8 de marzo, yo paro.

Ilustración de Javier Plata

Se fue la Luna.

Se pusieron las Pléyades.

Es medianoche.

Pasa el tiempo.

Estoy sola.

Safo de Lesbos

Traducción de Jose Emilio Pacheco.
 8 de marzo, yo paro.

Paro por todas las mujeres que no tienen conciencia de género, para que despierten, por las mujeres que sufren discriminación en el trabajo y se callan, para que hablen, por todas las que no tienen conciencia de clase y viven sin saber que sus vidas están condicionadas desde su nacimiento, para que griten basta.
El 8 de marzo yo paro por las mujeres negras, gitanas, latinoamericanas, asiáticas, árabes, por las musulmanas, las lesbianas, bisexuales, transgénero, por todas las que no saben defenderse y por las que alzan la voz, yo paro por todas las mujeres que pertenecen a colectivos marginados, para que los que predican igualdad no se olviden de respetar la diferencia.
El 8 de marzo yo paro por las niñas y los niños del mundo y por sus derechos, por los explotados, marginados o silenciados, para que escuchemos sus voces y les dediquemos el tiempo que merecen, para que dejemos de darles lecciones y aprendamos de su fortaleza, para que no les inculquemos odio, racismo, machismo ni homofobia.
El 8 de marzo yo paro por las abuelas, las hijas, las ancianas, por las que padecen alguna discapacidad, las madres y las hermanas que cuidan y cocinan y limpian y están de parto y no pueden parar, paro por las que no tienen hijos y por las que no les da la gana tenerlos, paro por las que son madres y están reventadas.
El 8 de marzo yo paro por los hombres que no temen al feminismo y leen literatura escrita por mujeres, por los que admiran a las creadoras y a las artistas de todo el planeta y difunden sus obras, paro por ellos y podría decir sus nombres porque son muy pocos, insuficientes, apenas los oímos, mientras tanto, una mayoría de hombres nos silencian desde el poder y la cultura, hombres que son de izquierdas y de derechas, pobres y ricos, analfabetos y académicos de la lengua.
El 8 de marzo yo paro por la memoria de todas las mujeres que vivieron para que nosotras tengamos derecho al voto, por las que fueron y son asesinadas, violadas, por las desaparecidas y las mutiladas y por las que siguen luchando para que no suceda.
Es marzo y escribo con la certeza de que no hay vuelta atrás, con la esperanza de que alguna mujer lo lea y decida parar por ella y con nosotras, por ella y con las mujeres que han parido la tierra y sostienen el mundo con sus manos y sus entrañas.
Sonia Aldama Muñoz

Escritora, profesora de Cursos Culturamas. Sus relatos están incluidos en las antologías Cuentistas Madrileñas (2006), En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis (2014), Diez relatos de mujeres (2015) y Servicio de habitaciones (2016).
En 2013 publicó el libro de poemas Cuarto solo y en 2017 la editorial Torremozas publica su poemario La piel melaza.

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