Imprebís cumple 25 años: improvisaciones de alta calidad a pedido del público

Por Horacio Otheguy Riveira

Desde el comienzo en 1995, el arte de la improvisación alcanza niveles de master class cada vez que Carles Castillo, Carles Montoliu y el director Santiago Sánchez se vuelven a encontrar. El público apunta en un papel lo que desea ver improvisado y ellos «lo ejecutan» con la experiencia de toda una vida en el teatro y el apoyo de más de un millón de espectadores en 18 países. Ahora festejan sus bodas de plata todos los jueves en el Alfil de Madrid.

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Teatro gestual y teatro de texto que surge en cada ocasión. En una urna caen los papeles con palabras que sugieren mundos que han de representarse en pocos minutos: la comedia grotesca o elegante, el drama surrealista o sentimental y los géneros que surjan según la circunstancias de cada noche.

Papeles con palabras a menudo tremendas o aparentemente muy pobres, pase lo que pase, durante una hora quince minutos este trío se apoya en un músico y un técnico de luces que también improvisan.

Todos a una hacen honor al lema del espectáculo:

Tú nunca sabes qué vas a ver.

Ellos tampoco saben qué van a hacer.

 
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Carles Castillo y Carles Montoliu son los hombres-orquesta que asumen todos los personajes y Santiago Sánchez el director que está siempre en escena, en un rincón, reunido con ellos para cada tema, dando opciones, marcando pautas, sugiriendo. El músico en vivo va a su aire, incorporándose en cada situación lo mismo que el técnico de luces según ven y escuchan. Lo que hace el director no lo sabe el espectador, queda entre ellos, la sorpresa es siempre absoluta.

La última función a la que asistí (cuando cumplían 20 años y no los 25 de ahora), las propuestas del público eran harto difíciles: Hijo de puta por qué me traicionaste: y el pianista cantante Víctor Lucas disfrutaba de lo lindo con lo bien que sienta cantar «hijo de puta hijo de puta hijo de putaaaaa», provocando desaforadas carcajadas, pues quien más quien menos cree que tiene en su punto de mira al peor hijo de puta de cuantos existan en el mundo hijoputa en que vivimos. Pero los actores se metieron a fondo en la recreación de una traición familiar, de un conflicto entre hermanos a golpe de melodrama intenso de principio a fin, dejándonos con el corazón en la boca.

Con Musa, un delicatessen delicioso que se enmarca en las mujeres de Picasso y una pregunta: ¿qué hubiera pasado si en lugar de plasmar sonrisas o cuerpos imaginarios, el genial artista se hubiera ocupado del corazón esas mujeres que le amaron tanto…?

En el caso de Sexo, torbellino de pasiones que llegó a continuación de No sé si me la has metido: dos números procaces, de revista impúdica y a la vez encantadora con su punto de provocación para espectadores desprevenidos.

Son estas unas pocas perlas de un cocktail cada noche diferente. Ellos trabajan duro en cada caso, y siempre están allí, al alcance de nuestros aplausos con la sencillez de los más grandes y el encanto de compañeros de ruta, de amigos de toda la vida que han ido haciéndose mayores a la par de nuestra ya legendaria admiración.

A la izquierda, el pieanista, Víctor Lucas, A la derecha, el director Santiago Sánchez. En el centro, los actores Carles Castillo y Carles Montoliu. Todos juntos en escena, un cuarteto sensacional al servicio del arte teatral de la improvisación.

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Un espectáculo original de Michel López

Con Carles Castillo y Carles Montoliu

Dirección de escena: Santiago Sánchez

Música en directo: Víctor Lucas

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Sonido: José Luis Álvarez

Dirección de producción: Ana Beltrán

Ayudantía de producción: Paca Mayordomo

TEATRO ALFIL. Desde el jueves 4 de octubre 2018 a las 22,30 horas.

 

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