Laurence Anyways (2012) de Xavier Dolan-Tadros

 

Por Rubén Romero Sánchez

 

 

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Laurence Anyways (2012) de Xavier Dolan

 

A los 23 años un joven español pasa su tiempo entre borracheras, estudios, visitas al INEM, trabajos precarios y orgullosos gritos de «¡Yo soy español!» cada vez que la selección patria o algún deportista con residencia fiscal en Suiza o Andorra gana títulos internacionales.

Ignoro qué harán los canadienses de 23 años, pero seguro que lo hacen con más ropa y algún derecho social más.

A los 23 años, el canadiense Xavier Dolan-Tadros ha filmado una de las mejores películas de los últimos años, un descubrimiento  similar a la prodigiosa obra maestra de infame título español ¡Olvídate de mí!. Y lo mejor es que desde que rodó su primera película, cuyo guión escribió a los 16 años, prometía que esto pasaría alguna vez. Pero «esto» es una obra redonda, una maravilla que cuenta una historia de amor vieja como el mundo pero con unos atípicos protagonistas: un hombre que el día que cumpole 35 años le dice a su novia que en realidad se siente una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, y una mujer que renuncia a todo por estar con la persona a la que ama.

 

Laurence Anyways (Xavier Dolan, 2012)
Laurence Anyways (2012) de Xavier Dolan

 

El planteamiento serviría para un pastiche kitsch almodovariano, pero aquí no hay ex-yonquis monjas a las que un transexual primo segundo ha dejado embarazadas. Aquí hay profundidad de diálogos donde se podría haber caído en la pretenciosidad, preciosista mezcla de música e imágenes engarzadas con sentido narrativo y emotivo donde podría haber surgido un vídeoclip de la MTV, y unos actores soberbios que se entregan a la causa convencidos de que nadie sale ileso de una batalla.

Durante casi tres horas asistimos al desmoronamiento de una pareja que, aunque lo intenta, no puede permanecer unida debido, entre otros motivos, al egoísmo personal que disfrazan de problemática social. Ambos se sienten valientes porque tratan de ser quienes siempre han sido, aunque para ello tengan que afrontar sus consecuencias negativas o enfrentarse a toda su familia. Pero en realidad los dos piensan casi siempre en sí mismos. Toman sus propias decisiones, decisiones que siempre incumben de alguna manera al otro, sin consultas, y luego pretenden aparecer como víctimas de la conspiración social y del desprecio a su elección de vida y a su propia naturaleza. Aun así, el espectador nunca deja de empatizar con ambos, pues son personajes tan desarrollados y tan magistralmente interpretados que seres a los que en la vida real veríamos cargados de defectos aparecen, gracias a la sensibilidad extrema con que los muestra el director, como héroes que arrostran sus condenas en busca de la redención que nadie, ni siquiera su propia conciencia, les puede conceder.

Laurence Anyways es un poema tan bello y definitivo que cuesta creer que su director tenga, según el índice de esperanza de vida en Occidente, casi 70 años aún por delante para rodar más películas. ¿Podrá hacer algo mejor? A mí me da igual, sólo por esta tiene mi agradecimiento eterno. Heredreo de Lauzon en la capacidad de crear mundos mágicos desde la cotidianeidad más sucia y en la utilización de la música como elemento narrativo más que subrayador, Dolan-Tadros se puede retirar tranquilo e ir a vender armas a África si eso le hace ilusión, pues ya ha creado una obra que será recordada siempre como uno de los más hermosos, cínicos, desengañados y tristes, muy tristes, poemas cinematográficos que ha dado el cine nunca.

Cuando la moda de los pijipis pase y los jóvenes olviden sus gafas de pasta, sus pantalones de colores chillones, su postureo en Instagram, sus barbas, bigotes o faldas de vuelo; cuando la idiotez de esta contemporaneidad absurda, en la que padres que llevan a sus hijos a colegios privados solicitan becas que les son concedidas a las Consejerías de Educación, se extinga para siempre; nos sentaremos sin prejuicios a ver obras como Laurence Always y seremos conscientes del milagro del cine, del milagro que hace que una obra de arte nos sobrecoja emocionalmente a la vez que nos hace preguntarnos por qué diablos se empeñan en convencernos de que todos somos iguales si en realidad todos somos únicos.

 

 Laurence Anyways (2012) de Xavier Dolan se estrena en España el próximo 21 de junio de 2013

 

One thought on “Laurence Anyways (2012) de Xavier Dolan-Tadros

  • el 20 junio, 2013 a las 10:03 am
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    Magnífica reseña, Rubén. Creo que buscaremos en la cartelera y sacaremos tiempo de donde sea para ver algo cuyas puertas abres de forma magistral. Eso sí, esperemos que el realizador no imite a Rimbaud y termine su vida vendiendo armas en África. Sería una pena. Nunca el arte es superior a la vida, ni puede ir en su contra. Si lo hace… la propia vida castiga al artista, como ocurrió con el autor de «Una temporada en el infierno». Claro que sé que es una metáfora extrema para demostrar lo que es una extraordinaria obra. Habrá que verla, pensarla, respirarla. Aunque con crónicas como la tuyas… el lector ya empieza a ser espectador de excepción. Gracias por escribir tan bien y hacer un arte de la crítica cinematográfica.

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