Antístenes: "primero maniático que voluptuoso"

por Kika Sureda

Antístenes, filósofo ateniense (445 a.C.-365 a.C.). Compañero de Sócrates, uno de los que, según Platón, participaba en su última conversación. Era un prototipo de sabio austero y solitario. Maestro de profesión, sigue a Sócrates cuando sostiene que la virtud puede adquirirse con el estudio y que es suficiente para alcanzar la felicidad. Fue el prototipo de sabio solitario y austero, que confiaba plenamente en el ser humano de forma individual y con una desconfianza total en cualquier institución, defendiendo la austeridad del estilo de vida socrático, mostrando su desprecio vehemente por los placeres, excepto los de la vida dura y sencilla. Esta insistencia en la autosuficiencia y en el desapego propio del hombre virtuoso fue heredada por los estoicos y por los cínicos. Junto con Diógenes y Crates es considerado el precursor de la escuela cínica y de la estoica a través de Zenón de Citio.

Vestía con harapos porque según él a través de los agujeros veía la vanidad humana. Entregó su cuerpo y alma al cinismo. No consiguió ser ciudadano ateniense porque su madre era una esclava tracia y su padre ciudadano ateniense.

Sus principios filosóficos comenzaron con el sofista Gorgias al mismo tiempo se inició en los misterios órficos. Aunque su principal fuente de sabiduría fue Sócrates, del cual era discípulo y amigo.

Mientras Sócrates esperaba el momento de beber la cicuta que acabaría con su vida, ambos debatían sobre la inmortalidad del alma. La sangre fría y la tranquilidad de Sócrates en un momento tan dramático le marcó profundamente y probablemente fue la causa de la insistencia posterior en la ataraxia (ausencia de turbación).

Un día Antístenes decidió vender todo y sólo guardó su túnica raída y un bastón. Eso llamó la atención de Sócrates. Comenzó así a predicar en un gimnasio abandonado, un lugar donde anteriormente se ejercía el culto al cuerpo y no a la mente: Cinosargo (“el perro ágil o blanco”), de ahí puede derivar el nombre de la escuela cínica. El uniforme con el cual es identificado como cínico es un manto, un zurrón y un bastón.

Prescinde de todo lo material, con el objetivo de alcanzar la felicidad, teniendo como bandera la autarquía: la independencia de cualquier condicionamiento exterior y con lo cual requiere un aprendizaje y esfuerzo de la autosuficiencia. Muchos cuestionaron la honorabilidad de este grupo de filósofos, aunque a los alumnos no parecía importarles, según Diógenes “Ya que nos tratan de perrunos, actuaremos como perros”. Según Giovanni Reale y Dario Antiseri en su obra Historia de la Filosofía: “Antístenes puso de relieve especialmente la extraordinaria capacidad práctico-moral de Sócrates, como la capacidad de bastarse a sí mismo, de autodominio, la fuerza de ánimo, la capacidad de soportar fatigas, y limitó a lo mínimo los aspectos doctrinales, oponiéndose acérrimamente a los desarrollos lógico-metafísicos que Platón había impreso al socratismo”.

Una vez preguntado qué disciplina era la más necesaria, respondió: “desaprender el mal”

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