España Contemporánea en la Fundación Mapfre

Por Lucía Berruga. 

 

Fundación Mapfre

Paseo de Recoletos, 23. Madrid.

Hasta el 5 de enero de 2014.

 

La Fundación Mapfre acoge la exposición temporal titulada España Contemporánea. Fotografía, pintura y moda, muestra que comparte sede con la exposición de los Macchiaioli, ambas hasta el 5 de enero. Esta exposición aparece ante el espectador presentándole una cuidada selección de fotografías que le harán recorrer la Historia de España a lo largo de los dos últimos siglos, empezando desde el daguerrotipo y los resultados de su uso hasta el bombardeo actual de imágenes que recibimos. 

 Encarnita Alcaraz, bailarina española en los años veinte, Madrid, 1925. JOSE DIAS CASARIEGO

En esta exposición descubriremos, por si alguien aun lo dudaba, que la fotografía es más que capaz de relatar los hechos históricos, de forma que aquí se destacan los más relevantes del siglo XIX y XX. Pero además de la fotografía encontraremos que la narración  va acompañada de pinturas que muestran las coincidencias formales de ambos medios y que ilustran la construcción de algunos de los estereotipos de la sociedad. También, y de forma paralela, la exposición recorrerá la evolución del traje femenino a lo largo de este periodo de tiempo.

 

Por supuesto la representación es a pequeña escala, puesto que sería imposible reflejar todos los momentos que España ha vivido en los dos últimos años en unas pocas salas, sin embargo resalta algunos de los acontecimientos políticos más destacados pero siempre desde el punto de vista social de aquel que tiene la cámara. Se pretende incidir en el peso e importancia que tiene lo cotidiano y nuestra propia manera cambiante de vernos.

 Despues de la Refriega de Antonio Fillol

A lo largo de la exposición hay varias secciones que van a ir construyendo este relato que se va complementando con la narración de una serie de hechos históricos, empieza en Espejos de la Memoria con el primer daguerrotipo realizado en España, en Barcelona, el 10 de noviembre de 1839, por lo que veremos multitud de retratos y paisajes urbanos, aquello que proliferó tras este gran acontecimiento. En paralelo a ello vemos los trajes burgueses de la época que reflejarán los códigos sociales, estrictos y reguladores de esta nueva clase social que también se reflejarán en la fotografía, al ser esta un mecanismo para representar sus gustos y aspiraciones.

 

En la sección de Transformación y estereotipos se puede apreciar como la fotografía  va registrando los acontecimientos y conflictos políticos y bélicos  que tuvieron lugar durante la monarquía de Isabel II como las expediciones al continente americano o guerras carlistas… así como de cara a reflejar esa imagen romántica de España, popularizando los estereotipos flamencos o viajeros e ilustrando las fantasías orientalistas de aquellos que buscaban en Andalucía los ecos del legado árabe en nuestro país. A partir de ahí empezamos a ver cambios sustanciales como la liberación de la mujer durante los últimos años del siglo XIX cuando la moda se internacionaliza y la figura femenina se va simplificando, el deporte empieza a tomar importancia lo que lleva a las modistas a trabajar en algodón, haciendo trabajos más sencillos que comienzan a liberar a la mujer del corsé permitiendo su emancipación.

 El baile de la matazón, Albacete, ca. 1900. JULIAN COLLADO

Con el nuevo siglo llegan las profundas transformaciones sociales y destacan nuevas infraestructuras  creando un nuevo paisaje donde destacará la fotografía pictorialista que retrata el costumbrismo rural. En esta parte de la exposición además veremos cómo va aumentando el refinamiento de la vestimenta, poco a poco llegamos así hacia la Modernidad donde, durante los años 20, la imagen de la mujer se transforma poco a poco para adecuarse a un nuevo papel ante una sociedad poralizada entre una España campesina y supersticiosa y una burguesía urbana que accede a las grandes corrientes europeas de pensamiento y dirige sus esfuerzos hacía la modernización del país. 

 

Una de las partes de la exposición más impactantes es el retrato que hace de la Guerra Civil, reflejando los acontecimientos más dramáticos no solo a través de la fotografía sino también incluyendo ejemplos de la propaganda de aquellos tiempos, que reflejan un país destruido y dividido por la contienda. A ello le siguen los tiempos de autarquía, de la reconstrucción del país desde la penuria y la huida al exilio de tantos españoles, el imaginario se nutre de emisiones del NO-DO y se impone una estética más sombría y contenida, aunque a la vez podemos ver como los álbumes familiares muestran en voz baja la imagen verdadera y desprovista de ideología de la sociedad.

 Pere Catalá. Aplastemos el fascismo 1937

Pero con todo lo vivido llegamos hasta los años 70 donde emerge la clase media y empieza a ver cierta apertura internacional, empiezan a llegar inmigrantes, se consolida la TV, la publicidad y el consumo. Respecto a la moda triunfa el color, la minifalda y los tejanos, un gran cambio que nos llevará hasta el final de la exposición con Demócratas y Europeos donde se situará al espectador en la transición, ante una sociedad civil, donde se está iniciando una ebullición cultural y económico del país a raíz de la integración de España en Europa y en el euro.

 

Una exposición muy interesante que muestra a través de la moda, la pintura y la fotografía la evolución de un país a lo largo de los años. Toda una historia narrada en imágenes que nos permite ver el avance, las caídas y los progresos de la sociedad española; digna de ver y muy significativa, pues no olvidemos que “una imagen vale más que mil palabras”.

 

 Antonio de Guezala y Ayrivié. La puerta giratoria o Retrato de Begoña de la Sota 1927

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