El jovencito Frankenstein: feliz reencuentro musical con el monstruo de Mel Brooks

Por Horacio Otheguy Riveira

«Eres un monstruo» solía decirse a los grandes del show business, especialmente en el reino del espectáculo en vivo, y Mel Brooks es el más grande. El hombre que despertó risas parodiando todos los géneros en el cine, que fue productor de importantes dramas y creador de musicales con los que soñó de niño. Y como si todo esto fuera poco se hinchó a ganar dinero al tiempo que recibía los premios más importantes, creaba su propia productora… y se casasaba con una de las más hermosas criaturas del cine, una actriz dramática también triunfante en el teatro a quien además le produjo películas: Anne Bancroft.

El jovencito Frankenstein se estrena en España produciendo un reencuentro con el humor de Brooks y su pasión por convertirlo en ingenua picaresca para toda la familia, con sus rutilantes mujeres, bobos que acabas adorando y malos que enamoran, todos sumergidos en una gozosa partitura que es, a su vez, homenaje a temas de consagrados musicales.

En la gloria con sus fabulosas dotes, Víctor Ullate Roche, como el atolondrado «Jovencito», y Albert Gràcia como el monstruo de su loca creación, un tipo tan temible como encantador ante el que la bella entre las bellas perderá la cabeza… por amor.

Despliegue de números musicales muy brillantes con letra y música del ya nonagenario Mel Brooks que supervisó esta puesta en escena sin moverse de su despacho, leyendo los pasos a seguir del director y viendo los dibujos del escenógrafo y las pautas de iluminación. Quería saber, momento a momento, cómo iba a ser en España esta comedia representada en Broadway, Londres y en muchas otras ciudades con largo éxito. Y en todo fueron reconocidas las buenas ideas del responsable de la puesta en escena, coautor de la versión española, con sus guiños y libertades aprobadas. Así que con todo derecho, Esteve Ferrer es coautor también de la obra en sí, un homenaje a la parodia de uno de los dramas terroríficos más importantes de la historia de la literatura universal: entre canciones y bailes, un reparto de excepcional calidad donde no hay secundarios, sino primeras figuras de gran talento para todos los personajes.

El jovencito Frankenstein o la eterna sonrisa de la revista musical en la que una aventura muy conocida se trasplanta para reírnos de lo truculento, cantando y bailando, incluso cuando un monstruo anda suelto… y resulta que es más bueno que el pan y llega a cantar maravillosamente su dúo de amor.

Todo ha de estar en riguroso orden y pulcritud. En medio de un caos aparente, la creación de El jovencito Frankenstein nació en el cine con una comedia que Mel Brooks escribió y dirigió, pero no protagonizó, igual que con Los productores, la otra maravilla musical con muchos puntos de contacto con ésta, como la creación de un protagonista patoso y bobalicón que terminará triunfando por todo lo alto, llevándose a la preciosa rubia con la que pierde la virginidad y haciendo del monstruo feroz de la novela original de Mary Shelley un buenazo con el que no hay que tener ningún cuidado porque resulta encantador.

Toda la historia tiene personajes secundarios de gran fuerza con el toque de distinción de quien ama el delicioso encanto del vivir a tope cada instante de la vida, presente en todas las canciones. La irrupción de los cuadros musicales son entendidos por Esteve Ferrer con su amplio conocimiento del género, pero también de otros géneros que aplica en su puesta en escena, incluida la ópera (género que admira con entusiasmo) en un momentazo de Albert Gracia con Marta Ribera, a su vez que toma secuencias de clásicos, la dinámica del teatro a la vista con sus trucos y su autoagasajo.

La monumentalidad de la escenografía de Felype de Lima recibe con agrado los múltiples ingenios lumínicos creados por el maestro Juanjo Llorens. Pero también en lo pequeño destaca la imaginación y el esfuerzo creativo de sus intérpretes, como el caso de Pitu Manuben en el doble papel de Inspector severo y Ermitaño ciego que conquista el corazón más huraño de la obra. ¿Y cómo lo hace sino cantando una bellísima canción dirigida a Dios para que por favor le ayude a condenar su soledad, enviándole A Alguien, Alguien…

Todo confluye para que el gran espectáculo brille en dos horas y media de inagotables encuentros con la alegría y la creatividad. Estrenado en Broadway en 2007, luego llegó a Buenos Aires en 2009, París, 2011, Roma, 2012, México, 2016 y Londres en 2017,

Terrorífica comedia musical en cuya producción se han usado 7500 kg de aluminio para las estructuras de la escenografía. Se necesitan 12 trailers para el transporte de la puesta en escena. Más de 2400 bombillas forman el telón del cartel luminoso en una absoluta producción ¡de alto voltaje!


Marta Ribera en uno de sus papeles más divertidos a la par que exigentes: el de una diva exuberante en todos los aspectos. Abre la función con este número fantástico del «No me toques porque me despeinas, porque me fastidias las uñas, porque me arrugas el vestido…»

Desprejuiciada, desinhibida, graciosa y voluptuosa, Inga, la alegre transilvana da la bienvenida al doctor dispuesto a recoger la herencia de su abuelo. Con una coreografía insólita, sin salir del carro de paja, Cristina Llorente despierta pasiones incontrolables. Conduce el carro un Igor sumamente divertido (Jordi Vidal), con dos caballos que darán que hablar.

De pronto nos sumergimos en el tradicional music-hall con los mismos bailarines-cantantes que representaron al pueblo de Transilvania, que fueron asistentes de experimentos, sirvientes rigurosos de una diva insoportable, y cuanto se tercie en una función donde conforman una imprescindible labor de equipo.

Seis grandes al servicio de un género único en el que estallan con gran dinamismo: la parodia, el humor negro y blanco, la revista musical con variedad de estilos, y una dulce emotividad para congraciarse con el placer de vivir… a lo grande, en plena libertad. De izquierda a derecha, cuatro grandes: Marta Ribera, Jordi Vidal junto al monstruo Albert Gràcia, Víctor Ullate Roche, Cristina Llorente, ,Teresa Vallicrosa en un fascinante papel de feroz ama de llaves que dan ganas de llevársela a casa.

«El humor es otra defensa contra el universo». Mel Brooks —Melvin James Kaminsky—, un judío universal que hasta logró reírse de Hitler dos veces: Los productores, primero en cine, 1967, y en teatro y cine musical después, 2001-2005, y en el remake de To be or not to be, 1983, con él mismo y Anne Bancroft de protagonistas, cuarenta años después de la película de Ernst Lubitsch.

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EL JOVENCITO FRANKENSTEIN

Libreto de Mel Brooks y Thomas Meehan
Música y letras: Mel Brooks
Intérpretes: Víctor Ullate Roche, Marta Ribera, Jordi Vidal, Cristina Llorente, Teresa Vallicrosa, Pitu Manuben, Albert Gracia, Gerard Míngues, Pablo Plaza, Joselu López.
Productor Artístico: Iñaki Fernández
Dirección Artística: Esteve Ferrer
Adaptación de letras: Esteve Ferrer y Silvia Montesinos
Director musical: Julio Awad
Pianista/director orquesta: Lola Barroso/José Ángel Silva
Coreografía: Montse Colomé
Diseño de vestuario: Felype de Lima
Diseño de escenografía: Felype de Lima
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens
Diseño de sonido: Javier Isequilla
Dirección de Casting: Daniel Anglès
TEATRO DE LA LUZ PHILIPS GRAN VÍA, MADRID

One thought on “El jovencito Frankenstein: feliz reencuentro musical con el monstruo de Mel Brooks

  • el 11 enero, 2023 a las 9:24 pm
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    El tiempo y el lugar.
    Se vino, detrás de mi, y se fue la blanca paloma vuela, blanca paloma. . .Y, vuela, por el camino, pedroches, conozco una buena, paloma 🕊 Fin.cierre. Etc, etc, etc… FIN…….. que vuelan, sabes, sobre cielo, azul. Fin… y, vienen, y se fueron. Fin. Ya, no, más… de el Largo plazo que es, necesario, páramo distinguido, ya.

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