Después de todo, seguimos siendo seres humanos

Como decía Al Gore hay verdades incómodas e internet se está especializando en crear y mantener algunas de estas verdades. Primero sería que nos traería la libertad de conocimiento y lo que vemos es cada vez más trolls campando por sus anchas, luego nos quisieron hacer creer que eliminaría los intermediarios y los consumidores tendríamos el poder, si esto es cierto que me expliquen en monopolio de Google, Amazon, Facebook y otros tantos, otra de las verdades que nos comentan es que la humanidad estará cada vez más conectada a nivel humano y lo que veo es más comunidades cerradas, donde solo va la gente que piensa igual que tu y estamos creando espacios cerrados donde el intercambio de ideas y pensamiento brillan por su ausencia. Pero la verdad incómoda que quiero comentar es la que siempre ha estado ahí, incluso antes de la tecnología ADSL, de la television, del vídeo e incluso, de la imprenta: la industria del entretenimiento para adultos.
Dejando de lado nuestra escala moral, sería de necios negar que son los que mejor han aprovechado todo lo que la tecnología nos ha dado para construir un modelo de negocio sostenible. Son los que empezaron con los muros de pago, los sistemas de vídeo, los que abrazaron las criptomonedas, y son los primeros que se suman al carro de añadir mejoras para sus usuarios y para sus arcas. Es cierto que parten de la ventaja que cumplen una función básica en la pirámide de jerarquías del ser humano, pero esto no puede ser un obstáculo para valorar y apreciar todo el camino que han recorrido desde el principio de la historia pasando por la época victoriana hasta la libertad que nos da buscar en Google.
Si eres de los que la belleza brilla por tu ausencia, de los que tus dotes sociales gozan de lo que los economistas llama crecimiento negativo y la naturaleza llamaba a tu puerta, tenéis dos opciones: o comprarte el periódico de turno e ir a la página más rentable o ir a pasear por los barrios conocidos por su ambiente disoluto. La mayoría de personas, por timidez, vergüenza o por la razón que fuera optaban por una buena resignación hasta que han surgido opciones para poder tener compañía en esos momentos en los que uno se siente Johnny Weissmüller y buscar la mejor opción desde su ordenador para dar rienda suelta a sus instintos primarios. Esta solución además tiene la ventaja de el componente visual e incluso algunas tienen de valoración de usuarios y conocer tanto las tarifas como sus límites.
Aceptémoslo, nuestras necesidades biológicas son una constante que no ha variado en cientos de años de evolución y por contra, nuestras capacidades de establecer relaciones ha decaído a medida que la tecnología nos ha rodeado, con lo cual el puente entre estos dos mundos tenia que establecerse. Si a este dato le sumamos que no solo es un tema que afecta a los que portamos el cromosoma doble X y que cada vez más mujeres han dado el paso a reclamar su parcela en este lugar otrora vetado por temas culturales, hay un mundo enorme donde poder explorar, monetizar y satisfacer a millones de clientes, cada cual con sus filias y fobias.
Con una mentalidad más abierta, también se está produciendo el fenómeno que ya veíamos en otros sectores, creación de ferias y eventos para los que son fans, trabajan o distribuyen. Tenemos el salón del automóvil, de la electrónica, y por supuesto, el salón erótico. Al igual que todas anteriores, puedes ir a ver las novedades y tendencias. Esto es solo un paso más a la normalización de algo tan humano que existe desde que se consolido la estructura de 46 cromosomas que nos define como especie.

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