Hablamos con Víctor Ullate: “El arte es bálsamo para el espíritu”

Por Alberto Medina
 

El bailarín y coreógrafo Víctor Ullate rinde tributo a Manuel de Falla los días 11 y 12 de octubre en el Teatro Cervantes de Málaga. Una revisión de El Amor Brujo estrenado en 1994, con nueva escenografía y vestuarios, y una arriesgada apuesta musical. Aprovechamos la cita para hablar tanto de esta obra como para compartir su amor por la danza.

 
Por fin vamos a disfrutar la gente de Málaga de El Amor Brujo de Víctor Ullate. ¿Hay muchas diferencias con la versión estrenada en La Maestranza de Sevilla en 1994?

No tiene nada que ver, es un Amor Brujo distinto, desde los trajes que so de María Araujo, hasta la escenografía de Paco Azorín, o la creación de video de Greyman. Todo es diferente, también la coreografía. En la pelea entre José y Carmelo se utiliza música de In Slaughter Natives, un grupo sueco de darkambient, cuya música me da paso hasta el más allá, hacia el mundo de tinieblas y lo maléfico. Las canciones de Falla son únicamente 30 minutos, por lo que es imposible hacer un espectáculo de dos horas únicamente con Falla, por eso he integrado música de Luis Delgado que es de ritmos muy sugerentes, y la ya mencionada In Slaughter Natives.

Esta obra está teniendo un éxito brutal, la gente está encantada. Que en los tiempos que corren haya gente que vaya al teatro a relajarse y ver una obra con una música tan maravillosa como la de Falla o la de estos compositores… El público sale entusiasmado y muy emocionado con una obra llena de amor, celos, odio… Esa parte del espíritu que acecha a ella en todo el tiempo y que ella se libera bailando esa Danza del Fuego tan conocida por todo el mundo es espectacular. Había que celebrar el centenario de su creación en París en 2015, y había que ofrecer a Falla este homenaje con esta obra tan fantástica como es El Amor Brujo. Había que darle mucha fantasía y trasladarla a este siglo XXI

 

¿Ha reclamado mucho tiempo de ensayo?
 Como todos los ballets. Si quieres llevar las cosas a la perfección debes ensayarlas y todo tiene que estar en su punto: que cuando el telón se levante no haya arrugas, que la escenografía esté perfecta… para que al público le llegue la fantasía del escenario.
¿Puede hablarnos de algunos de los bailarines de este ballet? 

Hay bailarines de la talla de Josué Ullate, mi hijo, que tiene todo lo que debe tener un gran bailarín. Luego tienes a Marlen Fuerte, una bailarina que es mi musa en la compañía. Hay gente como Cristiano Olivieri que hace el papel de Don José, Ksenenia Abbazova que hace el papel de Carmela… Todo el elenco es maravilloso, y como dice la prensa extranjera, “Ullate siempre tiene grandes estrellas en su ballet”.

¿Existe algún proceso de selección para seleccionar a nuevos bailarines?

Hace 30 años la compañía comenzó con bailarines que se habían formado en la escuela, y que ya estaban en un momento espectacular para entrar en una compañía. Y llegó un momento en que la compañía se abrió a todo el mundo porque es una compañía internacional. Cualquier bailarín que tenga una talla y reúna las características que nosotros pedimos puede formar parte de nuestro elenco. Cada año se presentan 500 bailarines, pero desgraciadamente solo hay una o dos vacantes dependiendo de los bailarines que no rindan lo suficiente o decidan marcharse tras cumplir una etapa. Tenemos gente que ha trabajado en otras compañías y quieren trabajar conmigo y Eduardo Lao. Ullate tiene siempre grandes artistas. El bailarín no solo debe bailar, también debe interpretar. Me gustan los bailarines-intérpretes que digan algo. Algunas veces vas a ver una función de danza y el bailarín aburre al público, y eso no debe ocurrir. Para mí el bailarín debe ser un gran intérprete.

¿Cómo anda la salud de la danza española?

Hay un público fantástico. El 90 por ciento de los españoles nunca ha visto danza. Pero la gente que viene, repite, porque es el descubrimiento de un arte desconocido y no se necesita conocer ningún idioma. No es necesario entender de danza para que te guste. Hay mucha gente que se emociona cuando ve por primera vez bailar. Además hay público que nos sigue de toda España y viene a vernos. Ha venido a Madrid gente de Almería, Granada, Málaga, Santander… y gracias a Dios tenemos siempre las salas llenas. Hace 40 años, cuando fui director del Ballet Nacional, fuimos a bailar al Lope de Vega en Sevilla. Para mi sorpresa solo teníamos 18 espectadores, el director del teatro me dijo de suspender la función porque había más bailarines que público, pero no la suspendí para que el boca a boca hiciera que vinieran más espectadores. Es luchar, luchar y luchar, y después de estos 40 años puedo decir que tengo un público muy querido y que espera a que haga algo para disfrutarlo.

Entre 1979 y 1983 dirigió el Ballet Nacional de España. ¿Qué diferencia existe entre el Ballet Nacional de España y el Ballet Víctor Ullate?

Lo bueno es tener una compañía de autor. En una compañía estatal, donde no hay un coreógrafo estable, siempre llevan lo mismo. Compañías como pudieron ser en su día la de Maurice Bejart, Roland PetitJirí Kylián, son únicas. La nuestra es única y nuestro repertorio no lo lleva nadie. Ahora nuestro Quijote se va a hacer en Berlín en febrero del año que viene en la  Deutsche Oper. Nacho Duato me dijo que le habían hablado muy bien del mío y que quería tenerlo en repertorio en Berlín. Ahora se van dos de mis colaboradores, Eduardo Lao y Ana Noya, a montarlo y yo iré las dos últimas semanas de febrero para dar los últimos toques y representarlo bien en Alemania. Pero realmente no he querido que las obras que he tenido las represente otra compañía, porque tampoco tenía gente ni tiempo disponible.

Sí es cierto que España es un país donde la danza está muy olvidada, no como en Portugal, Francia, Alemania, Inglaterra, Suecia,… En cualquier país la danza forma parte de su cultura. En España se habla mucho del fútbol, y como deporte es fenomenal, pero no es normal esas diferencias entre un bailarín y un futbolista. No entiendo cómo no existe cabida para todos los deportes, y el arte no puede estar olvidado, porque el arte es bálsamo para el espíritu.

 

En el año 2000 comenzó a andar la Fundación para la Danza Víctor Ullate, ¿debería dar más atención la Educación a la Danza?
Si en los colegios y en los institutos hicieran lo mismo que en cualquier país de Europa, que un día a la semana vieran una pieza de teatro o ballet, esos niños crecerían con una cultura que de mayores no tendrían que descubrir. Por eso la danza debe estar muy vigente en la formación del niño porque en el día de mañana serán personas sensibles al arte y no se aburrirán tan fácilmente.
¿Cuál es la misión de esta fundación?

Hace veinte años sufrí dos ataques al corazón. Estando en la mesa de operaciones, haciéndome el segundo catéter, me dije que iba a morir en paz y tranquilo. Y tuve un sueño muy bonito y a raíz de ese sueño hice Samsara. Juré que si volvía a tener salud haría una fundación para ayudar a niños desfavorecidos que están en centros de acogida. Son niños muy sensibles que buscan canalizar su carácter con la emoción por la danza. La danza es una terapia maravillosa. He pasado mis penas y alegrías bailando, y me lo ha dado todo: el éxito, hacer algo que me gustaba…. Lo que quiero es ayudar a todos estos niños. Estoy detrás de un gran proyecto que es la Casa de Acogida de La Danza, que es una casa de acogida pero con danza. Un sitio donde comer, vivir, estudiar y bailar. Yo trabajaba con niños de centros de acogida, pero necesitaba voluntariado, los centros se quejaban, los niños terminaban desapareciendo… También comencé trabajando con familias con poder adquisitivo bajo, para proporcionar estudios a los hijos de familias que no podían permitírselo. Mi gran ilusión antes de dejarlo todo es hacer esa casa donde los niños puedan ser grandes figuras de la danza y puedan tener un puesto muy bonito en la sociedad, y den esa alegría a España como ha pasado con  Lucia Lacarra, Tamara Rojo, Ángel Corella, Joaquín de Luz… Personas que han tenido un carrerón y que están donde están. Pero imagínate hacerlo con niños desfavorecidos y que cuando son mayores no tienen un puesto en la sociedad. Tengo gente que cree en esto, y espero hacerlo en no mucho tiempo. Y si hay gente que quiera apadrinar un niño, será un placer.

¿Cómo animamos a la gente de Málaga para que vaya a disfrutar de El Amor Brujo?

No hace falta animar a la gente de Málaga, porque estoy muy seguro que no se lo van a perder. Es una ocasión única, son dos días, y ojalá colguemos el cartel de no hay localidades.

Damos las gracias a Víctor Ullate por estos minutos tan maravillosos y estamos seguros que su amor brujo seducirá al público malagueño.
Teatro Cervantes de Málaga. El amor brujo, 11 y 12 de octubre 2017 

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