Jun 2, 2010 | Columnistas, Cuento, Opinión
Por Fernando Clemot. Del Ferihegy al centro de Budapest hay media hora en coche. Primero se atraviesa una llanura algo insípida, todo el corazón de Hungría es una inmensa planicie, hay pastos y pocos árboles y en seguida empiezan los arrabales, los distritos Dieciocho...