El Santo, un héroe de carne y hueso

Si alguien quisiera comprender lo que significa la lucha libre en México, -he de decir que-, estos gladiadores, han pasado a ser parte de nuestra historia y los hemos hecho superhéroes. Desde pequeños admiramos y muchos de ellos se distinguieron por su ejemplo de  valor y arrojo. Cuando era niño mi padre solía hablarme de un luchador que se convirtió en  leyenda de la lucha libre, es  “El Santo”. Quién abarrotaba los lugares donde se presentaba por su calidad de luchador y la elegancia con lo que lo hacía. El  pasado 5 de febrero, se cumplieron 35 años de su fallecimiento y es recordado por los aficionados a este deporte.

Se llamaba Rodolfo Guzmán Huerta, nació en la ciudad de  Tulancingo en el estado de Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917, su carrera de luchador  de los encordados, la inició en 1942, convirtiéndose en un héroe popular rápidamente, gracias a su carisma e innovación luchística, pues creaba constantemente llaves para someter a sus adversarios. Antes de su incursión al cine, se creó un tebeo semanal del superhéroe en 1952 del que se vendieron millones de ejemplares y en la historieta, se narraban las insólitas aventuras del luchador contra diversos enemigos que querían dañar a la sociedad. A la par de su historieta, lo llevaron al cine, realizando más de 50 películas, -taquilleras para su tiempo-, en ellas hacía uso de tecnología que aún no se había inventado, un ejemplo, su radio-reloj, lo que hoy sería un smartwatch con el que se comunicaba con los policías que solicitaban su ayuda. Estos filmes, lo inmortalizaron y se han convertido en películas de culto.

 

Don Jesús Lomelí, -su entrenador- fue quien le sugirió el nombre, pues estaba formando un equipo de luchadores que llevaban vestimentas plateadas y quería incorporar a Rodolfo Guzmán por su éxito. Entre los nombres sugeridos para él, fueron El Ángel, El Diablo o El Santo, optando Guzmán por este último e iniciando primeramente en el bando de los rudos y aunque logró ganar seguidores, prefirió pasarse al bando de los técnicos, creando su propio estilo y haciéndose más popular entre las multitudes, con el tiempo creció en fama y fue reconocido como «El Santo enmascarado de Plata».

Su popularidad en las arenas, la historieta y el cine, lo colocó como un héroe de carne y hueso, que a diferencia de los existentes en Estados Unidos como Superman o Batman, -que estaban en auge por la misma época-, El Santo era real.

 

El luchador de Plata, jamás perdió su máscara en el rin y se despidió de las luchas a principios de los años 80’s. Después de presentarse en el programa conducido por el comentarista Jacobo Zabludovsky el 25 de enero de 1984, llamado “Contrapunto”, el conductor logró que el luchador se despojara de su máscara para que el público conociera su rostro, que había ocultado por 44 años. Días después, el 5 de febrero de 1984, el corazón del héroe se apagaba para siempre, al día siguiente de su muerte, fue sepultado en Mausoleos del Ángel, acompañado de más de 10 mil personas que fueron a despedirlo.

México creo sus propios héroes y su significado podemos resumirlo con estas palabras Si alguna vez estando en un acto de injusticia, tu te revelas, si alguna vez defiendes el derecho del débil, en contra del odioso opresor, si alguna vez te yergues altivo en contra del infortunio. Será señal de que tu llevas dentro el mismo ideal que mueve a este atleta enmascarado, lucha por el bien, haz caridades y oculta tu rostro. Así como el médico, algún día llegaras a ser tú, que importa saber quién es él, respeta su incógnita e imítalo, hombres como él hacen falta en este mundo de ahora, para que nos lleven a un horizonte de eterna paz”.

Película El enmascarado de plata

Por @daniesans

 

Danie Sans

Periodista y escritor. Amante del arte y los enigmas históricos.

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