‘Patria de las lenguas’, de Jean-François Sauré y Jon Alonso

HAIZEA USTARAN.

Este libro consta de dos partes: ‘Patria de las lenguas’, escrita por Jean-François Sauré y ‘Atlas del origen de las letras’ por Jon Alonso. De este modo, la obra comienza con el mito de la Torre de Babel, leyenda presente en gran cantidad de culturas, empleada para explicar el origen de las diversas lenguas que hay en el mundo. Posteriormente, en la segunda parte, se lleva a cabo un recorrido de las lenguas a las que dio origen dicho antiguo mito.

Antes de nada, cabe hacer una pequeña referencia de carácter histórico a la Torre de Babel. Así pues, la Torre de Babel o el zigurat Etemenanki, fue una edificación construida en la antigua Babilonia (actual Irak), en el siglo VI a.C, tan alta que llegaba al cielo, pues estaba dedicada a Dios, según el antiguo Testamento.

Así comienza ‘Patria de las lenguas’ la parte escrita por Jean-François Sauré. El relato cuenta que, en origen, “Una era la lengua en toda la tierra, y unas mismas la palabras”. Esto quiere decir que todos los seres humanos empleaban la misma lengua y todos se entendían.

Estas son las circunstancias en las que a Pharam, personaje protagonista de  la primera parte de nuestro relato y arquitecto, se le encarga la construcción de la torre, cuyo principal objetivo es llegar al cielo y, por tanto, a Dios.

Una vez construida, la torre provoca la ira de Dios, quien la destruye y divide la lengua única precedente, en múltiples lenguas, de manera que los seres humanos ya no podían comunicarse, salvo entre miembros de pequeños grupos inconexos que acabaron dispersándose, pues hablaban lenguas diferentes.

Tal como apunta Sauré, tal acontecimiento puede ser entendido de dos maneras. Por un lado, como algo negativo que provoca la escisión de la lengua única y, por ende, de una humanidad que se rehúye ante la dificultad de comprenderse.

Por otro lado, también puede entenderse, y así lo entiende Pharam, como una forma de independencia, como una oportunidad de ir más allá de lo determinado por Dios, así como una posibilidad de descubrir cosas nuevas y de explorar el mundo, tal como debieron hacer Adán y Eva al ser expulsados del Paraíso.

En la segunda parte del libro, titulada, como ya se ha dicho anteriormente, ‘Atlas del origen de las letras’, Jon Alonso realiza un listado de lenguas y alfabetos a los que, según el mito de la Torre de Babel, dio lugar su destrucción. Algunos de los que podemos encontrar son: el Sumerio, Egipcio, Hitíta, Cretense, Etrusco, Arameo, Fenicio, Latín, Griego, Ibero, Hebreo, Godo, Árabe o Cirílico, entre otros.

Tal listado viene acompañado de una breve descripción de la lengua que hace alusión a su origen geográfico y expansión, datación, ámbito de uso, tipo de escritura y diversos aspectos lingüísticos reseñables, como la existencia de casos en algunas de ellas, la ausencia de ciertas vocales o consonantes y la evolución de algunos rasgos con el paso del tiempo y los usos dados a las lenguas.

Algo destacable en esta parte, dado su interés y relevancia en el desarrollo de las lenguas actuales, son los rasgos comunes que es posible encontrar entre algunas lenguas, y cómo éstas se derivaron unas de otras y evolucionaron progresivamente hasta desaparecer en la mayoría de los casos, como el etrusco o el fenicio; o imponerse sobre otras lenguas, como el latín o el griego.

Así, según este atlas, descubrimos cómo el cretense pudo provenir del egipcio, cómo el etrusco y el tartésico comparten rasgos con el griego, o cómo el arameo y el púnico están estrechamente relacionados con el fenicio.

Ello ilustra cómo a pesar de tratarse de lenguas diferentes, empleadas en lugares e incluso épocas diferentes, todas beben de un origen común y se influyen mutuamente, dando lugar a la riqueza lingüística de la que el ser humano es poseedor.

En conjunto, “Patria de las lenguas” es un acertado relato donde la ficción mitológica y la investigación más rigurosa se unen en un estudio común que supone una valiosa aproximación al mundo de la filología y de la lingüística. Todo ello, desde un estilo sencillo y cercano, ideal para que un público lector no experto en dichas temáticas, pero interesado en conocer los orígenes lingüísticos de las lenguas actuales, pueda informarse y satisfacer su curiosidad al respecto, sin tener que bucear en densos manuales.

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