Entrevista a Pedro Sánchez Sanz por «Refugio en el vuelo»

Por Jesús Cárdenas.  En Refugio en el vuelo, el último poemario de Pedro Sánchez Sanz, publicado en Chamán Ediciones, descubrimos un poemario de introspección que articula la conciencia crítica, el aliento del ritmo y un cosmos lingüístico preciso y sugerente, capaz de transportar al lector a la interpretación de nuestra realidad por una sutil red de interpretaciones, hechos y reflexiones. «Somos exploradores / inaugurando un mundo propio, hecho / de retazos de un yo desheredado», se puede leer al inicio. La voz de Sánchez Sanz logra algo tan normal como escaso, que suene contemporáneo sin que parezca postizo. Entre poemas en verso y prosa poética, su voz se alza para escribir sobre la frágil desnudez de nuestra condición, por lo que al lector le llega bien adentro. El poeta se lo entrega en bandeja de plata, pero con un lenguaje intensificado, intuitivo y certero. Redefine o recrea un ámbito sonoro y meditativo, que tiene sus correspondencias con el real. Así, en uno de los poemas finales, «Arqueología industrial», entre las suaves mareas de la oda y el mar bravío de la sátira, nos revela: «Ahora sólo queda el polvo del humo, el óxido y la herrumbre de vigas y poleas que alzaban el conjunto erigiendo un templo majestuoso».

 

  1. ¿En qué consiste Refugio en el vuelo?

                  Refugio en el vuelo es el último eslabón de un ciclo que comencé con mi libro Abisales. En Abisales la voz poética realiza un viaje submarino a las oscuras profundidades del ser para salir a la superficie sano y salvo pero no ileso, pues en el trayecto ha sido golpeada por la fragilidad y debilidades humanas. En mi siguiente libro, Razón de las islas, deambula sobre tierra, buscando su lugar entre y frente a una naturaleza protagonista y poderosa, a la que pertenece aunque la contemple desde la distancia. Y por fin en este último libro del ciclo, la voz poética alza el vuelo, que es vuelo de celebración y de fuga, en busca del aire y de un refugio, que se manifiesta etéreo y quebradizo.

 

  1. ¿Por qué la poesía? ¿Puede aportar algo para hacer más habitable el mundo?

                  La poesía es una buena manera de gestionar los sentimientos, algo muy necesario en el mundo desquiciado e histriónico en el que ahora vivimos. La poesía aporta una mirada sosegada y enriquecida del mundo que nos rodea y de nuestro mundo interior. El arte, la poesía, nos ofrecen la posibilidad de acceder a una educación sentimental, que brilla por su ausencia en nuestra sociedad.

 

  1. ¿Cómo definiría su poesía? ¿Qué le interesa de la poesía?

                  Me gusta pensar que mi poesía es humanista, que habla del ser humano vulnerable que busca su lugar en el mundo, el vínculo que se ha deteriorado, y se ignora, con la Naturaleza, de la que somos engranaje. Una poesía que lanza preguntas al aire, de corte existencialista ante un entorno que se muestra a menudo hostil. Y por lo tanto la poesía que me interesa también transita esos senderos de reflexión, duda y (auto)conocimiento.

 

  1. Después de varios libros de poemas, ¿cómo afrontas la creación de un poemario? ¿Qué te preocupa más, la forma o el fondo?

                  Tras una decena de libros publicados me entrego a la creación de un libro como siempre lo he hecho, dejándome arrastrar por una fuerza irrefrenable que me empuja a escribir sobre las inquietudes que me rondan, bien es verdad que con el tiempo he aprendido a controlar ese empuje con la disciplina del trabajo y la autocrítica.

                  En poesía creo que no hay forma sin fondo ni viceversa. En mis libros hay lirismo, reflexión y narrativa, pues todo poema y todo libro de poemas encierra una narración, que necesita de ritmo, tono, timbre, atmósfera.

 

  1. La tercera y última parte del libro está compuesta en prosa, podríamos decir que este último libro es más narrativo que los anteriores, ¿en qué medida?

                  Es la primera vez que abordo en uno de mis libros la escritura en prosa poética. Esto tiene mucho que ver con mi labor de traductor. Durante el periodo en que componía Refugio en el vuelo, trabajé en la traducción de sendos libros de tres autores portugueses: Manuel Neto dos Santos, Isabel de Sá y Luis Miguel Nava. Los tres alternan en sus obras poemas en verso y textos en prosa poética. Esto ha influido sin duda en el abordaje de esta forma de expresión en mi poesía. Mientras escribía el libro, esos poemas en concreto me pedían la continuidad de la prosa, el ritmo fluido de la misma ante las limitaciones del verso. Se impuso por necesidad expresiva y por la emoción del reto de dar nueva forma a mis poemas.

 

  1. Refugio en el vuelo muestra al ser en diálogo con el universo pero no descarta al resto de seres vivos. La poesía del autor sevillano nos hace reflexionar sobre el individualismo y el aislamiento del ser, hasta dejarnos recluidos en nosotros mismos ¿qué podrá encontrar el lector de novedoso en esta obra con respecto a las anteriores?

                  Este libro, al ser parte de un ciclo, comparte, con los dos anteriores, el tono en algunos de los poemas, algún guiño y preocupaciones comunes que sobrevuelan muchos de los poemas. Aún así es un libro independiente y bien diferenciado de los otros. Una novedad es formal, los poemas en prosa comentados anteriormente, y otra que al ser un libro de cierre, es probablemente un libro menos luminoso, más opaco, con mayor sensación de incertidumbre, donde abundan los interrogantes y los quizás.

 

  1. ¿Cuál dirías que es el fin último del poemario? ¿Es la poesía una herramienta útil para la vida?

                  Dejemos que decidan los lectores. Creo que un poema o un libro de poemas no llega a término hasta que el lector lo hace suyo. En cuanto a la utilidad o inutilidad de la poesía ya he comentado más arriba su valor como vía de conocimiento y de educación sentimental. Es algo que también abordo en mis poemas: el proceso de creación, cómo se genera y construye el andamiaje del poema, el destino último de éste… Se puede ver en varios poemas de la segunda parte de Refugio en el vuelo.

 

  1. Son conocidas algunas de tus traducciones del portugués y del inglés de diversos autores, ¿hasta qué punto encuentras trasvase entre la traducción y tu obra? ¿quiénes son tus referentes?

                  En los últimos años he dedicado gran parte de mi tiempo y energía a la traducción de poesía en lenguas inglesa y portuguesa, principalmente. La traducción me permite acercarme a autores que me interesan y sorprenden, y ahondar en los entresijos de sus obras. En este proceso, largo y laborioso, además del enorme disfrute que me supone, aprendo y me enriquezco como lector, como traductor y como escritor. Cuando te embarcas en la tarea de traducir la obra de un autor que admiras es inevitable que la traducción se convierta en transfusión. Algo de ese autor se apodera de ti y es más que probable que se traspase de una manera u otra a tu propia poesía.

                  En cuanto a mis referentes en poesía, yo nado en la estela de la poesía española de tono existencial, que es mucha y muy importante, hablo de la poesía escrita por Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Jose Ángel Valente, Gil de Biedma, José Hierro, el Lorca de Poeta en Nueva York, Caballero Bonald, entre otros. También disfruto mucho de la poesía de T. S. Eliot, Sylvia Plath o Rilke, autores de gran calado.

 

  1. ¿Cuál dirías que es el ingrediente imprescindible en tu poesía?

                  El poder indagatorio de la palabra. Como ya he comentado más arriba he intentado, sobre todo en mis últimos libros, cuidar el equilibrio entre lirismo, narrativa y pensamiento. Para mí, poesía es sobre todo indagación, un transitar la duda, la incertidumbre, el dolor, en busca de una luz, casi siempre débil, que nos guíe. En la poesía no encontramos respuestas, sino camino.

 

  1. Por último, podrías dejarnos uno de esos poemas que recitarás próximamente…

                  Después de presentarlo en la Feria del libro de Jerez y hace unos días en Sevilla, presentaré el libro en Córdoba a principios de noviembre. Y es probable que se presente en Madrid en fechas próximas.

                  Con mucho gusto, y agradecido, dejo aquí este poema de Refugio en el vuelo para los lectores de “Culturamas”:

 

LOS OJOS DEL LOBO

Es la noche espejo de azogue

que solo refleja silencio.

Ascuas en medio del camino,

tensando el aire en la distancia.

Son los ojos del lobo,

amenaza latente

del tiempo, que me observa

como imagen futura.

Ese fuego traspasa el aire:

un presagio, una advertencia,

luz cegadora que desvela

el animal que llevo dentro.

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