Un observador muy curioso

Por Jorge Mur.

«Tomar fotografías es un hobby que me ayuda a relajarme y que me permite usar una parte diferente de mi cerebro», nos comenta Sébastien Rivest, un fotógrafo aficionado con base en Montreal. «No me gano la vida con eso», añade, «en realidad, soy redactor publicitario y director creativo».

En todo caso, Sébastien descubrió la fotografía tarde. Hace aproximadamente tres años ni siquiera sabía cómo usar una cámara. «Pero me obsesioné un poco y me zambullí de cabeza cuando me di cuenta de lo divertido que era. Aprendí todas las cosas básicas en línea. A partir de ahí todo es cuestión de prueba y error. Nunca he tratado de ser un buen fotógrafo. Sólo seguir practicando, experimentando y desarrollando mi vocabulario visual», concluye.

© Sébastien Rivest

¿Cómo describirías tu estilo de trabajo?

Lo fundamental es estar abierto a las posibilidades. No planifico mis fotografías. Doy largos paseos y deambulo observando lo que hay ahí afuera. Creo que las fotografías están ahí, esperando a ser tomadas. Es sólo una cuestión de ver y encuadrar adecuadamente. Desde un punto de vista técnico, diría que los zapatos que uso son más importantes que la cámara con la que disparo. Tiro estrictamente con lentes fijas (28, 35, 50mm). Prefiero usar mis pies que usar un zoom. El zoom te hace perezoso. Y me encanta el equipo ligero. Así que supongo que podría decir que soy un fotógrafo callejero. Aunque no me atengo a un estilo o dogma concreto. Prefiero que las situaciones aparezcan de forma espontánea, tal y como las siento.

¿Qué es lo que más te gusta de la fotografía?

El silencio. La soledad. El vagar por ahí. La fotografía es una especie de meditación para mí. ¡O debería decir medicación! Me encanta entrar en esa zona en la que en vez de pensar sólo ves. Ahí es cuando consigo las mejores fotografías: estando allí, en el momento; observando; viendo; estando conectado a mis sentidos.

© Sébastien Rivest

Practicas la fotografía en color y en blanco y negro. ¿Qué te aporta cada una de estas técnicas?

Realmente nunca pensé en ello, pero diría que alterno el blanco y negro y los colores según las estaciones. Tal vez sea porque en Montreal tenemos unos 5 meses de invierno nevado. Y el invierno casi no tiene colores. Así que tiendo a trabajar en monocromo durante el invierno ya que la nieve crea contrastes muy agradables en blanco y negro. El verano, en cambio, es tiempo de color.

Comencé disparando en blanco y negro porque es una buena manera de aprender lo básico. Yo diría que es más indulgente. El color es mucho más complejo. En el mundo digital, encontrar el equilibrio de color correcto puede causar graves dolores de cabeza. Es por eso que trabajar con película fue el mejor maestro para mí. En la película es la química la que interpreta el color. En digital, por el contrario, el trabajo recae sobre el software y el artista. Y es fácil perderse. Además, al no usar filtros, me costó más tiempo ser lo suficientemente bueno con los colores, y acabé desarrollando mi propio flujo de trabajo. Diría que me acerco al posprocesamiento de una manera bastante tradicional, más próxima al trabajo en un cuarto oscuro.

Gran parte de tu trabajo es fotografía de calle. Eres un observador muy curioso. ¿Cómo es tu forma de trabajar?

Un observador curioso, ¡esa es una buena definición de mi trabajo! Como dije antes, no planifico las cosas. Disparo bastante rápido y no pienso demasiado. No soy un fanático de la técnica. Me encanta captar detalles que la gente no ve. Mi trabajo es una mezcla de improvisación, espontaneidad y observación. Se trata, casi, de trabajar la fotografía a ritmo de jazz, ¡y creo que algo así sería el título de mi libro tutorial si tuviera que escribir uno! Lo importante es dominar la técnica lo suficiente como para no tener que pensar en ella, y luego dejar que tu sensibilidad te abra el camino a la exploración y a la improvisación.

© Sébastien Rivest
© Sébastien Rivest

¿Quién o qué te inspira a ti y a tu trabajo?

Aprendí mucho mirando el trabajo de otros. Creo que de esta forma se desarrolla un vocabulario propio y se abren distintas posibilidades. Me encantan Fred Herzog, Eggleston, Stephen Shore… Pero podría nombrar a cientos de fotógrafos que me inspiran. Compro muchos libros de fotografía y los repaso a menudo. Trato de entender el proceso de pensamiento que hay detrás de las fotografías, ¿por qué escogió uno u otro encuadre, o qué es lo que le llamó la atención? Como en todo, cuanta más curiosidad sientes por algo, más aprendes.

¿Cuál es tu ciudad favorita?

Tuve la oportunidad de visitar Tokio muchas veces por trabajo, y debo decir que es mi lugar favorito. Es una ciudad densa en la que siempre descubres algo nuevo. He estado en Tokio más de 10 veces y sigo descubriendo nuevos lugares cada vez. Además, hay increíbles tiendas de electrónica si te gustan las cámaras antiguas.

© Sébastien Rivest

Háblanos de la motivación que te empuja a seguir tomando fotografías.

Se convirtió en una necesidad. Si no hago fotos durante mucho tiempo, siento que no me he cepillado los dientes. Lo necesito. Me proporciona cierta cordura. Me ayuda a escapar del día a día. No siento ninguna presión cuando disparo, seguramente porque estoy concentrado sólo en ese momento. Algunas personas necesitan entrenar, yo necesito tomar fotografías para sentirme bien y equilibrado.

Si pudieras ir a cualquier parte del mundo para hacer fotografías, ¿qué lugar escogerías?

Probablemente haría un viaje por los Estados Unidos. Creo que es un país fascinante desde el punto de vista geográfico, político y sociológico. Me gustaría hacer esto algún día y explorar los contrastes de esta nación a través de mi lente. Seguramente se trataría de un trabajo bastante editorial.

Por último, permíteme que te haga un breve cuestionario:

1. Una persona famosa a la que te gustaría retratar.

Todas las personas en las que pienso están muertas… ¡Espeluznante! Pero Kim Jong Un sería un gran desafío. ¡Aunque tendría miedo de que me dispararan antes de terminar!

2. ¿Cuál es el último libro que has leído?

All Quiet on the West Front, un viejo libro sobre la Primera Guerra Mundial.

3. Tu canción favorita.

Has acertado en otra de mis pasiones. Escucho tanta música que es difícil elegir una sola pista. Pero digamos que la versión en vivo de The Touch of Your Lips de Chet Baker, con Doug Raney y Neils-Henning Orsted Pedersen.

© Sébastien Rivest

 

Más sobre el trabajo de Sébastien Rivest aquí: https://www.sebastienrivest.com/

 

One thought on “Un observador muy curioso

  • el 17 julio, 2019 a las 1:27 pm
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    Gracias por el artículo. Si quieres seguir mi trabajo en instagram @sebrivst o en Flickr (Sebastien Rivest)

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