‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, de Philip K.Dick

GERARDO GONZALO.

Cualquier análisis o comentario de la novela de Philip K.Dick (1928-1982) parte de la pesada losa que provoca confrontarla con esa obra icónica del cine que es Blade Runner (1982), cuyo germen argumental adopta y criatura que ha dotado de relevancia a su padre literario. Este film ocupa un lugar en el séptimo arte, que es evidente que nada tiene que ver con la posición en el ámbito literario de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) cuya relevancia sólo trasciende el ámbito del lector aficionado a la ciencia ficción más avezado, o como acercamiento a los fanáticos de la película de Ridley Scott y como mero complemento a esta.

En cualquier caso, tras la lectura de la novela de K.Dick, uno descubre que disociar ambas obras y a la vez complementarlas, resulta enriquecedor. El film no reproduce la obra literaria y solo la idea de fondo las entronca con rotundidad. El desarrollo, el escenario y la mayoría de los detalles del libro, ni supedita, ni nos transporta al universo cinéfilo, quedando la singularidad de ambas claramente diferenciada.

La historia nos describe la misión de un cazador de bonificaciones, Rick Deckard, al que se le encarga la “retirada de circulación” de los androides más sofisticados fabricados hasta el momento, los nexus-6. Solo quedan seis.

Philip K.Dick, fue un escritor que cultivó la ciencia ficción. Normalmente, este es un género que se entremezcla con otros y a veces es usado como mera excusa o decorado para sofisticar una historia más o menos convencional y aprovechar para lanzar al lector un determinado mensaje sobre el futuro. Este libro no es ajeno a esta norma y el autor lo desarrolla deambulando por tres ámbitos.

Por un lado, contextualiza la acción en un futuro, no muy lejano, pero sin enfatizar (lo que yo personalmente agradezco) la descripción pormenorizada de esa nueva sociedad, que a veces en otras obras del género copan la casi totalidad de las mismas, dificultando su “digestión”. No es el caso, aquí el autor nos da las pinceladas necesarias para ubicarnos y que podamos recibir adecuadamente el mensaje de fondo que es lo que realmente interesa al escritor.

Por otro lado, hay un claro elemento de thriller, donde el protagonista es una especie de policía que tiene que localizar y eliminar a unos sospechosos. Quizás siendo esto lo que da una continuidad argumental que agiliza la trama, es también la parte menos cuidada. La búsqueda y localización de los androides se produce con excesiva prontitud, sin mediar apenas investigación ni tensión alguna. El encuentro con los nexus 6 es casi siempre fugaz y la eliminación de los mismos es fulminante y demasiado sencilla. Da la impresión de que el autor podría haber sofisticado algo más estas partes y haber dotado de más emoción y complejidad cada uno de sus encuentros.

Y es que donde el autor centra claramente sus esfuerzos, es en la parte existencial o filosófica de la trama. Es ahí donde la obra encuentra su trascendencia. Las dudas de Rick Deckard sobre sí mismo y sobre la misión que tiene que acometer, su relación con Raquel, el sentimiento de permanente tristeza vital, la desesperanza, la alienación social, los límites de la ciencia, la genética o esa metáfora que son los animales vivos y la desesperada búsqueda de la autenticidad en quienes quieren poseerlos. En resumen, esos interrogantes sobre el concepto de lo que es la vida, la existencia, el alma y la muerte, que pueden surgir en el futuro y que en pocas horas transforman al protagonista

Una obra enigmática que antepone la reflexión sobre la acción y que revisita ese lugar común, eje argumental de muchas de las obras de ciencia ficción, sobre en qué momento la inteligencia artificial estará dotada de las características necesarias para que la consideremos vida y hasta qué punto una máquina puede tomar consciencia de su propia existencia.

One thought on “‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, de Philip K.Dick

  • el 29 julio, 2021 a las 10:53 am
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    Es la base de Blade Runner, una de las diez mejores películas de todos los tiempos. Y eso ya sería suficiente para agradecer la existencia de esta novela. El planteamiento filosófico que hay detrás del texto y del film es de permanente actualidad. En estos momentos de la historia de la Humanidad es realmente profético.

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