"Medida por medida": drama y comedia unidos ante el irresistible encanto de una mujer virtuosa

Por Horacio Otheguy Riveira

El irresistible deseo de voltear, saborear, violar a una mujer virtuosa en un mundo donde no hay más que religiosas, esposas o putas, es una constante en la historia del teatro, al menos desde esta Medida por medida que Shakespeare estrenó en torno al 1604, partiendo de un concepto cristiano como el del Evangelio según San Mateo: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” (Mateo 7:2).

La interesante versión que ahora nos ocupa fue escrita por Isidro Timón y Emilio del Valle, quien a su vez la dirigió con la feliz idea de componer una historia de suspense y acción por la que se filtran momentos de oscuro dramatismo en un entorno de comedia de enredo. Difícil equilibrio bien logrado en una puesta en escena muy medida —valga la paradoja— con una obra de por sí inclasificable para los estudiosos del teatro isabelino. La compleja combinación de estilos tiene un gran acierto en la elección del reparto que con sólo ocho estupendos intérpretes resuelve brillantemente una sucesión de escenas pensadas para una veintena de personajes, reflejando en todo momento los vaivenes  masculino-femeninos dentro del inquietante clímax social de la época.

La innecesaria multipresencia de un músico-clown (Nacho Vera) —eficaz por momentos, pero con un prólogo y varias apariciones de grueso calibre que desvirtúan la armonía general— implica un accidente menor que no empaña los muchos elementos positivos de una envolvente atmósfera donde los disfraces de algunos personajes fundamentales confrontan con gran acierto la naturaleza crítica de una sociedad hipócrita para la que el baño de fe es una estratagema al servicio del abuso de poder, muy presente en muchas obras teatrales como Tosca de Victorien Sardou, 1887, luego ópera de Puccini, 1899; el Tartufo de Moliere, 1664, o Las amistades peligrosas, novela de Pierre Choderlos de Laclos, publicada en 1782, que cuenta con múltiples versiones teatrales y al menos tres realizaciones cinematográficas. Todos grandes trabajos posteriores a la obra de Shakespeare, girando en torno a la irresistible belleza de “una mujer virtuosa” que sobreexcita a los hombres influyentes, lobos hambrientos, astutos para la extorsión, el chantaje o la falsa seducción, seguros de que se trata de una débil criatura a su merced. En cada texto, una solución diferente, y en esta Medida por medida, tanto el siniestro “incorruptible” como el buen Duque que la libera de sus garras aspiran a lo mismo, uno por la fuerza, el otro por el “amable” matrimonio obligado, sin contar con el beneplácito de quien es mero objeto de deseo.

Ahora es tiempo de comedia y ella, la encantadora Isabel, se enfurece y les rechaza por igual; ahora es tiempo de rebeliones femeninas posibles… aunque mucho menos de lo que deberían. El bagaje ideológico de esta Compañía no duda ante la puja por la libertad sexual en todos los ámbitos y aventuras, y el tono festivo del final reconcilia con la esperanza “a la medida” del noble empeño de esta Factoría Teatro que, junto a Inconstantes Teatro lo puso en pie.

David Luque y Chema de Miguel en dos interpretaciones muy logradas con gran sentido del humor en personajes clave.



 
La virtuosa candidata a monja (Muriel Sánchez) despierta la libido del severo moralista, mientras que una mujer con mucha experiencia en las lides amorosas la liberará de toda amenaza (Gonzala Martin Scherman): una y otra, las únicas mujeres de la comedia implican los extremos de una feminidad condenada durante siglos, aquí bien resuelta a través del arte y la buena voluntad de un comediógrafo genial.

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Otras representaciones en Madrid

En 1955 el director José Luis Alonso la estrenó en el Infanta Isabel con un gran elenco formado por Francisco Valladares, Jesús Puente, Agustín González, María Jesús Valdés, Julieta Serrano y Alicia Hermida. Desde entonces se han visto otras versiones; por ejemplo, la de 1969 en el Teatro Español de Madrid, en versión de Enrique Llovet, con dirección de Miguel Narros e interpretación de Guillermo Marín, Agustín González, Víctor Valverde, Mari Carmen Prendes, José Luis Pellicena, Berta Riaza y Ana Belén.

En 2009, Carlos Aladro y Ronald Brouwer tradujeron y escribieron una versión que dirigió el primero. Sucedió en el Teatro de La Abadía y fueron sus intérpretes: Israel Elejalde, Miriam Montilla (foto), José Luis Alcobendas, Irene Visedo, Jesús Barranco, Markos Marín, Almudena Ramos, Fernando Soto y Julio Cortázar.

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Dirección: EMILIO DEL VALLE
Autor: WILLIAM SHAKESPEARE
[No consta traducción]
Versión: EMILIO DEL VALLE, ISIDRO TIMÓN
Escenógrafo: ARTURO MARTÍN BURGOS
Intérpretes: MURIEL SÁNCHEZ, NACHO VERA, GONZALA MARTÍN SCHERMAN, DAVID LUQUE, CHEMA DE MIGUEL, JORGE MUÑOZ, JUAN DÍAZ, SALVADOR SANZ
Figurinista: JUAN ORTEGA
Iluminador: JOSÉ MANUEL GUERRA
Ayte. dirección: GONZALA MARTÍN SCHERMAN
Coreógrafa: MARÍA MESAS
Música original: NACHO VERA
Producción Ejecutiva: GABRIEL BLANCO
Fotógrafo: MIGUEL SARTI
Producción: FACTORÍA TEATRO – INCONSTANTES TEATRO
Teatro Bellas Artes, Madrid, del 1 de agosto hasta el 2 de septiembre 2018. 

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