"La abstracción en la realidad", de José Manuel Ballester
Por Benito Garrido.
La abstracción en la realidad
José Manuel Ballester
La Fábrica Editorial, Madrid, 2011
No ficción. Fotografía.
112 páginas
32,00 €
La pasada semana se presentó en Madrid, concretamente en la librería de La Fábrica, el libro La abstracción en la realidad, de José Manuel Ballester, premio Nacional de Fotografía del pasado año. Este fantástico libro, que ha sido coeditado por La Fábrica Editorial y la Comunidad de Madrid, aparece con motivo de la exposición que el artista realiza estos días, concretamente hasta el próximo 20 de noviembre, en la Sala Alcalá 31 de la capital. El catálogo está compuesto por medio centenar de sus fotografías más recientes, todas ellas inéditas, y que nos muestran ese diálogo que se establece entre el trabajo del artista y el espacio que las aloja. Los textos de la comisaria de la exposición Lorena Martínez del Corral, del arquitecto Antonio Cruz y de la crítica de fotografía Simonetta Persichetti, completan el libro.
Precisamente la comisaria de la exposición Martínez del Corral, nos presenta el trabajo de un artista que ya ha demostrado una gran personalidad dentro de lo que es el panorama artístico de la fotografía española. Con una marcada vocación internacional, las imágenes de Ballester aúnan conceptos fundamentales como son el espacio, la luz y el tiempo, y muestran la capacidad del autor para lograr que lo estático se convierta en eterno, eliminando la percepción temporal y controlando la dimensión espacial. Nos comenta lo arduo que resultó el trabajo de selección de las fotografías. Solo se escogieron aquellas que estaban relacionadas con diferentes espacios expositivos, como entre otros: el New Cafa de Pekín, el Pabellón de España en Shangai, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Museo Arqueológico de Madrid o el OCA de Sao Paulo. Podemos apreciar en ellas esa visión más íntima que sobre la arquitectura tiene el artista.
El propio autor nos habla de esta experiencia. Tanto la exposición como el libro nos demuestran que existe un camino entre la figuración y la abstracción, que la lucha de opuestos siempre está presente, pero que como todo está en constante movimiento, las cosas nunca pueden llegar a ser absolutas. En este caso, se pueden ver los dos escenarios opuestos bastante cercanos, de manera que el trabajo se convierte en una búsqueda de puntos en común con la realidad. El camino hacia la abstracción desde la figuración realista es cada vez más claro, y la fotografía es el medio que permite realizar obras que encajan perfectamente en esa dinámica.
La técnica fotográfica ha evolucionado drásticamente: igual que en su momento el óleo se impuso al temple en el mundo de la pintura, la foto digital se ha impuesto a la analógica, abriendo caminos neopictóricos revolucionarios. Además los nuevos materiales utilizados como soporte han hecho que la fotografía se adentre aún más en el arte.
Ballester nos confiesa que él, en el fondo, busca una complicidad entre lo mecánico y lo manual, y que la fotografía digital que practica le permite incorporar nuevas técnicas desde su origen: es como descubrir América, un lugar totalmente por explorar, un continente visual con muchísimas posibilidades y utilidades, donde explorar con nuevas herramientas.
La fotografía de José Manuel Ballester retrata el instante de manera tal que parece atemporal incluso antes de que el objetivo se fije en la escena. El trabajo de este artista, que comenzó su carrera profesional pintando y que, desde muy pronto, simultaneó la fotografía con otras disciplinas, articula una interpretación muy personal de los lugares que aparecen fotografiados. Las fotografías de este libro no pertenecen a accidentes naturales sino a producciones humanas, a estructuras arquitectónicas cuyas formas han sido pensadas y diseñadas por la mente de personas en cada detalle, consiguiendo la misma sensación que producirían si nos situásemos ante la grandiosidad natural de un vasto paisaje.
José Manuel Ballester (Madrid, 1960) se licenció en Bellas Artes en 1984 por la Universidad Complutense de Madrid. Su carrera artística se inició en la pintura, interesado por la técnica de las escuelas italiana y flamenca de los siglos XV y XVIII. A partir de 1990 se centró en la fotografía arquitectónica, tanto de interior como de exterior de conocidos edificios de España, pero también de otros países. En 2008 recibió el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid y en noviembre de 2010 fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía. Sus obras forman parte de los fondos de la colección de la Comunidad de Madrid, el MNCARS, Museo Marugame de Arte Contemporáneo Español en Japón, IVAM de Valencia, Museo de Arte de Miami o Central Academy of Fine Arts de Pekín, entre otros.