‘En carne viva’, de Lamont U-God Hawkings

CARLOS HUERGA.

2019 está siendo un año fructífero para Wu-Tang Clan: con motivo del 25 aniversario del disco Enter The Wu-Tang (36 Chambers), la banda ha salido de gira por Europa y EEUU. Además, se han estrenado la serie documental Wu-Tang Clan: Of Mics And Men y la serie de ficción Wu-Tang: An American Saga (a la espera de que lleguen a España), por lo que el grupo de rap de Staten Island, Nueva York, está de celebración. Por si fuera poco, todavía resuenan los ecos de algunas de las páginas que escupe el rapero Lamont Hawkings, más conocido como U-God, miembro de Wu-Tang Clan, quien publicó su libro autobiográfico En carne viva. Mi viaje con el Wu-Tang Clan en 2018.

A pesar de ser uno de los miembros menos reconocidos del grupo (comparado con RZA, Method Man, Raekwon o Ghostface Killah), U-God sorprende por su sagacidad y determinación en unas páginas repletas de anécdotas impagables, con ciertas dosis de crítica y autocrítica.

El libro ayuda a comprender mejor la compleja trayectoria de uno de los grupos de hip hop más importantes de la historia, “los Rolling Stones del rap”, como él mismo los denomina. También se trata de una crónica relevante de dicho género musical de principios de los noventa, que amplía el espectro de Wu-Tang Clan y supone un retrato de la ansiedad de un artista que no se doblega ante las adversidades y que se ha ido construyendo toda una vida a base de superación.

Podríamos dividir el libro en dos partes diferenciadas, que además constituyen etapas de la vida del protagonista. Por un lado, la infancia y adolescencia de U-God (donde ya coincide en el colegio o en los bloques de pisos de Staten Island con varios de sus futuros compañeros del Clan), llena de dificultades en un entorno hostil y pobre. Desde el comienzo del libro, uno puede ver las dificultades de su microcosmos: “Provengo de una estirpe de niños de vivencia social” o “El trapicheo es el último recurso para sobrevivir cuando no tienes nada más en la calle”. Ya de adolescente se convertirá en traficante de crack sin dejar de ir al Instituto. En ese entorno, empiezan los verdaderos problemas, como amenazas de muerte y cárcel. De ahí, sus ganas de abandonar un mundo que recuerda inevitablemente a las esquinas del Baltimore descrito en la serie The Wire. A pesar de ello, no deja de rimar y escribir canciones en servilletas grasientas junto a su socio Method Man (así se gestó uno de los primeros éxitos de Wu-Tang Clan, “C.R.E.A.M.”). Como él mismo reconoce, el rap lo salva de las calles, aunque el destino le depara algunas tragedias, como cuando su hijo de dos años fue tiroteado, y el autor reflexiona sobre su estado emocional y la falta de apoyo: “Una vez más, la comunidad negra suele automedicarse cuando pasa por un mal momento. No lo hablamos, no expresamos el horror que sentimos, nuestros miedos o nuestros remordimientos”. 

En ese entorno violento, el rapero neoyorkino rezuma sabiduría desde su lenguaje vulgar y directo, invitando al pensamiento crítico. Si fuera un boxeador, Hawkings sería de los que resisten los doce asaltos y cuando ve el momento, suelta su puño para tumbar a su oponente por cansancio -por estrategia-, al estilo del gran Mohamed Ali en el mítico combate contra George Foreman en Zaire en 1974. U-God va más allá de la aparente rudeza que exhuma en cada página, pues el libro refleja la filosofía Wu-Tang fundamentada en la Nación del 5%, las enseñanzas de La Nación del Islam, con referencias a Martin Luther King o Malcom X, que se basan en la “consciencia y el empoderamiento de ser un hombre negro en América”, con la misión de “civilizar a los incivilizados”. Entre ellos, se mueve U-God y otros miembros del Wu-Tang Clan como RZA o Masta Killa.

La segunda parte del libro es más propicia para los fans del grupo, donde U-God no se corta en revelar detalles personales que sorprenderán a muchos (con grandes dosis de humor y chulería), como la mansión que alquiló RZA en Los Ángeles para la grabación del segundo álbum, Wu-Tang Forever. Del gueto al estrellato en pocos años. Pero después del éxito, suelen venir las complicaciones: las relaciones distantes entre los diez miembros del grupo, las denuncias a Divine (CEO de Wu-Tang Productions) y a su compañero RZA, quien, según él, intentó echarle de los conciertos, así como la indignación por no haber cobrado ni un céntimo por la línea de ropa Wu Wear.

Destaca la sinceridad con la que repasa la música del grupo, pues el rapero reconoce que el sonido de Wu-Tang Clan ha ido perdiendo frescura y esas texturas crudas de sus dos primeros (y mejores) discos han ido dando paso a unas canciones más “accesibles” y menos genuinas. Parece que muchos de los componentes del Clan han acabado siendo víctimas de sus propios éxitos. Y es que, como ya decía una de sus primeras y más celebradas canciones, “C.R.E.A.M.”: “El dinero manda sobre todo a mi alrededor” (“Cash Rules Everything Around Me”). Esas desavenencias entre sus compañeros se alejan de la hermandad que formaban en los comienzos, y pueden resumirse en una frase: “Ya no quedaba nada de aquel ‘uno para todos y todos para uno’”.

Encontramos varios leit motifs sobre los que gravita Hawkins: la violencia (la de la calle, la del negocio de la droga, pero también la de la industria musical); el trabajo constante para salir adelante; pero, sobre todo, el crecimiento personal. Por ello, el libro puede leerse con tintes de autoayuda, pues sobrepasa los límites de lo meramente autobiográfico y musical. Porque en la historia de U-God y en su manera de contar sus experiencias hay un aprendizaje. Hay otros libros de músicos que están en esa línea borrosa donde se funden lo meramente autobiográfico, el diario, el ensayo e incluso los libros de autoayuda, como Cosas que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett o Instrumental, de James Rhodes. En carne viva narra unas vivencias insólitas para la mayoría de los mortales que invitan a reflexionar sobre la vida de uno y a plantearse hasta qué punto podemos aprender de las vidas de otros. Porque aun siendo autores con estilos y vidas muy diferentes, todos ellos tienen algo en común: son personas constantes y con una gran fuerza de voluntad que les ha permitido sortear los diferentes obstáculos de la vida hasta convertirse en músicos respetables.

En carne viva es una lectura sorprendente por cuanto muestra el afán de superación y crecimiento del protagonista, además del interés incuestionable que tiene como documento sobre el nacimiento y envejecimiento de uno de los grupos imprescindibles del rap. 

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