Antonio Gómez Rufo: «Sigo creyendo en los políticos»

Por Chus Sanesteban.

  

Hemos querido conocer un poco más a Antonio Gómez Rufo ( Madrid , 1954 ) , preguntarle sobre aquellos temas que aparecen en sus libros y que forman parte de la actualidad, sobre qué opina el hombre del Universo Rufo sobre otros autores y la Literatura y cómo no, sobre su novia, su amor,Madrid.

  

1.En Natalia ( 1988 ) usted escribía:

 

“Si no fuera porque me sobra paciencia, una paciencia que se derrama   desbordándose infinitamente, me molestaría en detener mi mente en alguna reflexión sublime que comparara la Universidad actual con algún concurso de cualquier cadena de televisión. Sobre todo ahora…

 

¿ Le sigue sobrando paciencia ?

 

Ya no recuerdo por qué escribí aquello, pero estoy por asegurar que, en comparación con la actual, la televisión de los años 80 debía de ser mucho más digna que la de hoy. De todos modos soy de la opinión de que la televisión debe ser la peor de las posibles: si fuera buenísima, con programas interesantes a todas horas, no haríamos otra cosa que verla, y no leeríamos, ni iríamos al cine, al teatro, a los museos… Ni saldríamos para compartir la vida con los demás. Ya sólo me preocupa la televisión como objeto de análisis social; sobre ello va mi próxima novela. 

 

2. En  La leyenda del falso traidor ( 1994 ), juega con el personaje de Bruto y casi lo rehabilita para justificar un magnicidio a favor de la libertad de un pueblo. Al hilo de esto, podría hablarnos de la desafección ciudadana con los políticos, con las corrupciones políticas…

 

La clase política que protagoniza la mayor parte de las informaciones suele ser la que actúa de un modo reprobable. En cambio, hay miles de políticos (alcaldes, concejales, diputados, altos cargos) honrados, trabajadores y esforzados. Pero no se habla de ellos (no son noticia), sino de las decenas de aprovechados y corruptos. De ahí nace la desafección ciudadana hacia un gremio de trabajadores que, por otra parte, es similar a otros: médicos, abogados, pilotos, farmacéuticos… La diferencia es que reciben su salario del dinero de todos, por eso es más imperdonable su fechoría, cuando la hacen. Pero yo sigo creyendo en los políticos y en la política, en general.

 

3. Si tú supieras ( 1997 ) retrata una sociedad donde el lesbianismo no está asumido. ¿Paseará todavía Andrea por Barcelona con las mismas inquietudes?

 

En menor medida. En este aspecto, la sociedad es mucho más abierta que la de hace quince años. Pero sigue existiendo incomprensión familiar y social ante determinadas opciones sexuales, lo cual es escandaloso. Y, curiosamente, está más asumida la homosexualidad masculina que la femenina, no sé el motivo. Y los que sospecho, me parecen incomprensibles.

 

4. El alma de los peces ( 2001) es una preciosa fábula poética, un homenaje al Romanticismo y una reflexión sobre el miedo al futuro y las consecuencias de ese miedo. En estos once años, ¿cambiaría algo de la parábola?

 

Al contrario: creo que el miedo al futuro está hoy más generalizado. Basta mirar alrededor para comprobarlo y, en cierta medida, comprenderlo. Escribí hace poco “La noche del tamarindo”, una novela sobre ese miedo. Porque el horizonte que se vislumbra (económica, social, políticamente y también desde una perspectiva ecológica) es, en mi opinión, aterrador. Es necesario un principio de rectificación, pero el poder no parece enterarse. Ni en Durban han rectificado ni los poderes económicos dan su brazo a torcer. Si lo que esperan es una revolución social, la van a tener. La sociedad empieza a estar madura para la protesta global. Lo difícil es prever las consecuencias de esa revolución inevitable.

 

5. En sus llamadas novelas históricas, El secreto del rey cautivo ( 2005 ); La abadía de los crímenes ( 2011 ), resalta un personaje, ¿se ha portado mal la historia con ellos?

 

Siento debilidad por los perdedores. Y más por los personajes maltratados por la historia: Bruto, Jaime I de Aragón, José Bonaparte y alguno más que algún día reivindicaré en una novela. Si los perdedores no nos ayudamos entre nosotros… Son mucho más fascinantes los personajes sólidos que los melifluos, y para estos ya tenemos demasiados homenajes.

 

6. En el acto de presentación de “ El Día de las Librerías ” usted dijo: “No pueden concebirse mayores ventanas de libertad que los libros, ni cabe resguardarse mejor de la mediocridad que con ellos ”.

 

¿Cómo ve el futuro de los libros y de las librerías ?

 

Hay en marcha un cambio de modelo en el negocio editorial. Y habrá sectores que saldrán beneficiados y otros perjudicados. Entre estos últimos están los distribuidores y las librerías, que tendrán que adaptarse para no sucumbir a la fórmula de relación autor-lector sin intermediarios. También los propios autores tendremos que comprender que, aunque seamos imprescindibles en la creación literaria, tal vez el gusto de los lectores se modifique y tengamos que escribir en otros códigos y con nuevas claves: para el móvil, libros interactivos, textos breves, escalas de linkeo, historias múltiples, formatos de video… El futuro, poco a poco, nos irá mostrando el camino a todos.

 

7. Sabemos de su admiración, respeto y cariño por Antonio Gala. Recientemente  ha recibido el Premio Quijote de Honor 2011. ¿Qué supone Antonio Gala para la Literatura Española? 

 

Por Gala siento un afecto personal grande. Y por ahora, desde el punto de vista de su trabajo literario, carezco de opinión. Supongo que trascenderá más fácilmente su obra teatral que la narrativa o la poética, pero la trascendencia nunca se conoce hasta pasados muchos años. Son muy pocos los autores que traspasan su siglo para instalarse en la historia. Basta mirar el pasado para comprobarlo. Apenas recordamos cuatro novelistas del siglo XIX y todavía no sabemos, siquiera, quién sobrevivirá al siglo XX. Yo, al menos, no apostaría por ninguno, ni siquiera por Lorca, Unamuno, Baroja o Cela. A lo mejor el futuro da una sorpresa y nuestros tataranietos son obligados a estudiar a Muñoz Seca, a Ibáñez (el creador de Mortadelo y Filemón) o a Prada.   

 

8. Para terminar, háblenos de Madrid…

 

No hay espacio. ¿Qué decir de una novia, una amante, un amor verdadero, sin ocupar miles de páginas? Intentan afearla y no lo consiguen; la maltratan y sobrevive; la desprecian y se engrandece; la insultan y levanta la frente, orgullosa. Es un paisaje y un personaje, a la vez. Una cuna y una tumba. La calle, la gente, la noche… Es todo. La amo.

 

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