Dead Hamlet, el célebre príncipe reaparece en una impactante creación de teatro danza

Por Horacio Otheguy Riveira

Un ensueño, una danza de espíritus en conflicto, demasiado ligados a humanas emociones. Embrujos, pasiones a ras de tierra y otra vez embrujos que tanto interesaban a Shakespeare. Este Dead Hamlet, que empieza con una canción espléndida mientras el público se acomoda, logra una plasmación mágica en todo momento, contando con una iluminación, vestuario y banda sonora fascinantes, ya que ambientan la extraña atmósfera de un mundo desgarrado dentro y fuera de los personajes, encerrados en la prisión de Dinamarca, donde además son dolorosamente atrapados por el mandato de un muerto que clama venganza.

Bajo una concepción general de teatro-danza, lo que aquí sucede entra en un terreno inclasificable, tantos son los recursos puestos en juego. Sorprendente es el primer adjetivo que viene a la mente para el espectador necesitado del asombro. Quien esto escribe ha visto a lo largo de su vida muchos Hamlet, y las versiones de teatro contemporáneo están a la orden del día para varias obras de Shakespeare, más aún con esta genialidad “imprevisible”, ya que hay tantos claroscuros en el propio texto que puede revisarse una y otra vez. En cada caso asisto lo más abierto posible a la representación que toque, pero no carente de prejuicios por completo, ya que soy un espectador comprometido, que ha disfrutado y padecido muchas puestas en escena del mismo texto, y lo ha estudiado en diferentes traducciones.

La cuestión principal es con qué carga de talento puedo llegar a interesarme. Puede resultar más o menos “simpático” el punto de vista [al final de este texto habrá enlace a otros Hamlet más o menos recientes], pero lo que busco es al príncipe y los personajes que lo rodean con la clara intención de descubrir aspectos nuevos. Igual que con cualquier obra que me haya impactado (léase, novela, cine, no solo teatro), cuyo conocimiento del final no altera el interés en el desarrollo.

En esta ocasión, desde el minuto cero he sido abducido por un universo del que me ha costado regresar. Tan rica la estructura dramática creada entre movimientos coreográficos y de teatro gestual con palabras y sonidos ejecutados por los propios intérpretes, que todo el asombroso engranaje consigue fluir con una naturalidad propia de una gran Compañía que con este espectáculo cumple nada menos que su décimo aniversario.

Sennsa Teatro Laboratorio (International Physical Theatre Research Company), con dramaturgia y dirección de J.M. Mudarra, ha puesto en pie un coloso del teatro, reinterpretándolo con un arte mayor, capaz de abarcar muchos elementos de la creación escénica y convertirlos en un lenguaje propio, una voz propia que indaga en muchos aspectos realistas y delirantes, fantásticos y directos, como si todos los personajes fueran espíritus que vienen del más allá a procurar entender todo lo que les ha pasado en vida. Una perspectiva personal, no excluyente de muchas otras que puedan surgir del carácter simbólico/poético del evento.

Del amplio reparto (donde algunos personajes masculinos son interpretados por mujeres) no puedo destacar a nadie, porque es coral el trabajo y no se señalan individualidades, que sí sobresalen en el saludo final. Admirables, individual y colectivamente, ellos son: Fernando Lahoz / Thais N. Izquierdo / Carmen Olmo / Lucía Pérez / Elena Segura / Pedro S. Montoya / Tiziano Giglio / Yumeko Imai / Karim Bedda (Off).

Un trabajo físico creativo de investigación y un concepto biomecánico de la escenificación: sentido rítmico y coreográfico de las acciones, musicalidad de la voz y los cuerpos, puesta en escena poética, gran potencia energética, uso del canto y la danza, además de la interpretación. Y todo ello, por medio del simbolismo escénico y de una escenografía minimalista que le confiere al texto y a las acciones un protagonismo absoluto, dejando al “filósofo vengador” Hamlet campar a sus anchas por entre los espacios metafóricos, construidos de manera imaginativa con los elementos escenográficos. (Sennsa Teatro Laboratorio)

Espacio escénico, versión y dirección: J.M.Mudarra
Actrices y actores: Fernando Lahoz / Thais N. Izquierdo / Carmen Olmo / Lucía Pérez / Elena Segura / Pedro S. Montoya / Tiziano Giglio / Yumeko Imai / Karim Bedda (Off)

Vestuario: Carmen de Giles
Escenografía y atrezzo: Fau Nadal. Colaboración escenográfica: J.A. Maravert;
Maquillaje y peluquería: Marta Flores de Giles
Espacio Sonoro y cantos: Marga Reyes
Coreografías de danza: Irene de Bruguera 
Sonido: Nacho Pujol

Diseño de iluminación: Luis Zapata / Valentín Donaire
Gestoría: Tabacasol 2010 SL.
Diseño Gráfico: Enrique Obrero
Fotografía: Mara León y Curro Casillas
Vídeo: Sergio Tallafet
Agencia de viajes: Premium Travel / Javier Cubero
Distribución internacional: Distribución internacional: P. Leira / T. Giglio / Y. Imai / P.S. Montoya
Regidor: José Manuel Calvo
Asesoramiento artístico: Evaristo Romero
Ayudante de dirección: Sergio Martín
Producción y distribución: Rafael Herrera / Hiperbólicas producciones

TEATRO ALFIL. DOS ÚNICAS FUNCIONES: JUEVES 27 y VIERNES 28, 22,30 HORAS.

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