CRÍTICA// ‘Dinero fácil’, de Xabier B. Fernández

JOSÉ LUIS MUÑOZ.

El argumento de los atracos fallidos, o que se complican, es muy querido del cine americano pero no tiene mucha trayectoria aquí, en España, así es que bienvenida esta aportación fresca que nos llega, en lo literario, de la mano de Xavier B. Fernández con el título de Dinero fácil, más para unos que para otros, más para los que mueven los hilos desde despachos que para los que se la juegan pistola en mano.

Juan Castillo, que había pertenecido a la banda del legendario Vaquilla, se muere por una enfermedad terminal pero quiere darse una despedida de la vida a lo grande dando un golpe sobresaliente. No sabe cómo se le va a complicar ese atraco a un banco, en teoría de manual, por la impericia de sus compinches y por el trasmundo que ignora: en las entrañas del banco; en esas siempre turbias cajas de seguridad hay mucho dinero  negro fruto de la corrupción política y del pelotazo inmobiliario que justo ahora empieza.

Dinero fácil es una novela negra coral. Xavier B. Fernández aplica la técnica calidoscópica para armar su historia y focaliza cada uno de sus capítulos en sus chicos del coro, alguno de ellos, como un tal Matanzas, reconocible por un lector perspicaz  Las imágenes eran de archivo. Ilustraban una noticia de última hora, relacionada con su famoso aeropuerto, que a tres años de su inauguración se4guía tan vacío como el primer día.

Con una prosa directa, incisiva, sin recovecos y a ritmo de canciones populares de la época que van de Los Chunguitos a Peret, y acertadas dosis de violencia inherentes al género (Percibió, durante una décima de segundo, cómo el asombro demudaba el rostro de Salud. Luego se oyó el taponazo, y vio un aerosol de gotitas rojas elevarse sobre su cabeza. Salud quedó en pie durante un segundo más, con la expresión de asombro congelada en el rostro, hasta que se derrumbó como una enorme marioneta a la que, de pronto, alguien le hubiera cortado los hilos.) Xavier B. Fernández (Barcelona, 1960) conduce al lector a un terreno resbaladizo en el que los personajes aparentemente más inocentes resultan ser los más letales, como la empleada del banco, sin ir más lejos. Dinero negro fácil, para unos; dinero manchado en sangre para otros.

Derrocha oficio Dinero fácil. No en vano su autor ha publicado cuatro novelas (Kensington Gardens, El sonido de la noche, Un trabajo nocturno y El amante de la mujer árbol) y ha ganado dos importantes premios literarios, el Río  Manzanares en 2010, y el Fernando Quiñones, en 2013. Dibuja con diálogos precisos el autor a sus personajes, y lo hace con solvencia ya se traten de pobres parias nacidos en los vertederos de la sociedad, magos de las finanzas o mercachifles de la política. La buena novela negra no se concibe sin una carga social, y Dinero fácil la tiene, sin duda, porque se sitúa en esa España que reventó literalmente por la ambición de políticos sin escrúpulos, como el tal Matanzas, que saquearon lo público para engrosar lo privado (léase su bolsillo). Los que mueren y los que disparan son meros peones de una función que no entienden.

La novela se alzó con el primer premio Black Mountain Bossòst 2019 con un jurado de lujo formado por tres veteranos de la novela negra: Guillermo Orsi, Fernando Martínez Laínez y Mariano Sánchez Soler. Del argentino Orsi, gran maestro internacional del género, es una de las frases que lucen en la contraportada de la novela: El mal paso de los protagonistas no es entonces apropiarse de un botín que nadie les invitó a compartir sino a enterarse, tal vez demasiado tarde, de que no son bienvenidos al festín de los corruptos. Porque en un sistema en demolición, los escombros son humanos.

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