Todo lo demás (2016), de Natalia Almada

 
Por Jaime Fa de Lucas.
Todo lo demás ganó el Golden Gate Award en el Festival Internacional de San Francisco (SFFILM) y la Mención Especial del Cine Latino Award en el Festival de Palm Springs. Natalia Almada se centra en una empleada pública entrada en años cuya vida es rutinaria, solitaria y tremendamente aburrida. Así su vida, así la película. Una buena dosis de tedio en vena. La película tiene el valor de describirse a sí misma como “narrativa observacional”, pero a mí esa expresión más bien me parece una excusa para intentar justificar una película que resulta tan aburrida y con tan poco que decir. Aquí la observación parsimoniosa se convierte en un ejercicio de resistencia en el que la paciencia se pone a prueba.
La película de Almada solapa forma y contenido, de tal manera que es una película aburrida y repetitiva porque quiere reflejar el aburrimiento, la rutina y la soledad. La rigidez de la protagonista –”firma ahí sin salirte del cuadro”, “estas firmas no son idénticas”, “una parte está escrita en negro y otra en azul”, “ahí están los requisitos”…– se acompaña de planos estáticos y muy simétricos. Además, el estado interno de la protagonista se potencia con metáforas visuales –escribe en un cuaderno de rayas para que las palabras estén rectas y en su sitio, el pájaro muerto en la piscina, el gato que vive con ella…–. Todo esto es interesante y plausible, desgraciadamente, estos detalles no evitan que el metraje resulte aburrido y demasiado evidente. Tampoco da la sensación de que estén al servicio de un discurso mayor.
Me viene a la mente El caballo de Turín (2011), de Béla Tarr, que pone en juego algo similar: una película austera y lenta que refleja la miseria y el vacío de una familia. No obstante, el discurso de Tarr, apoyado por una impecable fotografía, esconde todo un pensamiento filosófico detrás, algo que no sucede en Todo lo demás. Se hace algún guiño al sistema mexicano, particularmente cuando el hombre de traje que va a entregar unos papeles dice algo como “así van las cosas en este país”, pero no recuerdo nada más en esa dirección o que potencie esa idea. Si se quiere criticar al sistema mexicano no hay ningún motivo para que la película sea anodina. Además, no existe un nexo consistente entre lo individual y lo social, lo particular y lo general, más allá del trabajo de la mujer.
La pregunta que se podría lanzar a Natalia Almada sería: ¿Para transmitir el aburrimiento, el vacío y la rutina es suficiente con reproducir eso mismo visualmente? David Foster Wallace en su novela La broma infinita utiliza el aburrimiento como idea central, y doy fe de que hay partes realmente tediosas, pero sirve para hacer una crítica mordaz al entretenimiento. El propio Wallace criticaba la obra de Bret Easton Ellis por ser una mera exposición de sucesos, una representación superficial, y afirmaba que una obra no se puede conformar con señalar algo, pues todo acercamiento artístico debe proponer una solución, un antídoto. Todo lo demás es un ejercicio de estilo que sólo funciona a un nivel: el que entrelaza a la protagonista con el apartado formal. El resto, “todo lo demás”, no está.

5 thoughts on “Todo lo demás (2016), de Natalia Almada

  • el 17 junio, 2017 a las 5:05 am
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    Namoro quase 11 anos um homem casado, hoje sinto-me quase mulher
    dele e estou achando muito ruim isso, estou perdendo interesse pois já virou quase um casamento.

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  • el 18 septiembre, 2017 a las 2:18 pm
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    Excelente post! Ameei esse conteúdo e vou compartilhar nas redes sociais! Muito obrigada1

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  • el 17 noviembre, 2017 a las 7:13 pm
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    Linda Natalia! Meus parabéns acredito que está no caminho certo!

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  • el 25 abril, 2018 a las 11:31 pm
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    O casamento é como uma sociedade, os dois precisam colaborar para dar certo.

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