Autoficción de Paco Gámez: introspección surrealista y delirio de un «Inquilino»

Por Horacio Otheguy Riveira

«Posiblemente el inquilino de hoy día sea una de las víctimas más espantosas de este sistema»: palabras de un espectador al salir del teatro, visiblemente impactado por la insólita puesta en escena de un texto muy interesante al abordar el shock que se produce en un hombre al que le renovarían el contrato de su apartamento si pasara a pagar un 75 por ciento de aumento. A su alrededor todos son cómplices, empezando por los empleados de la agencia (Rédito garantizado) y terminando con el vacío que se produce al desestabilizar la vida cotidiana de alguien que vivía con dificultades para pagar la mensualidad anterior en 38 metros cuadrados.

Inquilino (Numancia 9, 2º A) viene de una turbulencia cargada de secretos. De hecho, la calle verdadera es otra, Medellín, en otro barrio de Madrid, lo de Numancia es la metáfora que usa el único personaje en escena, devastado por la decisión de un casero sin escrúpulos y sus cómplices de la agencia intermediaria con la excusa de la invasión del Airnb que todo lo corroe. Una acción numantina para resistir afianzando la unión con él mismo, cueste lo que cueste.

El inquilino no tiene nombre, pero cuando surge es el del autor-actor, Paco Gámez. Estalla la autoficción en un ambiente dislocado con agujeros en el suelo (acaso un paisaje lunar), grandes pantallas que ayudan a ilustrar lo que sucede, y en ellas la ciudad en que vive, el brío de Pavarotti con su Nessun Dorma, acompañamiento paradójico mientras espera al teléfono que los de Rédito garantizado lo envíen a tomar por culo. Y mucho más, como la última cena de los miserables en Viridiana, alternando con los vagabundos en el Madrid de ahora.

El texto brota con fuerza e imaginación bañada de humor negro porque en realidad su propia representación es una comedia aparente en el drama que vive el hombre al verse obligado a salir de su refugio. No encuentra comunicación con su familia, con una mujer con la que había estado a gusto, ni siquiera con el socorrista de la piscina que acaba por echarle por lanzarse al agua temerariamente y por lo que se hace una pequeña herida en la frente, pero da la impresión de que intentaba machacarse la cabeza. Un golpe que le permitiera ver su situación de otra manera.

El actor-autor organiza una gran fiesta de despedida en Numancia 9. Es evidente que no podremos llegar, aunque nos invita oficialmente distribuyendo por las butacas un texto impreso. El apartamento de 38 metros cuadrados no existe. En el auténtico es donde vive una agonía que no puede compartir, y nos cuenta que ha podido masturbarse en una despedida real, en la terraza, agitando su mano a través del hierro forjado, viendo caer el semen hasta la acera como si así dibujara su firma en el espacio. Un arrebato con el colmo de la excitación a contracorriente porque en realidad está desesperado.

Un trabajo minucioso codirigido por el propio Paco junto a dos mujeres: Judith Pujol y Eva Redondo, una tríada insólita y por lo que se ve muy saludable: en sus manos los momentos discontinuos enlazan con situaciones muy potentes porque el personaje irrumpe constantemente en la realidad en busca de su capacidad de resistencia. No es mucha. Pero la manera de ir a contracorriente es posible que le abra puertas hasta entonces ignoradas.

De Paco Gámez
Dirección Paco Gámez, Judith Pujol y Eva Redondo

El Inquilino Paco Gámez

Escenografía y vestuario Xesca Salvá
Iluminación David Picazo
Espacio sonoro Fernando Epelde
Vídeo Miguel Àngel Raió
Fotos marcosGpunto
Diseño cartel Javier Jaén

Producción Centro Dramático Nacional

Teatro María Guerrero. Sala de la Princesa. De martes a domingo a las 18 horas.

Paco Gámez. Dramaturgo, actor y director. Entre sus textos destacan Katana (Premio de la Asociación Autoras y Autores de Teatro Jesús Campos, 2019 —III Residencia Teatro Pavón Kamikaze—); Inquilino (Numancia 9, 2º A) (Premio Calderón de la Barca 2018); Las ratas, escrito en el VI Laboratorio de Escritura Teatral SGAE2018; El suelo que sostiene a Hande, traducida al inglés y al rumano (Premio LAM 2017); Nana en el tejado (Premio SGAE de Teatro Infantil2016); C.H.A.P.M.A.N., escrito en el Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM 2016; Autos (A Road Movie) (Premio de Textos Teatrales Jesús Domínguez 2015) y El hombre en llamas (Premio Certamen Literario Universidad de Sevilla 2010).

Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Jaén, Interpretación textual por la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla y posgraduado en Ciencias del Espectáculo por la Universidad de Sevilla, realizó el Máster de Interpretación ante la Cámara de la Central de Cine y se formó con maestros como José Carlos Plaza, Juan Carlos Sánchez, Andrés Lima y en el Teatro de La Abadía.

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