto me obligo a ser muy cuidadoso con la elección del material gráfico y a la hora de referenciar la época en la que vive el personaje. Otro aspecto, fundamental fue cuidar mucho la presentación visual de la obra y darle una cobertura estética que se integrase bien con el texto. El resto fue fácil y fue fluyendo con cierta naturalidad.

Pensándolo bien, te diría que lo más difícil fue retratar a mi gato para componer su álbum fotográfico. ¿Habéis tratado alguna vez de hacerle un retrato a un gato? No es fácil.

Las dos tintas (negro y verde) me recuerdan a La historia interminable de Michael Ende. ¿La séptima vida de Kaspar Schwarz es también una obra entre lo mágico y la realidad?

En el caso de la obra de Michael Ende (que por cierto, adoro) las dos tintas respondían a una separación de mundos. Dicho esto, me encanta la forma ligera y diáfana con la que La Historia interminable hace meta literatura sin parecer pedante o ser complicada. En el caso de LSVKS, las tintas de dos colores cumplen una función de dividir dos voces narrativas diferentes. Por un lado, la del narrador (en negro): más fría y precisa. Y por otro, la del protagonista (en verde) mucho más intima y personal. La primera es más bien detectivesca y dispone de información muy limitada; la segunda es mucho más subjetiva pero también esquiva. Este juego de las dos voces potencia el juego y me permite entrar un poco más en la mente del protagonista. En definitiva, este libro no deja de ser un juego.

En cierto modo es una novela de aventuras muy entretenida, al estilo de Julio Verne o Robert Louis Stevenson. También me ha recordado al Quijote de Cervantes, entre otras cosas porque el humor es una pieza fundamental de la obra. ¿Kaspar es una especie de Quijote moderno, sin un Sancho Panza que le ponga freno?  

Estoy totalmente de acuerdo con esto. La novela de aventuras es un genero que esta ahí y es preponderante en la obra. El libro tiene esa naturaleza itinerante propia de este tipo de novelas. Además, siempre busqué que la obra fuese entretenida. Era una de mis principales preocupaciones.

En cuanto a Cervantes, también estoy de acuerdo. Para mi, El Quijote es la madre de todas las novelas y lo seguirá siendo mañana y es muy probable que pasado mañana también. Su modernidad 400 años después es envidiable. Creo que El Quijote está presente en casi toda la literatura posterior a Cervantes. Su personaje estableció un canon que aun pervive y KS tiene algo de él. Alguien me comentó algo que me pareció muy acertado y es que Kaspar Schwarz vive su ultima vida con su nombre original, al igual que Alonso Quijano muere siendo Alonso Quijano. Ahí queda eso. Lo más parecido que tiene Kaspar a Sancho es Arthur pero es cierto que nunca encuentra a su verdadero Sancho. Es muy probable que sea una de las causas de su desenfreno.

¿Cuál de las siete vidas de Kaspar Schwarz es tu preferida?

La que no está escrita y que cada uno se construye en su cabeza. La octava y las que puedan venir después…

Un autor y su obra se convierten en numerosas ocasiones una sola persona, una simbiosis perfecta entre realidad y ficción ¿Qué hay de Carles Pradas en esta nueva publicación?

Hay cosas, pocas pero algunas… Pero eso no lo voy a contestar sin la presencia de mi abogado 😉 Al final, un autor es una urraca que va llenando su nido de cosas que va encontrando por ahí, unas sirven otras no, algunas son suyas, otras no, hay mierda, piedras preciosa y cachos de plástico inútiles; con eso (y cuando el nido está lleno) tiene que pensar que hace con todo eso y si de ahí puede surgir una historia.

¿Qué crees que empuja a Kaspar Schwarz a cambiar de una vida a otra? ¿Está siempre descontento consigo mismo y con la vida? Por otro lado, Vaira (el personaje femenino) permanece siempre inmutable. ¿Te parecería exagerado afirmar que Vaira es la verdadera protagonista de la historia?  

Vaira no es la protagonista pero si es el motor de la historia. La vida de Kaspar Schwarz es constante una huida de él mismo pero una persecución obstinada de la idea de Vaira. Vaira es la fuente de sus trasnformaciones, la causa de sus tribulaciones. Tambien es verdad que sin ella, no habría personaje. Peor no quiero contar mucho más sobre este tema y prefiero que sea el lector el que saque sus propias conclusiones.

Kaspar Schwarz se obsesiona, en un momento de la novela, con la idea de pilotar un Fokker (un avión de combate). Más adelante lo vemos en una fotografía montado en una motocicleta Indian, con la que que quemó kilómetros y kilómetros en la carretera. ¿Compartes con Kaspar Schwarz la afición por la velocidad? ¿Te gustaría pilotar un Fokker?

La idea de la velocidad me funcionaba como símbolo y como recurso narrativo. Yo en cambio, voy en una moto Vespa muy tranquilo por la vida y no me gusta correr, para nada. Me saque el carné de conducir de coche a los 35 (y casi por obligación). Si puedo ir andando a los sitios, lo prefiero. Volar no me gusta; no me da miedo pero me aburre soberanamente. Entra, sal, quítate los zapatos, ¿llevas ordenador? … por favor! Prefiero el tren a los aviones, un millón de veces. Es verdad que se llega a los lugares volando pero el mundo se ve caminando. De eso, no tengo ninguna duda.

Hablando de géneros, podemos decir que La séptima vida de Kaspar Schwarz es un mockumentary (un documental de ficción). O tal vez un found footage, en el que gran parte de la historia se presenta como material descubierto a través de cartas, documentos, etc. Una técnica que hemos visto en películas como Zelig de Woody Allen. ¿Es una novela muy influenciada por el cine?  

Sin duda. Mi educación académica y mi trayectoria profesional en el audiovisual han contaminado en gran parte esta obra. El libro tiene mucho de mi amor por el cine, una gran fuente de inspiración para mi. El mockumentary es una clara referencia. Los hay muchos en el cine, no tantos en la literatura.

En ocasiones he tenido la sensación de estar viendo una película mientras leía la novela. ¿Has fantaseado alguna vez con la posibilidad de ver a Kaspar Schwarz en la gran pantalla? ¿A qué director de cine crees que le pegaría la historia?

Es esta una pregunta muy divertida… Si se puede fabular: Stanley Kubrick. Era un gran adaptador literario a parte de un genio. Habría sido divertido discutirse con él sobre el punto de vista de la obra y me fascina su perfeccionismo casi destructivo. De los directores en activo, Wes Anderson podría ser un buen candidato aunque tendría que oscurecer un poco su mirada. Roman Polanski tampoco estaría nada mal, es un cineasta que tiene una fina concepción de la identidad y del mal. Me parece un autor tremendamente interesante. Aunque una cosa te digo … Si viene Steven Spielberg con la chequera: todo se puede hablar … Jejeje.

De todas maneras, lo que mejor concibo para esta obra es un tipo de planteamiento más teatral-visual  (hasta musical, si se quiere) un poco en la línea  y el estilo de La Fura del Baus, por ejemplo. Creo que el libro reclama experimentación de medios y lenguajes. Y sobretodo, mezcla de disciplinas (como su propia naturaleza, a medio camino entre la fotografía y la literatura). El enfoque tiene que ser arriesgado.

¿Veremos pronto  una nueva obra de Carles Pradas?

Pronto, no lo creo. A medio plazo espero que si. No mentiré si te digo que estoy trabajando en ello pero no me pongo fecha aun. Algo hay: si. Será una novela: si. Existe una idea solida que ahora se tiene que ir puliendo. Lo único que te puedo avanzar es que seguiré bebiendo mucho de la novela de aventuras… Pero soy muy perfeccionista con lo que hago, o así lo pretendo, y la reescritura supone un proceso muy lento e importante en mi caso. Luego, está encontrar alguien que te lo publique, claro… Además mi “nueva obra” se llama Sasha, hace muy pocos meses que anda y ya empieza a decir “papa”.  Y eso requiere tiempo …;). Resulta difícil compaginar trabajo, familia y escritura pero todo andará.

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