¡Trágala, trágala, trágala perro!: festiva revolución para derrocar lo peor de España

Por Horacio Otheguy Riveira

El panorama político de la España del rey Fernando VII (1784-1833) en un espectáculo implacable contra la eterna clase dirigente en la historia del país: el clero y la monarquía con los militares y los políticos a su pleno servicio. Una espléndida humorada musical por un equipo de grandes profesionales. Sólo hasta el 19 de abril.

 

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El rey (Fernando Albizu) vuelve de la muerte para componer un país destrozado: un trabajo superlativo, entre el humor sainetero y una brillante versión de un «Torrente» a todo dar.

El escritor Íñigo Ramírez de Haro escribió una pieza muy larga que ha sido reducida a la duración normal de dos horas, y se ha hecho muy bien, ya que lo que se ve y escucha resulta óptimo: una introducción con mucho peso en la barbarie cometida por los dirigentes del XIX forjando un caciquismo feroz que se perpetúa en lo que va del siglo XXI.

El rey Fernando VII de España (magnífico Fernando Albizu) sale de la tumba y lo atrapa un psicoanalista argentino especialista en muertos (Luis Mottola, un notable «tanatista», siempre al borde de la histeria). Con este punto de partida se entra de lleno en la memoria del muerto desesperado por volver a salvar España, y el porteño que abunda en críticas y exigencias que también le sirven para parodiarse a sí mismo. Un juego de patrias excelente para batir a tope el encendido punto de mira lleno de hallazgos: manipulación cruel con la inquisición de por medio hasta nuestros días; aunque algo hemos mejorado.

Hoy no hay más hoguera que la expulsión del poder por parte de los críticos, la censura abierta o la autocensura de los medios de comunicación: la podredumbre de la corrupción no tiene límites, aunque la lucha continúa. Hoy, lo mismo que en aquella época, el canto se hace oír elevándolo a grito rockero, y así despide al público esta admirable compañía. Entonces se dirigía al rey cuando un movimiento revolucionario le obligó a aceptar la Constitución de 1812, que después derrocó asesinando a cuanto opositor descubría.

Trágala, trágala,

trágala perro

Tú que no quieres lo que queremos
la ley preciosa do está el bien nuestro.
¡Trágala, trágala, trágala perro!
¡Trágala, trágala, trágala perro!

Tú de la panza mísero siervo
que la ley odias de tus abuelos,
porque en acíbar y lloro ha vuelto
tus gollerías y regodeos.

En el XIX fue un éxito momentáneo anulad con baño de sangre, ahora se vuelve a luchar con nuevas armas, pero ante el mismo encono brutal: sin llamas redentoras ni fusilamientos, con aumento de la miseria y de la riqueza, con abuso de poder, con falsa democracia, con extorsiones de todo tipo, y el fondo de la canción es el mismo…

¡Trágala, trágala

trágala perro!

Ron Lalá aporta nueva letra sobre la original, pero el sentido profundo es el mismo: una historia dolorosa que con mucho humor negro y enriquecedoras  habilidades teatrales cuenta con un formidable equipo técnico y un reparto que cuando sale a recibir los aplausos sorprende enormemente: ¡Sólo 9 intérpretes que dan la sensación de cubrir una veintena de personajes!

Una maravilla en la que todos se lucen, con sobresalientes oportunidades para Joshean Mauleón (recientemente aplaudido en Canícula compone con gran dominio cuatro personajes de gran importancia histórica, Goya incluido), y en especial Ana Cerdeiriña, auténtica alma mater de la función con dos breves personajes y una extraordinaria creación como Locutora de televisión transmitiendo episodios históricos con una ductilidad y dominio musical sensacionales. Más aún cuando su parecido con la reina Letizia deja de ser motivo de murmuración entre el público, ya que de pronto, descarada y maravillosamente ¡es Leti!

Paradojas y parajodas de este espectáculo muy crítico con los actuales gobernantes: se representa en un teatro del Ayuntamiento de Madrid, y al día siguiente del estreno su autor —diplomático de carrera, «segundo» de la embajada en Belgrado (Serbia)— es destituido por el Ministro de Relaciones Exteriores, García-Margallo: «Se ve que el PP, después de las elecciones andaluzas quiere morir matando».

 El siglo XIX y la época actual. El comienzo de las dos españas enfrentadas a sangre y fuego en una visión renovada y a tumba abierta.

 

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Ana Cerdeiriña, micrófono en mano, en una creación impactante, alter ego de la reina con un parecido físico asombroso. Formidable trabajo, en esta escena bien acompañada por Paula Iwasaki y Albizu.

 

tragala-tragala-se-representa-en-el-teatro-espanolTrágala, trágala…

Autor: Íñigo Ramírez de Haro

Dirección de escena: Juan Ramos Toro (YLLANA)

Colaborador de dirección escénica y movimiento escénico: Rolando San Martín

Composición, dirección musical y letras: Yayo Cáceres, Juan cañas, Miguel Magdalena, Álvaro Tato (Ron Lalá)

 

Intérpretes (por orden de intervención): Fernando Albizu, Jorge Machín, Luis Mottola, Balbino Lacosta, Joshean Mauleón, Manuel Maestro, Ana Cerdeiriña, Paula Iwasaki.

Voz en off: Sebastien Móricetragalatragala_cartela4

Escenografía: Miguel Brayda

Diseño de luces: Toño M. Camacho

Diseño de vestuario: Tatiana de Sarabia

Fotografía y diseño de cartel: Javier Naval

Una producción del Teatro Español

Teatro Español Fechas: Hasta el 19 de abril de 2015.

Teatro Nuevo Apolo. Desde el 5 de noviembre de 2015.

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