‘El asombroso viaje de Pomponio Flato’, de Eduardo Mendoza

IRENE MUÑOZ SERRULLA. 

Título: El asombroso viaje de Pomponio Flato

Autor: Eduardo Mendoza

Editorial: Seix Barral

«…pues si bien mi cometido consiste en aplicar la ley y no en conocerla…». Como la vida misma. Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), autor de, entre otros muchos libros, el memorable Sin noticias de Gurb, nos abre los ojos en esta mezcla de parodia, historia de misterio, elogio entre los elogios… 

Pomponio Flato es un filósofo en busca de unas aguas curativas que se ve envuelto en la trama de un, supuesto, asesinato del que culpan a José, carpintero y padre de Jesús. A cambio de un pago en monedas acepta investigar lo que ocurrió para intentar liberar a José de la crucifixión. En este proceso, nos va a descubrir a varios personajes. Como no a Jesús, un joven niño que se encarga de ayudarlo y acompañarlo en sus investigaciones. Epulón, el adinerado hombre que parece haber sido asesinado por José, pero del que más tarde descubriremos su verdadera identidad y el origen de su relación con el padre de Jesús. Apio Pulcro, mandatario que solo está preocupado por él, por su posición, por sus dineros y otra vez por él. Zara, mujer pública que se ve envuelta en la familia de Epulón, tanto con él padre como con su hijo, Mateo. Zara tiene una hija, Lalita, con un papel importante en el supuesto asesinato y en la parodia que narra Mendoza, pero que pasa como un personaje intrascendente a pesar de que podemos intuir que en el futuro tendrá un papel importante en la vida de Jesús. Y, por citar a otro de los personajes, Filipo, un hombre al servicio de Epulón y que al final descubriremos que es la personificación del dios Apolo.

Durante la narración, los personajes nos van llevando a situaciones chocantes, como cuando Pomponio está investigando sobre la vida de José y su familia y le cuentan cómo desapareció durante un largo período de tiempo (por motivos que no vienen al caso), dejando su negocio de carpintería en manos de Zacarías (esposo de Isabel y padre de Juan, el Bautista) y regresó a Nazaret con un hijo, del que nadie había tenido noticias ni eran capaces de atribuirle a José, pero como las cosas enseguida pierden relevancia por otra novedad acaecida… dejó de importar y todo volvió a la normalidad en Nazaret. O la narración que José hace de la noche del nacimiento de Jesús y la llegada de tres hombres sabios de Oriente que regalaron presentes al recién nacido, como si fuera algo normal en todos los nacimientos.

El autor se esfuerza, en las últimas páginas, en que entendamos y creamos que los personajes son inventados, como la trama. El problema es aceptar tanto lo primero como lo segundo. Porque de los personajes algo hemos oído hablar y la narración, quizá por imposible es tremendamente posible y actual (a pesar de que ya han pasado once años desde que se publicó por primera vez). El tejemaneje de los terrenos que desvela Apio Pulcro y las inversiones de los poderosos, la trama de dobles personalidades, el afán de ayudar pero a cambio de una gratificación económica, el papel de Zara como confidente de los señores importantes (o al menos adinerados, que puede ser o no lo mismo) de Nazaret, las dobles morales, la multiculturalidad de un pequeño pueblo como Nazaret donde los originarios del lugar son los más vilipendiados por el resto de ciudadanos… un reflejo del ayer, el hoy y el siempre.

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