Gran teatro de música y poesía con Héctor Alterio interpretando a León Felipe

Por Horacio Otheguy Riveira

Foto Facundo Pechervsky

En 2018 se produjo el 50 aniversario de la muerte de León Felipe en México. Fue un 18 de septiembre de 1968. Tenía 87 años. Héctor Alterio había cumplido los 90 el 25 de septiembre de 2019 en su residencia madrileña, y más de 20 años en gira con este espectáculo junto al guitarrista José Luis Merlín. Su admirado poeta nacido en Tábara, Zamora, murió exiliado en un país que le rinde permanente tributo. Alterio nació en Buenos Aires, pero vive desde hace muchos años en Madrid, y es admirado y recordado en ambos países. Tiempos que ahora se unen con fechas y meses, cumpleaños y aniversarios que diluyen en la emotiva ceremonia de los poetas su voluntad de reencuentro. El joven que no sabía que iba a dedicarse con ilusión y muchísima voluntad al arte de interpretar, se quedaba fascinado escuchando en centros culturales, entre españoles republicanos y argentinos solidarios, la voz singular de un poeta cuyos libros eran moneda corriente en las numerosas librerías porteñas. Y fue aquí, en España, donde encontró el actor el momento propicio, entre una y otra obra de teatro, para desarrollar estas funciones tituladas Como hace 3000 años, en las cuales León Felipe (foto) se presenta silencioso, dramático, ligero o pícaro, siempre compañero leal, como un fantasma que irradia el calor humano de un poeta genial cuya palabra deja constancia de una vida llena de conflictos, esperanzas y nobles amistades.

Una serie de piezas musicales acompañan al actor (que ya cumplió los 91 y continúa girando) y otras se interpretan en solitario. Peculiar recital donde el teatro alcanza emociones propias de su textura, al margen del concepto de recital. Entre otros motivos porque así lo reclaman los textos escogidos, a menudo retratos de situaciones íntimas como si se desarrollaran en un escenario: una celda, una habitación, o a través de pequeños paisajes… todo de una teatralidad sensible, exquisita, con las cuerdas del compositor que borda la genialidad de sonidos delicadísimos que trascienden las del propio instrumento.

De nuevo,

nuevamente,

como hace tres mil años,

cuando Homero

soltaba mariposas,

pájaros

dioses,

arqueros

y barcos

en medio de las plazas,

al borde de los patios,

sobre azoteas claras,

en ciudades de muros herrumbrados

y la gente

-marineros,

campesinos,

soldados-

disputaba lugares para oírle,

regresemos al Canto. […]

Con este poema del argentino Antonio Esteban Agüero, Preludio Cantable, comienza Alterio explicándonos el motivo del título de la obra que vamos a ver dedicada a una selección de textos de León Felipe, con alguna variación de otro autor, generalmente hacia el final.

Foto Cuchi Guerra.

La voz del actor se mueve con soltura por los diferentes registros, la ternura de algunos textos cabalgando con el humor peculiar de otros. No acabamos de aprehender este o aquel, pero se nos ha quedado registrado por donde menos se escapa la memoria: los singulares senderos de emociones libres o reflexiones dolorosas. En una hora y cuarto existen las pausas justas, las melodías magistrales y la calidez de una mano tendida por un hombre que lleva más de 70 años en los escenarios, con películas y programas de televisión inolvidables en el camino. Pero León Felipe fue una gran admiración de juventud, «casi un chiquillo escuchaba a quien representaba en mi ciudad el dolor del exilio, el horror de una guerra en la que todos nos sentíamos involucrados, y la esperanza enorme que nos aportaba la capacidad de contar historias, no ante miles de personas como en la época de Homero, pero sí, de grupo en grupo hasta acabar dando la vuelta al mundo».

El recorrido es emotivo. El arte del músico y el actor, inmenso. La felicidad del público palpable en la ovación final.

Foto E. Leguizamo

Vencidos. León Felipe

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

 

TEATRO INFANTA ISABEL. DEL 6 AL 8 DE NOVIEMBRE 2020

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Ver también:

Reencuentro con León Felipe, por Luis Antonio de Villena

Héctor Alterio en «El padre», master class de vida y escenario, por Horacio Otheguy Riveira

A León Felipe, en su homenaje, por Rafael Alberti (El País, 1976)

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