'Primer día de clases', de César Mundaca

Primer día de clases bajo el cielo sin gracia.

Primer día de clases y me robas la atención.

Primer día de clases eclipsado por el deseo de tenerte,

de protegerte, de aprisionar tu aliento,

de explorar tus cavidades con mí torrente afectivo.

Miradas que no se corresponden.

Miradas que no significan lo mismo.

Anhelo, enorme anhelo.

Amargura, honda amargura.

Pecho estrujado, espíritu desolado

y la canción infinita: nunca serás amado.

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