'Escrituras sublevadas', de Carles Hac Mor

Por Ricardo Martínez Llorca
@rimllorca

Un viaje por la literatura sin atributos adicionales

Escrituras sublevadas

Carles Hac Mor

Traducción de Pablo Martín Sánchez
Rata Books
Barcelona, 2016
205 páginas
 

Carles Hac Mor no es el primero que pone el lenguaje a fermentar y consigue un licor de alta graduación. Las referencias que menciona Pere Gimferrer en el epílogo, como James Joyce O Raymond Roussel, son inevitables, como lo es el sentido de humor rabelesiano. La obra pretende dar vida a un cadáver, y este cadáver no es otro que la literatura. Para ello utiliza el lenguaje sin rubor, sin respeto y con erudición. Las menciones que contiene el libro no son solo a obras literarias, sino también pictóricas. El afán de escribir mucho sin decir nada, pero conseguir que el párrafo tenga el sentido estético de Tápies, es una confesión directa.

En realidad, estas Escrituras sublevadas son literatura que trata sobre literatura. De este modo se elimina el obstáculo que es la materia, pero queda la velocidad que, inevitablemente, supone abarcar cualquier tipo de asociación, llegando de un extremo a otro del mundo tal vez por un campo común reducido a una sílaba. Hay que permitirse jugar con la esquizofrenia para que este planteamiento sea efectivo: la realidad es una, pero es plural, y por tanto son muy diferentes los cuadros que ven las personas que observan el mismo paisaje. Todos sentirán frío o calor, una sensación que les iguala, porque no pueden permanecer inmunes a la temperatura, pero cada uno lo soportará de una manera diferente. “Nosotros no escribimos desde la sensatez, podemos situar al mismo nivel tanto a los integrados como a los rebeldes”. Nótese ese pronombre, nosotros, que es el narrador que escribe saltando de punto de vista a punto de vista, pero siempre con un objetivo común: que el texto sea sublevado. ¿Contra qué? Contra la primera herramienta que nos distingue de los animales, contra lo más convencional que poseemos, que es el lenguaje.

La libertad vendrá, pues, en forma onírica o no vendrá. Hablará de literatura aquí y allá, pero siempre escribe desbocado. Las paradojas o juegos de palabras sonoras están a la orden del día. “Las subculturas en el paradigma del cambio continuo”, dice. Como también dice: “mezclo los tópicos como si hubiera alguna ley o alguna cosa contra todo lo que no sea el sentimiento de culpa, el ir superando la barrera entre el sueño y la vigilia, el choque oblicuo que se descompone en un componente normal y otro tangencial”. Libérrimo, Carles Hac Mor actualiza la literatura que ya había sido actualizada, incluso crea el género preclum, una especie de plagio al revés, hecho antes de que el original fuese escrito.

Pero la consistencia de la obra parte de que el lenguaje no ha abandonado su potencia a favor de las novelas baratas de setecientas páginas, de los manidos Best Sellers. El lenguaje forma frases de una sonoridad impactante. Escrituras sublevadas es un libro para los amantes del otro sentido con el que leemos, que es el oído.

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