“El amor está en el aire”: humor y dulce nostalgia con Bibiana Fernández y Manuel Bandera:

Por Horacio Otheguy Riveira

Solos con un pianista. Tres años ya haciendo país, bien recibidos con el calor humano que ambos desprenden. Cada uno con un historial diferente con origen artístico en los explosivos ochenta. Les escribe y dirige Félix Sabroso, un hombre de cine que ya ha jugado con éxito en el campo de la comedia teatral. El amor está en el aire es una función que tiene antecedentes en el cine (On connaît la chanson, de Alain Resnais; El otro lado de la cama, de Emilio Martínez-Lázaro;  e incluso en el teatro nacional con una sorprendente creación colectiva interpretada por músico y pareja de actores-cantantes rotativos: Lo mío y lo tuyo). En ese contexto apuesta por un sentido del humor más irónico y una fuerza sentimental ligada a temas muy populares en otros tiempos, en la época en que Bibiana y Manuel fueron jóvenes, empezaban sus carreras, soñaban con los cambios de la transición y ambos, cada cual a su manera, dieron muestra de talentos singulares que ahora comparten con un público encantado. Se les aprecia y mucho. Y ambos se divierten divirtiendo, cantando temas que la mayoría reconocen… ya como propios.

En esta reposición en el Fígaro llama la atención la nutrida participación de espectadores que vivieron aquellos 80, que supieron de la transformación fascinante y radical de Bibi Andersen (una vedette espectacular, una show-women de gran encanto) en esta Bibiana Fernández: su feminidad, su ambición de abandonar una historia original y crear otra ha dejado huellas muy notables en muchos campos, y aquí, en las primeras escenas un caballero decidido (impecable Manuel Bandera) se acerca a su mesa en busca de aquella, y entonces ella canta un clásico con que Mari Trini (letra y música) instaba a la libertad de las mujeres para ser y actuar al margen de las normas, sin supeditarse a los deseos masculinos. La canción con que Bibiana le rinde homenaje es Yo no soy esa: mensaje revelador que rebate la célebre copla “Yo soy esa”, lamento de una mujer utilizada por los hombres.

Yo no soy esa que tú te imaginas 
Una señorita tranquila y sencilla 
Que un día abandonas y siempre perdona 
Esa niña si, no
Esa no soy yo
Yo no soy esa que tú te creías 
La paloma blanca que te baila el agua 
Que ríe por nada diciendo sí a todo 
Esa niña si, no
Esa no soy yo (…)
Diez sketches y diez canciones articulan este directo espectáculo en clave de comedia mordaz, que indaga en las relaciones de pareja. El amor, el desamor y sus aledaños: la pareja, el matrimonio, el sexo, la infdelidad, la dependencia, la renuncia, las mentiras, el desengaño, el olvido. El amor ese eterno juego del ratón y el gato que toca y conmueve al común de
los morta- les. Hablamos pues de comedia musical romántica.
Cada sketch representa una etapa o un modelo amoroso: La reconciliación. El desamor y el olvido. La pelea, la ruptura y sus consecuencias. El engaño la traición. La costumbre, el tedio. La relación matrimonial, la estabilidad. El amor imposible. El amor interesado. El amor correspondido, el milagro de ser dos. El enamoramiento, la explosión erótica, la pasión de las primeras veces. Todo en un festejo en bucle, de la mano de poetas popularizados por grandes voces, o ellos mismos cantantes de sus temas: Armando Manzanero, Olga Guillot, Rocío Dúrcal, María Jiménez, Rocío Jurado… Muchas sorpresas en un ambiente familiar que el público agradece entusiasmado.
Texto y dirección escénica Félix Sabroso
Ayudante de dirección Clara Segura Delgado
Intérpretes: Bibiana Fernández y Manuel Bandera
Bailarina Marisol Muriel
Piano Guillermo González/Marco Rasa
Dirección musical Tao Gutiérrez
Profesora de canto Vivian Siles
Escenografía Alberto Puraenvidia
Diseño de vestuario David Delfín
Diseño de iluminación David Picazo
Coreografía Marisol Muriel
Producción SEDA & LAQUERENTE

 

 

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