'Iluminada'. Horror, maravilla y cotidianeidad

Por Covadonga González-Pola Jaquete.

Iluminada
Alberto Ávila Salazar
Eolas Ediciones
ISBN: 9788416613212
162 páginas, tapa blanda

Cuando comienzas a leer una novela que el propio autor ha etiquetado en el horror cósmico, empiezas a pensar de forma inevitable en tentáculos, oscuridad y seres monstruosos con una lógica fuera de tu propio alcance. Parece lógico.

Pero esto puede estar ya demasiado trillado, ¿verdad? Por eso nos hacen falta escritores que piensen diferente. Y este es el caso, una vez más, de Alberto Ávila Salazar, que nos plantea un horror que suele pasar como residual en este tipo de historias. ¿Cómo se queda una persona que ha visto ese horror, ese otro lado? ¿No es igual de espeluznante la demencia que podría generar una experiencia así que experimentar la propia vivencia?

Hasta ahí nos traslada Iluminada. Hasta Clara, una joven cuyo desequilibrio se adivina a metros de distancia. Una criatura cuya mente no ha podido soportar el conocimiento de todo. A través de una falsa autobiografía en la que el escritor interactúa con una antigua compañera, Ávila consigue juntar realidad y ficción, realismo y fantasía, haciendo que nos adentremos en el mundo del arte y la literatura madrileños y que se nos haga a partes iguales ameno e irreal. Y es así porque, a la  vez, nos hace pensar que el horror que puede estar  muy cerca de nosotros, conviviendo a nuestro lado y tan solo a un paso de nuestra percepción. Como si estuviéramos más cerca de lo real horrible que de lo real maravilloso. Y que hace que no dejemos de pensar  en si llegaremos a conocer ese otro lado y, sobre todo, si queremos conocerlo y sufrir las consecuencias de saber tanto.

Iluminada es una novela más que recomendable por diversas razones: en primer lugar, por el estilo ameno, original y siempre sorprendente de autor. Cualquier texto escrito por él tiene un toque hipnótico. En segundo lugar por la mezcla de fascinación y empatía que nos transmite: fascinación por ese «mundillo» literario y empatía hacia Clara y su sufrimiento —no menos fascinante—. Y, en tercer lugar, porque logra algo que resulta a veces complejo: hacer accesible, cautivadora e interesante la literatura llamada de género y, además, de este tan especial, el horror cósmico; a través de su lectura aquellos que piensan que tienen poca imaginación descubrirán lo contrario: hasta dónde puede llegar su mente.

 

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