Todos los cuentos de Antonio Pereira

 

Por Benito Garrido.

 

El cuento tiene en Pereira no solo un gran creador, sino también uno de los pocos maestros que supo dotar a la narración breve de entidad propia. Apreciaba firmemente la economía del producto, y por tanto, para él, eliminar todo lo sobrante era algo clave para llegar a escribir un buen cuento. Una correcta precisión en la escritura, acercaba sus relatos a la poética de la que siempre bebió, porque antes que nada, él comenzó siendo poeta. Salvaguardar la máxima “si no das entre dos palabras, elige siempre la más clara”, era algo que supo aplicar con sabiduría, consiguiendo que sus relatos se hiciesen cercanos y realmente únicos. El humor y la ironía caracterizan la mayoría de unas piezas breves, que saben concentrar su poder en la insinuación, en la sugerencia velada, en las puertas entreabiertas por las que el lector puede mirar o imaginar.

 

Todos los cuentos. Antonio Pereira. Prólogo de Antonio Gamoneda. Editorial Siruela, 2012. 895 páginas.  29,95 €

 

La editorial Siruela hace una recopilación de todos los cuentos de Pereira y la presenta como lo que es, una auténtica obra de arte. Cuentos que son como un fogonazo, hablan de todo y con un punto de vista siempre diferente. O como recuerda Úrsula Rodríguez, su viuda, utilizando palabras del propio autor, historias erótico-diocesanas para el disfrute de los lectores.

 

Antonio Gamoneda prologa un libro y una presentación en la que destaca esa afinidad entre poesía y relato que caracteriza las narraciones de Pereira, considera que el hecho de ser un poeta grande, le ha permitido desarrollar una excelente narrativa, o lo que podría llamarse una alta poesía narrativa. Pereira está implicado en su escritura, es su poesía y su narrativa. “Tu escritura no puede ser ficción precisamente porque tu escritura eres tú. Y, al ser tú, es re-creación subjetiva de tu propia vida, es decir, de tu realidad”, escribe Gamoneda sobre el trabajo del escritor. “O aplicando palabras de Sartre, poesía narrativa irremediablemente subjetiva”.

 

Gran disertador, heredero de una tradición oral típica de su tierra, la excelencia del cuento es algo que se vuelve indiscutible gracias a sus cuentos. En más de cuarenta años de carrera literaria, el autor supo mantenerse al margen de etiquetas que le vinculasen a cualquier grupo o generación literaria. Publicó numerosos libros de cuentos que ahora se reúnen preciosamente presentados en un solo volumen: desde Una ventana a la carretera (1967) hasta La divisa en la torre (2007), pasando por El síndrome de Estocolmo (1988), Picassos en el desván (1991) o Cuentos de la Cábila (2000). También puede encontrarse Bradomín, título del último relato escrito por el autor, y publicado en un periódico poco antes de su muerte. En definitiva, doscientas creaciones ordenadas cronológicamente según publicación, que permitirán no solo disfrutar de la maestría narrativa de Pereira, sino también comprender la evolución de su obra.

 

Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 1923 – León, 2009) comenzó a escribir desde muy joven, aunque habría que esperar hasta los años sesenta para su eclosión como escritor. Su poemario El regreso se publica en la prestigiosa colección Adonais en 1964, Una ventana a la carretera, su primer libro de cuentos, recibe el premio Leopoldo Alas en 1966 y su novela Un sitio para Soledad se publica en 1969. A partir de ahí, se desarrolla una copiosa producción literaria que se ha visto refrendada por prestigiosos galardones, como el Premio Fastenrath de la Real Academia Española o el Premio Castilla y León de las Letras. Pereira está reconocido como uno de los cuentistas más importantes en la historia literaria del género de finales del siglo XX. Este libro es la prueba patente de un genio, que siempre se reconoció poeta, pero que también supo ser un gran novelista y un inmejorable escritor de relatos.

 

 

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