«Dos monstruos juntos» con Boris Izaguirre

 
 
Hay un momento “Boris”. Solo Boris Izaguirre es capaz de crearlo. Tiene los ingredientes del superfenómeno supermoderno: envidiado, admirado, criticado, glamuroso y triunfador. Pero ante todo y sobre todo: protagonista.
 
Por eso es posible que muchos crean que no nos queda nada por descubrir de este comunicador de energía inagotable; que conocemos todo de este lince venezolano absolutamente contradictorio: por un lado fascinante, histrión, inteligente, mordaz, dandi puro y provocador; pero también extraño, peligroso, taciturno, escondido y agazapado. Lo que no saben es que los iconos, como las ciudades y las revoluciones, siempre se reinterpretan.
 
Gracias a sus dotes polifacéticas y conocimientos, Boris se ha convertido en un fenómeno de masas, uno de los más carismáticos hombres del mundo del espectáculo en España. Pero esta faceta aparentemente frívola del showman provocador contrasta con las capacidades del Boris Izaguirre escritor que oculta un gran escepticismo y un complejo mundo interior al que sólo se puede acceder a través de esta vertiente, al que solo se puede conocer a través de la lectura de sus novelas.
 

Haber inventado una forma de supervivencia a través de su presencia ante las cámaras es una realidad que le persigue. Por eso es posible que muchos de los que creen conocerle no sepan que lejos de las bambalinas, a salvo de focos y miradas, mantiene y desarrolla una labor creativa forjada desde los 16 años. Labor que ha cristalizado en una decena de obras, tanto en el marco de la ficción como fuera de ella, caracterizadas por diseccionar, con una prosa personalísima y una agudeza inusitada, la sociedad, la cultura y la época en que se inscriben. Casi todas muy combativas con la libertad sexual, a menudo muy amargas y nada complacientes con el mundo en que vivimos.

 
Ahora vuelve con “Dos monstruos juntos” una novela arriesgada y extremadamente comprometida con la que se consolida como escritor y en la que tiene la valentía de contar el tiempo del que es testigo.
 
La historia comienza en septiembre de 2008, en el momento en el que se cernía la debacle financiera. Patricia y Alfredo son españoles y llevan más de diez años juntos. Dejan Nueva York, donde él era una de las estrellas de la cocina de su generación, para iniciar una nueva aventura en Londres. Parecen tenerlo todo para comerse el mundo. Son los ‘infalibles bellos’: han ascendido en la escala social a través de la belleza, sus relaciones y el talento en la cocina, la profesión de moda del momento. Siempre al lado de Alfredo se encuentra Patricia, una heroína maquiavélica que ha sabido acompañarle, ayudarle a crecer y mantenerse en medio del éxito y del privilegio, aunque no siempre con los métodos más éticos.
 
Una pareja envidiada por todos. Parecen tenerlo todo, pero la gente va conociendo su manera de actuar, su forma de ascender y no perder. Sin embargo, serán testigos, y también víctimas de una crisis que hará caer su careta.
 
Dos antihéroes que retratan una realidad en la que los villanos son los nuevos héroes y que además nos invita a reflexionar sobre «el peligro de formar una pareja» porque, según la particular visión de Izaguirre, «toda pareja de larga duración está destinada a hacer una serie de arreglos y asumir condiciones que terminan por convertirlos en dos monstruos juntos. Por eso se atraen.
 
Guionista, presentador, comentarista, novelista… Un observador con la gran suerte para nosotros de poder escucharle… y leerle. 
 
 
Izaguirre, Boris: Dos monstruos juntos. Editorial Planeta, 2011. 448 páginas.
 
 
Por Alfredo Llopico.
 

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