Se lo llevaron: Recuerdos de una niña de Camboya (2017), de Angelina Jolie

 
Por Jaime Fa de Lucas.
El título en español, Se lo llevaron: Recuerdos de una niña de Camboya, es tan excesivamente largo y tan poco memorable como la propia película. Asistimos a más de dos horas de suplicio, donde el ritmo letárgico y la reiteración constante de las mismas situaciones, imágenes, ideas y frases acaba destrozando cualquier posibilidad de que la experiencia sea satisfactoria. Entiendo que uno de los objetivos de Angelina Jolie es que el espectador sufra con los personajes, pero aquí se nos propina una paliza cinematográfica sin piedad en la que no se vislumbra ningún talento narrativo, ni siquiera es capaz de sumergirnos con intensidad en los hechos.
Ese agotamiento, o aburrimiento, que sufre el espectador debido a la repetición de elementos se ve pronunciado tanto por la excesiva duración de la película como por la estructura del día a día de la protagonista, que es a su vez repetitiva. En primer lugar, la miseria y la crueldad que viven los desplazados camboyanos ya quedan servidas a la hora de metraje y no hay necesidad de extender más la agonía del espectador. En segundo lugar, los acontecimientos cotidianos de la vida de la niña siguen el mismo patrón: por la mañana la protagonista sufre los trabajos forzados, el hambre, la sugestión ideológica… Por la noche tiene una especie de revelación/momento lúcido/sueño evocador… y vuelta a empezar. El nivel de redundancia narrativa es asombroso. Y no creo que elaborar algo tan tedioso pueda ser el objetivo de ningún director.
Por desgracia, el contenido y el contexto de Se lo llevaron tampoco están a la altura. Es evidente que se lanza una crítica hacia el comunismo: se trata de un sistema hipócrita, una dictadura que finge preocuparse por el pueblo para fomentar la esclavitud. Pero es que esto ya lo hemos masticado en decenas de obras literarias y cinematográficas y aquí no se aporta nada nuevo. Además, en muchas ocasiones falta contexto. No se entiende por qué los Jemeres Rojos luchan contra Vietnam y EE. UU., si este último luchaba a su vez contra Vietnam. Otro ejemplo más particular: hay un momento en el que se quema un campamento, pero no sabemos quién ha sido; esto provoca una batalla con disparos y bombas, pero tampoco se sabe nada de las motivaciones.
Parece que Angelina Jolie está más preocupada por mostrar su compromiso social de manera relativamente superficial que por elaborar algo decente. A nivel estético la película cumple con creces, pero no deja de ser un melodrama sin ninguna profundidad, con algún que otro cliché, flashbacks empalagosos y slow motions extraños, que lo único que busca es provocar emociones –un ejemplo de esto es cuando pegan a una niña que roba comida porque está hambrienta; y esta escena sale dos veces, para hacer gala de esa redundancia extrema y de ese impacto emocional que se busca–. En definitiva, supongo que se trata de iluminar un capítulo desagradable de la historia, y el propósito es admirable, pero sobran minutos y falta imaginación.

3 thoughts on “Se lo llevaron: Recuerdos de una niña de Camboya (2017), de Angelina Jolie

  • el 10 octubre, 2017 a las 12:20 am
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    la verdad, Jaime Fa de Lucas, es que tú critica es patética e ignorante. Anda y leete el libro de Rithy Pahn “la Eliminacion” y enterate un poco. Y si no sabes de algo, no abras la boca, no te entrarán moscas.

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  • el 12 octubre, 2017 a las 5:43 am
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    Usted tiene cinco criticas registradas en el Rotten Tomatoes, y todas son Rotten, incluyendo esa película y otra película con puntuación 93, creo que el problema no es la película, sino el hecho de que usted no entiende de cine.

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  • el 26 septiembre, 2019 a las 12:19 am
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    Me parece una critica bien argumentada con buenas pistas para quien aún no la a visto,
    Angelina lleva sus últimos años evocada en la causa y yo tambien percibo cierta tendencia a la conciencia humana mas que en un rico guión cinematográfico.
    gracias!

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