Íñigo Santacana: un paso por delante de la tradición con «Juicio al extranjero»

Por Rosa Chaneta

Cada vez es más habitual que el público participe activamente en los trabajos de sus creadores. Lo hemos podido comprobar con el prestigioso artista Erwin Wurm y su serie One Minute Sculptures, donde el visitante se convierte en el protagonista de la obra. Ahora, la compañía Indubio Teatro ha decidido trasladar esta idea a escena con su primera producción Juicio al extranjero, representada todos los jueves del mes de mayo en El Umbral de Primavera.

El director –Íñigo Santacana, hombre de teatro total, ya que también es músico y actor- rescata la novela de Albert Camus L’étranger para simular el proceso judicial contra el antihéroe Mersault acusado de asesinar al árabe Amán -en el libro la víctima no tiene nombre-. Componentes del público -elegidos por azar- asumen los roles de juez, defensa, testigos -su pareja Marie y su amigo Raymond-, fiscal, defensa, jurado y el acusado del delito. Los personajes están guiados en todo momento por los actores Manuel Pico, Luis Maesso y el propio Íñigo Santacana (foto), sabiamente aliñados con una generosa dosis de improvisación e imaginación.

Hay que aclarar que no es una exhibición sobre el texto del escritor argelino. La intención es que el espectador reflexione y recapacite a través de los argumentos de los partícipes de la función. Se puede asistir a la actuación incluso sin haber leído a Camus, porque la piedra angular, lo realmente importante, es lo que se discute y debate durante los 90 minutos que dura la ficción.

En cuanto a la escenografía es muy sencilla y minimalista. El escenario se convierte en una sala de vistas. Aparecen elementos que ayudan a contextualizar al espectador con la trama -por ejemplo, la arena de la playa, nos transporta al lugar del crimen-. Asimismo, destacaríamos la ingeniosa disposición de los asientos, uno de los grandes aciertos de la pieza. Están distribuidos por el local de forma que cualquier asistente puede apreciar las impresiones, al menos aparentes, del resto.

La propuesta de la compañía es divertida a la par que arriesgada. La representación nunca será la misma y cada una tendrá distintos desenlaces. Los intérpretes escogidos se meten muchísimo en el papel que se le ha asignado y se toman muy en serio su cometido. Una vez terminados los argumentos expuestos, el jurado debe dictar el veredicto: ¿Azar o premeditación? Al terminar la función Manuel Pico, Luis Maesso e Íñigo Santacana invitan al público a debatir sobre la sentencia. Además de discutirse abiertamente sobre temas intrínsecamente presentes en la producción, léase verbigracia, la muy controvertida pena de muerte.

Como conclusión final, ir a participar en Juicio al extranjero es un plan completamente original y diferente que asegura pasar un rato ameno y agradable y que además incita a leer una de las mejores obras literarias de todos los tiempos.

Elenco: Manuel Pico, Luis Maesso, Íñigo Santacana

Dirección y dramaturgia: Íñigo Santacana

Escenografía: Alessandro Arcangeli

Asesoría de dramaturgia y dirección: Carlos Tuñón

Producción: Barandi producciones (SL)

El espectáculo estará en cartel todos los jueves hasta el 27 de mayo en El Umbral de Primavera.

 

Albert Camus nació en Argelia en 1913 y murió en Francia en 1960, víctima de un accidente de carretera a la edad de 46 años. En 1957 había sido galardonado por el Premio Nobel.

Sobre el libro

El extranjero (1942) es la primera novela escrita por Albert Camus y una de las más leídas de la historia.  Su protagonista y narrador -Meursault- es un individuo completamente atípico. Se muestra indiferente a lo que le rodea -pareja, trabajo, muerte, amistad…- y habla con total sinceridad sobre lo que se le plantea. Es por eso que suele incomodar a todo aquel con el que cruza palabra. Desde el principio se nos descubre de manera abrupta e inesperada su personalidad gracias al célebre íncipit de la obra: «Hoy, mamá ha muerto. O tal vez fue ayer, no lo sé».  Y así de gélido, impávido y distante hasta el infinito se mantiene durante su relato, consiguiendo que el lector no se involucre ni empatice con él en ningún momento.

Pero, ¿en realidad es tan despreciable este personaje? Él siempre se mantiene fiel a sí mismo. Nunca miente ni finge. Es considerado un monstruo simplemente por no actuar como los demás, como la sociedad exige. No es juzgado por haber matado “al árabe” -sin nombre- sino por ser demasiado diferente a los demás. Precisamente por eso es calificado, incluso estigmatizado, como «el extranjero», porque no se ha conseguido adaptar al mundo en el que vive. Entonces, ¿quién es realmente la víctima? ¿el que a pesar de no encajar sigue leal a sus principios, sin engañar a nadie o el que no acepta ese comportamiento y decide acabar con él?

La obra de Camus esconde un misterio que atrapa fervientemente a los lectores. Estamos ante una metáfora del absurdo, concepto forjado por él en el ensayo El mito de Sísifo y retomado en este libro (publicados ambos en Francia en el mismo año de 1942)  .

Por útimo, de obligada reseña es la adaptación de Luchino Visconti de 1967 con su película homónima protagonizada por Marcello Mastroianni.

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One thought on “Íñigo Santacana: un paso por delante de la tradición con «Juicio al extranjero»

  • el 18 mayo, 2021 a las 2:18 pm
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    Decía Schopenhauer que los primeros cuarenta años de vida, nos dan el texto, y los treinta siguientes, el comentario. Sin embargo, con las grandes obras de la literatura, como «El extranjero», no sucede así.
    En primer lugar, porque siempre se están «reescribiendo» por creadores imaginativos que la revisitan y revitalizan respetando su esencia y trasladándola a nuestro tiempo.
    En segundo término, porque el texto original es tan eterno, poderoso y vigente que, edades al margen, cualquiera -adolescente, adulto, anciano, estudiante, trabajador, desempleado, padre, madre, esposo/a, hijo, etc.- se siente inmediatamente atraído, reacciona de forma diferente ante el mismo y su parecer evoluciona con el paso del tiempo.
    Rosa Cuevas en su estupendo comentario contempla hábilmente esa doble distinta perspectiva y la traslada con gran acierto a la obra de teatro («Juicio al extranjero») y a la novela original. El resultado es una invitación indeclinable a ver la obra y leer/releer la novela.

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