Ago 2, 2012 | Latinoamérica
Por Germán Solero. ¿Qué queda cuando el relato de un crimen comienza anunciando tanto a la víctima como al victimario? Queda engañar al lector, mostrarle que los caminos no son tan transparentes como parecen. Y queda la posibilidad de narrar algo más, un resto más....