El corrector de la historia

El corrector de la historia, Gabriel Guralnik, Ruinas Circulares Ediciones, 228 páginas

Por Juliano Oscar Ortiz*

el-corrector-de-la-historia-gabriel-guralnik_MLA-O-3327793963_102012“Me maravillo a menudo de que la historia resulte tan pesada, porque gran parte de ella debe ser pura invención”, dijo la escritora británica, Jane Austen, echando un manto de duda a los avatares que sufrieron nuestros ancestros. La posibilidad de que la ficción supere a la realidad está implícita en cada suceso que nos llega relatado de distintas fuentes, teniendo en cuenta el mayor o menor interés, que el escritor pudiera tener ante el hecho en sí mismo.

Guralnik teje una novela en la que se confunde con el narrador, escritor y protagonista pueden parecer la misma persona o ser dos, una mezcla digerida en beneficio de una historia que da a mitad de camino entre farsa y verdad. El ámbito por excelencia en que se mueve el anunciador ficticio es la ficción, y en ella la secuencia de hechos está sumergida en una nebulosa que aporta mérito a la trama en lugar de restar. Por ello es que se dice que la literatura actúa como el lugar por antonomasia para que se produzca la conexión entre ficción y realidad. La irrealidad de la ficción no es lo fantástico ni lo inverosímil sino lo siempre posible en la realidad.

El protagonista, Daniel Kaufmann relata desde una variada temporalidad su encuentro con Rafael Montini, quien le descubrirá un mundo al que ni en su más sicodélico viaje podría haber soñado. Este juego de permanentes saltos en la línea del tiempo, es una de las maneras del lector de comprender qué específicamente problematiza el texto. En ese ir y venir, Correctores y Reveladores, le dan sustancia a una probable conspiración para que la historia esté sujeta a un destino prefijado al que asistimos ingenuos y sometidos inconscientemente.

Sartre dijo, “incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo” siendo irónico en ese portento característico de los seres humanos en mover sus fichas para su exclusiva conveniencia. Acá, los Correctores digitan sin ruborizarse a hombres y mujeres en provecho de un mensaje inequívoco dictado por la Jerarquía, un ente todopoderoso al que solo le importa un objetivo, que la Verdad permanezca oculta ¿Cuál es la Verdad?¿quién es quién?

Entre tanto volver a empezar y reescritura de lo pasado, el amor es una experiencia en la que Daniel Kaufmann se permite soñar despierto. No hay medio de orillar su llamada. En ese laberinto en el que camina, aviva el fuego de lo que para él puede ser una esperanza, un madero al que asirse para no caer en la soledad a la que invariablemente parece condenado. Kaufmann es un hombre, y en su interrogante vital la imaginación es la facultad que más determina el modo de experimentar esa realidad que le toca vivir.

El libro nos permite preguntarnos sobre la veracidad de lo acontecido, ese mensaje implícito que nos dice que la historia la escriben los vencedores, esa pulsión agobiante ante lo no presenciado, ante lo desconocido.

«El alma del ser humano no puede imaginar algo que no existe o no ocurre nunca” escribía Edgard Allan Poe, y en la novela de Guralnik esa certeza inquieta e intimida. Ediciones Ruinas Circulares publica esta obra dentro de la colección Octaedro.

*Juliano Oscar Ortiz. Escritor. Redactor Diario Democracia, Revista sumacultural, Revista Culturamas, Revista Jaque, Revista Alrededores y Revista Crac! magazine. Colaboró en diversas publicaciones de Argentina, Colombia, Chile y España. Obtuvo premios en cuento y poesía en varios concursos literarios. Además es especialista en Desarrollo Personal y Liderazgo.

remontalacorriente@gmail.com

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