En Gran Vía, un nuevo show a capela del Golden Apple Quartet

Por Horacio Otheguy Riveira

El grupo humorístico, teatral y musical fundado en 1986 en San Sebastián, regresa a Madrid con un nuevo espectáculo con el que vuelven a sorprender uniendo estilos, explorando géneros musicales con sus prodigiosas voces, y su desenfadado sentido del humor.

En su 32º aniversario, Loyola Garmendia, Eduardo Errondosoro, Manuel Romano y Mikel Urreizti siguen siendo cuatro vascos con espíritu y raigambre universal. Fieles a su estilo de músicos exigentes que asombran y a la vez se parodian sin piedad, idearon un título perfecto: Sin Ton ni Son del que los espectadores salen boquiabiertos, con los ojos como platos, cuando no llorosos de tanto reír.

El recorrido no puede ser más imaginativo, tan grande es la variedad de géneros musicales que abarcan contando con el poderío de sus voces.

Por ejemplo, avanzan por un atasco de coches atiborrado de bocinazos con los que crean una base armónica sobre la que interpretan una canción muy popular. Nada se les escapa: música americana, bandas sonoras de películas, y hasta alcanzan un momento memorable de homenaje y enaltecimiento de la flatulencia con mucha clase y musicalidad.

Viajan a las montañas del Tirol donde consiguen provocar un alud con sus voces, se atreven con un cuento chino milenario, y sacan música celestial nada menos que de un disco de pizarra rayado. Cómo recrean la canción a la perfección y los diferentes efectos de sonido de un disco rayado, continuando la canción mientras incluyen sus defectos técnicos. Increíble, y súper original. Y además, Elvis Presley, las chirigotas de Cádiz, música country y de películas célebres, todo salpicado por un humor que es su acierto actoral y también su debilidad, pues funcionan mucho mejor musicando que como cómicos. Pero como lo perfecto es enemigo de lo bueno, sus maravillosas voces reaparecen y logran cautivarnos en un más difícil todavía que parece no tener límites. Parodia del mundo coral y de sí mismos con todas las letras en castellano. Y equilibran con canciones en inglés donde brilla más el conjunto vocal, pero siempre con ricas armonías y una gran calidad interpretativa.

Cantan When the Saints go marching in, Cotton Fields, Michael Jackson, la popularísima copla María de la O (quitando palabras y utilizando gestos), el tanguillo gaditano “los duros antiguos”, el villancico de verano (una sátira a las vacaciones en la playa esas tan deseadas y que luego resultan ser desesperantes, masificadas y aburridas).

El gran final contiene muchos finales, una canción de despedida que incluye un bis, y su propia vuelta a la canción de despedida. Muy graciosa ocurrencia. Y el propio bis de verdad, que es un vaivén de partituras con un popurrí de canciones populares desde U2 pasando por el Aserejé, Coldplay, Somewhere over the Rainbow, y La Macarena, que acaba siendo un canon espectacular de todas esas canciones.

El Cuarteto de la Manzana Golden (traducción literal del Golden Appel Quartet) cuenta con voces y creatividad para rato, se llevan entre sí estupendamente, demostrando con claridad que tienen los egos a ras de tierra. Y es que se saben geniales y por eso no se toman en serio. Manzana a manzana, 32 años recorriendo mundo con melodías a muchas voces con sólo cuatro bocas y ocho manos que no se parecen a ninguna otra.



 

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