La bicicleta amarilla es la idea de una felicidad alcanzable, siempre y cuando la reconozcamos como lo que es, es decir, la idea de que la felicidad es algo que podemos alcanzar. Una idea que los niños tienen muy clara, como una evidencia, y que poco a poco, en la edad adulta, olvidamos o mistificamos. Y, al mismo tiempo, es una idea de libertad esencial: pedaleo y mido el mundo con mis propias fuerzas. El texto que he escrito se puede leer, pero también cantar, y creo que se adapta a todas las edades. Mi texto es para los que piensan que es suficiente una bicicleta, tal vez amarilla, para ser felices.