Yo, gorda


Por @magapola
Está claro que la gordura no es una condición aceptada por la sociedad, tanto si eres hombre como mujer. Los niños y las niñas que son gordos no es raro que sean objeto de burlas de sus semejantes. Incluso hay diferencias: los comentarios más populares lanzados a las niñas tienen que ver con su aspecto físico (qué guapa, qué pelo más bonito, etc.), no así los dedicados a los niños (qué valiente, qué fuerte, etc.), más relacionados con su actitud vital.
Sin embargo, a medida que crecemos, queda muy patente que para una mujer mantenerse gorda tiene implicaciones totalmente diferentes que para un hombre, y para mal. Es bien sabido que al cuerpo de una mujer adulta se le adjudican medidas muy determinadas, mientras que el hombre mundano no posee un canon estético al que someterse so pena de ser objeto de juicios de valor sobre su aspecto. El descuidarse en lo que se refiere a las carnes está muy aceptado si eres hombre, pero ojito si eres mujer: en ese caso la guerra es de por vida. ¿Por qué no es tan achuchable una osa como lo es un oso (¡no te digo nada si entramos en tema pelos!)?
Yo, gorda es un exorcismo de Meritell Bosch. Así lo cuenta ella cuando comenta que durante su proceso de creación adelgazó 50 kilos. Y es que Yo, gorda surge de la sugerencia de su expareja y profesor de dibujo que le propuso que trabajara en un cómic basado en su propia experiencia. En el cómic Meritxelll relata cómo desde su tierna infancia el ser una niña gorda marcó sus decisiones, su actitud vital, sus problemas… En el colegio otros niños la señalaban por estar más gorda que los demás. Pero es en su entorno familiar, especialmente a través de su madre y con la pasividad de su padre, donde Meritxell encontrará reproches a su condición física. «Nadie se fijará en ti y te quedarás sola» es uno de los comentarios más populares dirigidos a una gorda y que por supuesto la protagonista del cómic recibe.
Una brutal baja autoestima es una de las consecuencias que Meritxell, como buena gorda, acaba padeciendo, de forma gradual, casi sin darse cuenta, hasta que no puede más. Y la consecuencia de la consecuencia es en un gran porcentaje una: la violencia, ya sea dirigida hacia los demás o hacia uno mismo, la frustración también. Con el ánimo minado, el cuerpo lesionado, ¿qué final le espera?
Ahí tendremos que esperar a llegar al final de cómic, pero si has estado atento sabrás que al menos acaba bien… ¡Ups! No, no te preocupes, no te desvelo nada. La propia autora lo dice: «Empieza mal pero acaba bien». Todo tuyo.
Yo, gorda, de Meritxell Bosch. La Cúpula, 2017.

One thought on “Yo, gorda

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *